PIB
El primer trimestre de 2023 sería el de más crecimiento económico este año, ¿por qué?
La economía nacional muestra ser más resiliente de lo que se creía. La inflación y el crédito caro pasan una dura factura y, sin embargo, factores como las remesas han ayudado a pasar el chaparrón.
Colombia arrancó 2023 con la certeza de que este año será de bajo crecimiento económico, no solo en comparación con los buenos datos de 2021 y 2022, sino, en general, con el promedio histórico del país. No obstante, todo indica que los primeros tres meses del año no fueron tan malos como se preveía.
La desaceleración es innegable, pero, con todo y una inflación ranchada alrededor de 13 por ciento, crédito caro, menores ventas de viviendas y de carros, así como inestabilidad política, la economía nacional se ha dado sus mañas para no caer tanto y seguir produciendo. Esto ha hecho que los analistas vuelvan a barajar sus cartas y ahora crean que el producto interno bruto (PIB) podría obtener un mejor desempeño al cierre del año (ya van en 1,2 por ciento en promedio). Asimismo, hay consenso con respecto a que entre enero y marzo la economía nacional habría crecido entre 3,5 y 3,8 por ciento, revelando una marcada resiliencia.
El lunes 15 de mayo el Dane dará a conocer la evolución oficial del PIB en el primer trimestre. Si, en efecto, el dato es cercano a las expectativas del mercado, implicaría que los tres primeros meses de 2023 serían los mejores de este año, pues, para que se cumplan los pronósticos de un crecimiento de menos de 2 por ciento en todo el año, en los nueve meses restantes la evolución del PIB debería ser mucho más baja de 3 por ciento.
“Estamos ante una desaceleración, pero no ante un choque fuerte. Probablemente, en el segundo semestre se va a consolidar un paso más lento de la economía; pero, por ahora, el aparato productivo se está beneficiando del impulso que recibió en 2021 y 2022. A partir de junio es factible que el crecimiento se estanque”, opina Esteban Tamayo, economista de Citi.
Entre 2022 y 2023, la FED ha subido sus tasas de interés diez veces, mientras que el Banco de la República completa 14 alzas, aunque comenzó en octubre de 2021, antes que su colega estadounidense, que comenzó en marzo del año pasado.
Aun cuando ante el descenso de la inflación en el país del Tío Sam surgieron expectativas de que la FED no seguiría subiendo sus tasas (expectativa a la que también se le atribuye el comportamiento reciente del precio del dólar en Colombia, que se ha alejado de los temidos 5.000 pesos), eso aún no está muy claro. La inflación en Estados Unidos pasó de 9,1 por ciento en junio del año pasado a 4,9 en abril de este año, una gran corrección que, no obstante, está lejos de la meta de la FED, de 2 por ciento, y, por eso, podría seguir aumentando los intereses.
El impacto de las remesas
Julio César Romero, economista jefe de Corficolombiana, asegura que existe un factor que permite que el país crezca más de lo previsto: las remesas de los colombianos que viven en el exterior. E
Entre enero y marzo entraron al país por ese concepto 2.476 millones de dólares, 526 millones más que un año atrás, y, si se traducen en pesos, equivalen a 11,1 billones, la mitad de lo que se aspira a recaudar con la más reciente reforma tributaria. Es una suma enorme que les ayuda a muchas familias para seguir mercando, pagar arriendos o servicios públicos, pese a la carestía que se vive en el país.
El impulso de las remesas hace que en Corficolombiana tengan un sesgo al alza en su proyección de crecimiento para 2023. No obstante, hacia adelante les preocupa el desempeño de la inversión fija ante la incertidumbre política y el deterioro de la seguridad física en algunas regiones del país, a lo cual se sumaría un menor consumo de los hogares en respuesta a las altas tasas de interés.
“El gasto público orientado a otorgar subsidios a población de ingresos bajos pesará positivamente en el segundo semestre cuando mejore la ejecución de los programas del Gobierno”, prevé Romero.
Juan David Ballén, director de Análisis de Casa de Bolsa, coincide en que la economía se desacelerará más en lo que resta del año y considera como factores de riesgo las decisiones de la FED y los problemas de liquidez en el sistema bancario estadounidense con la quiebra de varios bancos regionales. Dependiendo de cómo evolucione, sería un factor que impactaría la economía nacional al ser Estados Unidos su principal socio comercial.
Igualmente, Ballén cree que la subida de tasas de interés del Banco de la República, hoy en su nivel más alto del presente siglo (13,25 por ciento), se sentirá con más fuerza en la segunda parte del año, dado el habitual rezago de estas alzas en las tasas de interés de los diferentes tipos de crédito, lo que, técnicamente, se conoce como la transmisión de la política monetaria.
Hasta febrero pasado, personas y empresas le debían al sistema financiero 673 billones de pesos, 1,44 por ciento más que un año atrás (descontando la inflación), lo que implica un crecimiento modesto frente a años anteriores. Por tipos de crédito, el que más crece es el comercial (dirigido a las empresas), con un avance anual de 2,41 por ciento, mientras que el destinado a la compra de vivienda cae 0,17 por ciento.
En cuanto a la cartera en mora, hasta febrero, de cada 100 pesos prestados 4 tenían retraso en su pago. Este indicador se ha mantenido estable, pese al mayor costo del crédito, porque los colombianos mejoraron sus hábitos de pago y por la reducción del desempleo, lo que ha permitido que las personas con créditos puedan cumplir con sus obligaciones. No obstante, si se le hace zoom a esa cifra, se evidencia que, en los préstamos de consumo, como lo son las tarjetas de crédito o los de libre inversión, la mora afecta a 6,4 pesos de cada 100.
Por sectores
Las cifras del ISE indican también que no todo el aparato productivo se mueve al mismo ritmo. Las llamadas actividades primarias, que incluyen la agricultura y la explotación de minas y canteras, son las de peor desempeño, pues se contrajeron 2,2 por ciento en febrero. En el caso de las actividades petroleras y mineras, han estado afectadas por los precios del crudo y del carbón, cuyas cotizaciones registran bajas anuales de 37 y 57 por ciento, respectivamente. En la agricultura, el freno obedece a los mayores precios de los insumos, así como el clima, hasta hace poco de intensas lluvias que tenían afectados muchos cultivos, así como las carreteras para sacar las cosechas. Por el contrario, las actividades del sector financiero, al igual que las de administración pública, salud, educación, entretenimiento y recreación son las que avanzan a mejor ritmo.