Economía
El dólar fortalecido está impactando precios antes de lo previsto. Las alertas que deja el dato de inflación de noviembre
Se mantiene la tendencia a la baja en la inflación y ya más de la mitad de la canasta de consumo tiene variaciones de precios por debajo de 4 %, algo no visto desde 2021. Sin embargo, el dólar más fuerte pone presión.
Aunque la inflación de noviembre siguió mostrando su tendencia a la baja, fue levemente superior a lo previsto por el mercado, con una variación mensual de 0,27 % frente 0,20 %, mientras que en términos anuales pasó de 5,41 % a 5,20 %.
De acuerdo con un análisis del área de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, ya más de la mitad de la canasta de consumo tiene variaciones de precios por debajo de 4 %, algo no visto desde 2021.
Varios escenarios se mueven alrededor de la cifra de inflación del penúltimo mes del año. El primero, los sectores que tuvieron un comportamiento favorable; el segundo, aquellos cuya dinámica no fue propicia, y el tercero, este dato clave para la discusión del salario mínimo. Pero también empieza a reflejar la incidencia de un dólar más fortalecido.
En los positivos, se destaca, de acuerdo con el Banco de Bogotá, a baja indexación de los arriendos, cercana a 60 %, completando su segundo mes cerca de este nivel, cuando los dos meses previos se había ubicado más cerca al rango de entre 80 % y 90 %. Con esto, la inflación mensual de arriendos fue 0,34 %, lo que hizo que la variación anual pasara de 7,8 % a 7,7 %.
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Sin embargo, este indicador, que tiene un peso importante en los precios, se encuentra por encima del vigente un año atrás (7,4 %), cuando el referente de indexación era mayor, pues la inflación de fin de año bajó de 13,1 % a 9,3 %.
También sobresale el comportamiento de los alimentos, pues contrario a lo que anticipaban las mediciones alternativas de precios como SIPSA o los precios al productor (IPP), el rubro todavía no evidencia repuntes relevantes, advierte el Banco de Bogotá. Con una variación de 0,1 % en el mes, los alimentos vieron un leve repunte de su inflación anual de 1,8 % a 2,3 %.
La otra cara de la moneda la presentan los bienes, dice esta entidad financiera, cuya inflación de 0,3 % en el mes supera el promedio de lo corrido del año de 0 % mensual. “Con esto, la medición anual repuntó de 0,4 % a 0,6 %, algo marginal, pero que confirma el riesgo que representa la tasa de cambio. Y si bien el impacto de la devaluación era previsible, su materialización se dio un poco antes de lo esperado”, dice Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá.
Usualmente, la duración para la transmisión de los movimientos de la tasa de cambio a los precios, es de cerca de seis meses, por lo que esta área preveía ver la transmisión más hacia el primer semestre de 2025. “En todo caso, el repunte más evidente fue en vehículos, el principal aportante del rubro de bienes, pues otros tuvieron en algunos casos, caídas de precios. Así, aunque por lo pronto la devaluación es limitada, persisten riesgos, que, de materializarse, podrían llevar la tasa de cambio cerca de los máximos históricos y a un movimiento más notorio de la inflación”, señala el Banco de Bogotá.
Y el tercer aspecto clave es el papel que juega la cifra de inflación de noviembre en la negociación del salario mínimo. La inflación de 5,2 % será referente en la discusión, que –como explica el Banco de Bogotá- en todo caso va más allá de los criterios técnicos, con un debate en torno a la metodología utilizada para estimar la productividad, así como incidencias políticas en un año preelectoral.
Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá mantiene su expectativa de ajuste del salario mínimo de 7,7 % para fijarlo en 1,4 millones de pesos. Por ello, esta entidad se anticipa y estima que, de ser el caso, las presiones de indexación seguirán por este lado y el proceso desinflacionario continuará a un ritmo modesto que demanda cautela por parte del banco central.
Además, otro de los riesgos es el ajuste del precio del diésel podría ser relevante, no por su impacto directo en precios, de por sí muy bajo, 800 pesos, frente a la expectativa inicial del gobierno de cerca de un incremento de 2.000 pesos inicialmente hasta llegar a 6.000 pesos por galón, sino por las consecuencias desde el punto de vista de inestabilidad social.
“Un nuevo paro podría afectar la actividad y los precios, un choque evidentemente de corto plazo, pero que de volverse recurrente tendría mayor impacto”, dice el área y para el cierre del año, el Banco de Bogotá mantiene su proyección de inflación de 5,1 %, mientras que para 2025 es de 3,6 %, lo que llevaría la cifra al rango meta del Banco de la República.
Ahora, con una inflación más cercana a 5 % al cierre de año, en 2025 la inflación de arriendos fluctuaría entre 2,6 % y 4,6 %, dependiendo de la indexación entre 50 % y 90 %, lo que aportaría a la inflación total entre 60 y 120 puntos básicos.
El dato de inflación de noviembre también será clave para la decisión de tasas de la junta directiva del Banco de la República, que ha sido muy conservadora, más que por las cifras de los precios, por las tensiones y preocupaciones fiscales en el país. Ahora, a final de año y el inicio del próximo, habrá presiones que el Emisor tendrá que evaluar, en especial la indexación en los precios por el incremento del salario mínimo y misma inflación de este año.