Industria y comercio
El ministro de Comercio admite ser el más derechista de los izquierdistas del gabinete
Tras 11 meses en el cargo, Germán Umaña explica qué son los aranceles inteligentes, qué va a pasar con los TLC y por qué se declara amigo de los empresarios.
Cómo el profesor universitario que ha sido por años en las aulas de la Universidad Nacional, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, hace primero una explicación del contexto de la economía global para luego sí entrar a detallar la política que trazó en sus primeros 11 meses en el cargo y que espera ejecutar en lo que queda del cuatrienio.
En el frente del comercio exterior, en donde hay muchas dudas, no se entiende bien qué son los llamados aranceles inteligentes que Umaña ha mencionado en varias ocasiones y se teme por cambios en los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por el país, explica que no son un invento colombiano, sino copia de normas que tienen naciones como Estados Unidos, que en el pasado les puso un arancel inteligente a sus importaciones de acero, argumentando seguridad nacional por un conflicto con China, y en ese proceso se afectaron las exportaciones de acero colombiano.
Bajo esa misma premisa, la idea es que cuando exista algún producto que por una situación sobreviniente afecte derechos como la seguridad alimentaria, el acceso a medicamentos o el proceso de paz, se apliquen medidas excepcionales, que, además, se podrían imponer sin temor a retaliaciones porque se respetarían las normas internacionales establecidas para situaciones imprevistas.
Aunque advirtió que en los próximos dos meses habrá por lo menos dos medidas en el frente de los aranceles inteligentes, se abstuvo de anunciar en qué sectores serán. Insistió en que no teme retaliaciones de los socios comerciales de Colombia, “porque no nos van a dejar de comprar carbón, petróleo o café, tal vez flores, pero el comercio está cambiando y los países entienden este tipo de restricciones excepcionales”, insiste.
Tendencias
En cuanto a los TLC, Umaña fue enfático en asegurar que no se están renegociando, sino que se están evaluando sus capítulos para ver cómo van después de 10 o 12 años. “Estamos mirando equilibrios y desequilibrios para saber ellos en qué están descontentos y en qué nosotros. La idea es plantear un diálogo para equilibrar posiciones porque nada está escrito en piedra. Los tratados están vivos y deben adecuarse a las circunstancias actuales, en las que han subido los subsidios de los países desarrollados a sus productores, y nosotros tenemos que contar con mecanismos de defensa comercial. Porque nosotros no somos ricos”, subrayó.
Globalización interna
Aclarando que con la política de comercio exterior no se busca que Colombia se vuelva un país proteccionista, el ministro explica que parte de este proceso también incluye una política de reindustrialización que no solo permite sustituir importaciones, sino también avanzar hacia la transición energética y hacia un modelo de desarrollo sostenible. “Lo que sí tenemos que proteger es nuestra soberanía alimentaria y desarrollar nuestra agroindustria. Porque la comida de la gente está primero que cualquier negociación internacional. La idea es integrar más al país, uniendo a los territorios, en una especie de globalización interna para romper las brechas en el desarrollo”, enfatizó.
Con respecto a la caída de las exportaciones, que se redujeron 10 por ciento anual en los primeros cinco meses de este año, Umaña considera que es un resultado acorde con el plan de depender menos de los productos minero-energéticos, pues son estos los responsables de la caída. Agregó que, por el contrario, las exportaciones de manufactura y otros productos vienen subiendo, aunque sí admitió que le preocupan las ventas externas agroindustriales, para las cuales están buscando nuevos mercados de la mano de compañías como Nutresa, Colombina o Aldor. “Estamos trabajando para mejorar nuestra oferta exportable porque los anteriores gobiernos abrieron todos los mercados, pero, como país en los últimos 30 años, no hicimos nada para producir lo que les íbamos a vender a esos mercados”, explica y señala que eso no se logra de hoy a mañana porque “el capital no es plastilina” y se debe atraer más inversión extranjera y ahorro nacional. De hecho, se siente satisfecho en ese campo, pues las cifras del Emisor muestran que la inversión extranjera directa creció 25 por ciento en el primer trimestre.
