MUJERES
El trabajo doméstico no remunerado en Colombia produjo más de $462 billones a la economía, casi tanto como la industria
El Dane presentó los resultados de la Cuenta Satélite de Economía del Cuidado. Estas son las curiosas cifras.
Va para arriba. El trabajo que emplean las personas en cuidar a un dependiente, ya sea un niño o un viejo, y hacer las laboras de la casa, sin recibir pago a cambio, está valorado en 462 billones de pesos, según los resultados de la Cuenta Satélite de Economía del Cuidado que presentó este viernes 7 de julio el Dane.
De este trabajo doméstico no remunerado prácticamente depende el dinamismo de la economía, pues genera una ola que mueve los demás sectores: el cuidador prepara los alimentos, lava ropa, organiza la casa, actividades que permiten a otros poder ser productivos en sus entornos laborales o educativas.
La economía del cuidado es medida por el Dane a partir de la remuneración de los asalariados e ingreso medio por hora, según la actividad que realice el trabajador doméstico que no recibe pago por su labor. Aunque el valor que aporta no está incluido en la medición del producto interno bruto (PIB), la entidad de las estadísticas lo compara con varias de las ramas que sí se cuentan al calcular la producción total de la economía.
No en vano, la investigadora social Cecilia López definió la economía del cuidado como aquellos beneficios que reciben diariamente los seres humanos, sin los cuales no podrían enfrentar lo que supone vivir: alimentarse, tener un hogar adecuado, disponer de aquello que como persona requiere para realizar sus actividades, en especial su trabajo y estudio.
Tendencias
Es así como, el trabajo doméstico no remunerado es el segundo, después de la industria ($470 billones de pesos), que generó mayor valor en el estimado más reciente, de 2021. En ese año, la producción total de la economía fue de 2.126 millones de pesos, con lo cual, la economía del cuidado, sin que se refleje en la medición, puso un valor del 21,7 %.
¿Quién lo hace?
Aunque cada vez el hombre se ha estado metiendo más en la realización de trabajo doméstico y del cuidado no remunerado, la mujer sigue siendo la protagonista. El 75,9 % del valor económico generado por estas actividades lo pusieron ellas y el restante 24,1 % lo aportó la población masculina.
En cuanto a las labores más frecuentes, que se llevan la mayor parte del tiempo del trabajo no remunerado, se destacan: el suministro de alimentos, con 32,1 %; tareas de limpieza, mantenimiento y reparación para el hogar, con 29,8 %, y el cuidado y apoyo de personas del hogar (enfermos, menores de edad, jefes de hogar, discapacitados) con 17,2 %.
Las estadísticas indican que, si se pagara al integrante de la familia que se encarga de suministrar los alimentos, su actividad costaría 74 billones de pesos al año. El segundo rubro más grande sería el de los oficios de limpieza y mantenimiento del hogar, cuyo valor que calculado en 68,5 billones de pesos en el informe del Dane.
Oficios relacionados con preparación de alimentos, limpieza, cuidado y apoyo de personas en la familia y mantenimiento del vestuario recaen más sobre los hombros de la mujer. En cambio, el hombre participa un poco más en mantenimiento del hogar, limpieza y suministro de alimentos.
Concentrado en el campo
El trabajo doméstico no remunerado está más concentrado en las personas del campo, lo que encaja en el hecho de que en las áreas urbanas hay más oportunidades de empleo. Sin embargo, también se dan las circunstancias en las cuales, las familias deciden que, generalmente la madre, permanezca en la casa, sin salir al mercado laboral, para encargarse de las labores propias de un hogar.
César Fajardo, por ejemplo, dice que lo hacen por ahorro, pues “es más económico que contratar una persona que atienda los niños, prepare la comida y demás oficios”.
El problema es que esa decisión afecta el desarrollo de la mujer, que además de no recibir remuneración por las horas que invierte en el trabajo del cuidado, también disminuye sus posibilidades de bienestar (estudio, recreación y demás).