En 2023, Estados Unidos registró un récord de personas sin hogar, ¿qué lo explica?

La indigencia, entendida como una condición de extrema pobreza y carencia de recursos básicos necesarios para mantener un nivel mínimo de vida, no solo es un grave problema de los países en desarrollo o pobres, sino que cada vez es más evidente en las grandes potencias y en particular en Estados Unidos, que es al mismo tiempo se mantiene como la locomotora del planeta.

Un reciente informe del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos muestra que en 2023 el país del Norte registró la mayor cantidad de personas sin hogar (homeless) desde que comenzaron a llevar estas estadísticas hace más de 15 años.

Esto implica un crecimiento de 12 % frente a 2022 y un total de 653.104 individuos afectados por esta situación. Así mismo, se evidenció un marcado aumento (de 17 por ciento) en el número de familias con niños que viven en refugios y que alcanzan 25.000 personas.

La foto de la indigencia estadounidense también se ensombrece al evidenciar que 143.000 personas llevan más de un año en esa situación y una de cada seis tiene entre 55 y 64 años, es decir, que están entrando o pertenecen a la tercera edad y tiene menos oportunidades de generar ingresos.

El mayor porcentaje de personas sin techo en el país del Tío Sam (20 %) tienen entre 35 y 44 años, les siguen las que tienen entre 25 y 34 años, con 18,2 % del total. Así mismo, los afroamericanos, que son el 13 % de la población en Estados Unidos, conforman el 37% de los sin hogar.

”Estos datos, sin embargo, carecen de información importantes sobre los homeless, como por ejemplo cuántos de ellos son solicitantes de asilo, una población que probablemente contribuyó al aumento a niveles récord”, sostiene un informe de la agencia Bloomberg.

Precisamente, los migrantes que cruzan la frontera de Estados Unidos en busca de asilo han tenido un impacto enorme en los sistemas de refugios y ha sido tan grande su llegada, que en ciudades como Nueva York, tuvieron que revocar partes de un decreto de consentimiento que garantizaba el derecho a refugio para las personas sin hogar, ya que tenían dificultades para albergar a los migrantes. Al no conseguir refugio, miles de ellos se quedan viviendo en las calles.

Otros medios como NBC atribuyeron el aumento de los homeless al fin de la ayuda gubernamental por la pandemia, así como al alza sostenida de los costos de vivienda, lo que ha hecho que muchos estadounidenses deban vivir en la calle o en refugios.

Durante la crisis sanitaria por Covid-19, el Gobierno daba ayudas de emergencia para el pago del alquiler, pero al terminar con esos pagos, empezaron las expulsiones de los inquilinos en mora.

En declaraciones a medios estadounidenses, Ann Oliva, directora ejecutiva de la Alianza Nacional para Acabar con la Falta de Vivienda, señaló que otro factor que incide en el aumento de la indigencia se relaciona con la crisis de salud mental que vive el país, así como el abuso en el consumo de sustancias sicoactivas. Aunque precisa que el principal responsable de esta situación es la grave escasez de viviendas asequibles.

“Lo que observamos es un increíble déficit de unidades de vivienda asequible en este país, donde hay aproximadamente una unidad por cada tres inquilinos de ingresos extremadamente bajos que la necesitan”, dijo Olivet.

Un informe de Statista señala que a pesar de la idea de que Estados Unidos es un país donde el trabajo duro y el esfuerzo personal inevitablemente conducirán al éxito, este no siempre es el caso. En 2021, el 9,3 % de los hogares estadounidenses tenían un ingreso anual inferior a 15.000 dólares, lo que hoy equivale a 4,9 millones de pesos al mes, en un país donde el ingreso promedio es de 74.580 dólares al año (24,5 millones de pesos al mes).