La inversión local
Mientras la inversión extranjera marcha bien, la de los empresarios colombianos parece estar frenada ante la incertidumbre política, pero Umaña afirma que los proyectos más importantes no se han apagado. “Yo soy el más derechista de los izquierdistas del gabinete. Soy amigo de los empresarios, he trabajado con ellos y tenemos un diálogo permanente. Si bien hay dudas en algunos sectores, lo de fondo es felicitar a los que siguen invirtiendo y a los que no lo han hecho, les pedimos que, en la medida en que tienen seguridad jurídica y reglas de juego claras para la inversión, en vez de tener los ahorros guardados, generen riqueza nacional”.
Puntualiza que pese a los temores que existían antes del inicio del Gobierno, no hay desbandada de inversión, ni de capitales golondrinas. “Seguramente hay cierta prudencia, viendo cómo evolucionan las cosas políticas y eso es entendible y justo. Lo que tenemos que hacer es convencer a nuestros amigos del sector privado que inviertan en Colombia, porque Colombia es una esperanza”, precisa.
Con respecto a los temores de los empresarios ante reformas como la laboral, el ministro de Comercio dijo que la mayoría de las propuestas que traía esa iniciativa, que deberá volver a comenzar su trámite en el Congreso, buscaban poner al día al país con los acuerdos que ha firmado en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Añadió que entiende las inquietudes en los sectores de restaurantes, turismo y economía de la noche, así como las relacionadas por los costos de los despidos sin justa causa, pero que está seguro de que en el ejercicio democrático que va a iniciar el 20 julio se podrán lograr fórmulas de transición importantes.
Venezuela y turismo
Uno de los grandes hitos del actual Gobierno ha sido el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, un logro del que Umaña se siente muy orgulloso, pues previo al ministerio presidía la Cámara de Comercio binacional. “En estos meses, el principal resultado ha sido que permitimos el tránsito de cerca de 5.000 niños que se educaban en Colombia desde el Táchira. Así mismo, se ha cerrado la brecha de estos territorios con el centro del país al mejorar sus indicadores de inversión, desempleo, informalidad y crecimiento de su PIB”, aseguró, al tiempo que aceptó que el comercio no crece al ritmo de antes, porque ya no se exporta lo mismo al vecino país, pero que es un hecho que la recuperación de Venezuela es también la de Colombia.
Aclaró que en el pasado existía un comercio complementario entre los dos países con productos para la industria siderúrgica o del aluminio, de igual manera, el sector automotor nacional tenía en Venezuela a uno de sus principales clientes. “Y ahora qué se le vende a un país en crisis, pues medicamentos, alimentos, productos agroindustriales, partes y piezas para reparar sus carros y sus industrias que todavía existen. A ellos les estamos vendiendo cosas distintas, productos que tienen trabajo y tecnología nacional. No les vendemos petróleo, ni carbón, ¿qué más virtuoso que ese comercio?”, puntualiza.
Umaña dijo desconocer si en esta nueva etapa de relaciones bilaterales se tiene planeado comprar a Monómeros Colombovenezolanos y aprovechó para declararse optimista con el desempeño económico del país en el segundo semestre.
Parte de su positivismo está también en el sector turismo, en el que, pese a las dificultades de orden público, tiene la meta de llegar al final de este Gobierno con por lo menos a 7,5 millones de turistas. Eso es casi duplicar la cifra actual, mientras se fortalece el turismo interno que les apuesta a la biodiversidad, a los territorios indígenas y a los de las negritudes. La idea es generar por lo menos 10.000 millones de dólares más por turismo, para lo cual están aumentando el registro nacional de turismo con nuevas empresas que le presten mejores servicios a la gente que viene a visitarnos.
Todo un rompecabezas de temas y de sectores al que bien le hace la mente de un profesor para ponerle orden.