Dólar
El precio del dólar se mantiene estable en Colombia, abrió en $4.180
La moneda norteamericana se ha mantenido en terrenos de calma, en Colombia.
El precio del dólar en Colombia no ha tenido mayores cambios durante ocho jornadas consecutivas, pero es de destacar que la moneda norteamericana se ha mantenido en estas últimas jornadas a la baja.
De acuerdo con los primeros valores para esta jornada, entregados por la Bolsa de Valores de Colombia, el costo de esta divisa arrancó sobre los 4.180 pesos, de esta forma bajó solo seis pesos respecto a la Tasa Representativa del Mercado, fijada para hoy por la Superintendencia Financiera en 4.186 pesos.
Sin embargo, pese a que por estos días el precio del dólar en Colombia se ha mantenido en terrenos de calma, a nivel internacional, las cosas no parecen ser tan positivas y esto podría cambiar el comportamiento de los mercados bursátiles.
Se conoció recientemente que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que la demanda mundial de petróleo podría tocar techo antes del final de esta década, ya que la crisis energética aceleró la transición hacia tecnologías menos contaminantes como los autos eléctricos, proyectó este miércoles dicha entidad.
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La AIE reveló en su informe anual sobre el mercado de petróleo que el crecimiento de la demanda de crudo va a desacelerarse significativamente en los próximos cinco años.
“La transición hacia una economía basada en las energías limpias se está acelerando, con un punto culminante en la demanda mundial de petróleo, previsto antes del final de esta década, a medida que haya un avance de los vehículos eléctricos, la eficiencia energética y otras tecnologías”, afirmó en un comunicado el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
En su informe de 2023, un estudio del mercado para los próximos cinco años, la AIE estima que la demanda mundial de crudo seguirá creciendo, pero que esta expansión “debería desacelerarse significativamente para 2028″.
Estas estimaciones sitúan el pico de la demanda antes de lo previsto anteriormente. En su informe sobre las “Perspectivas de la Energía en el Mundo” de 2022, la AIE había proyectado “un repunte de la demanda mundial de petróleo a pesar de los altos precios, alcanzando un punto culminante y estabilizándose después de 2035″.
Pero la crisis energética, iniciada durante la recuperación después de la pandemia en 2021, y que fue agravada por la guerra en Ucrania en 2022, trastocó las previsiones.
“Los precios elevados de la energía” y “los problemas de seguridad del aprovisionamiento puestos en evidencia por la crisis energética mundial” aceleran “la transición hacia tecnologías energéticas más limpias”, destacó la AIE, que tiene sede en París y es una agencia autónoma de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
Según las nuevas previsiones, la demanda de gasolina va a disminuir a partir de 2023 y “la utilización de petróleo como carburante de transporte debería declinar” después de 2026.
Dentro de la Ocde, un grupo de 38 países que incluye a Estados Unidos, Japón, México y Chile, entre otros, esto puede implicar un declive de la demanda de petróleo a partir de 2024.
Según los expertos, la tendencia será dispar y no todos los países van a la misma velocidad y esta disminución va a ser frenada por la demanda de productos petroquímicos, “que están en pleno auge” y por el sólido crecimiento del consumo en las economías emergentes.
El crecimiento de la demanda en China, que es la segunda economía mundial, va a desacelerarse “marcadamente a partir de 2024″.
“Los mercados globales de petróleo siguen recalibrándose lentamente después de tres años turbulentos en los que se vieron trastornados, primero por la pandemia del covid-19 y después por la invasión rusa contra Ucrania”, señaló la AIE.
En los próximos meses, los mercados “podrían tensarse considerablemente” por el efecto de “los recortes de producción de la alianza Opep+”, liderada por Arabia Saudita y Rusia, para impulsar los precios, estimó el estudio que proyecta que esta presión podría “atenuarse en los próximos años”.
Pese a la ralentización prevista de la demanda, se proyecta que las inversiones mundiales en exploración, extracción y producción de petróleo y gas “se encaminen a alcanzar sus niveles más altos desde 2015″, con un aumento anual del 11 %, hasta 528.000 millones de dólares en 2023.