Transición Energética
En Colombia lanzarán un millonario fondo de inversión para impulsar la eficiencia energética
Las energías renovables pasaron a ser una de las grandes prioridades de gobiernos
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) prevé que la participación de las energías renovables en el suministro eléctrico global pasará del 26 % que había en 2018 al 44 % en 2040 y proporcionará dos tercios del incremento de la demanda eléctrica registrado en ese período.
Según expertos, las energías renovables pasaron a ser una de las grandes prioridades de gobiernos, compañías y organizaciones que buscan disminuir las emisiones de dióxido de carbono y generar un impacto positivo en el medioambiente, sin embargo, uno de los mayores desafíos actuales es la falta de financiación.
En este contexto, Azimut Energía, lanzó un Fondo de Inversión Privado (FIP) que busca ser un vehículo financiero para proyectos de transición energética. El fondo cuenta con un capital de 30.000 millones de pesos en negocios ya ejecutados, y busca recaudar 150.000 millones de pesos adicionales para el desarrollo de proyectos en los próximos tres años.
“Este fondo estará dirigido a empresas grandes, medianas y pequeñas en Colombia, que quieran mejorar sus costos de energía y reducir su impacto ambiental a partir de proyectos de eficiencia energética. Para esto, contaremos con modelos financieros ajustados a las necesidades de los clientes en donde el ahorro será el encargado de pagar las inversiones en sustitución tecnológica o generación de energías limpias. Con estos nuevos productos financieros, las compañías podrán encontrar alternativas para que sus empresas lleguen a un consumo de energía mínimo de la mano de las últimas tecnologías a nivel mundial”, destacó Camilo Montoya, gerente general de la compañía.
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Cabe señalar que uno de los principales desafíos en Colombia es mejorar la eficiencia energética, ya que según la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), el 67 % de la energía se consume de forma ineficiente, lo que representa pérdidas económicas anuales de aproximadamente 6.600 y 11.000 millones de dólares. Esta situación se debe en parte a la falta de políticas y tecnologías eficientes en el sector energético del país.
Este capital estará enfocado en tres tipos de activos, el primero, relacionado con la digitalización, es decir, proyectos que impulsen el uso de tecnologías que abarcan el internet de las cosas, la computación en la nube y la analítica de datos para la eficiencia energética. En segundo lugar, en la sustitución de tecnologías antiguas por nuevas más eficientes y sostenibles. Por último, en generación de energía con fuentes renovables, como solar o biomasa, por medio de las cuales las empresas estarán en capacidad de producir su propia energía más económica que como actualmente la están comprando a la red de distribución nacional.
Además, en Colombia, conforme a los datos presentados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística Según (Dane), el incremento anual del precio de la electricidad a nivel nacional en el 2022 fue de 25,9 %, lo que da cuenta, de que la energía cada año es más costosa.
“Esto permitirá a nuestros inversionistas privados estar tranquilos de invertir, puesto que estaremos ofreciendo un producto con rentabilidades muy atractivas y un perfil de riesgo muy moderado por el tipo de proyectos que desarrollamos y las empresas con las que trabajamos. Además, no hay que olvidar que obtienen beneficios tributarios por apoyar un modelo de inversiones verdes y que están ayudando a disminuir el impacto negativo a la huella de carbono”, comentó Santiago Uribe, Gerente de Mercadeo y Ventas de Azimut Energía.
Estos proyectos serán desarrollados por la compañía, que cuenta con experiencia en los sectores como minería, alimentos, procesos químicos, consumo masivo, cemento, telecomunicaciones, petróleo, comercio, centros comerciales, hoteles, oficinas, parques logísticos, entre muchos otros, en los cuales ya se ha demostrado que se pueden generar ahorros superiores al 30 % utilizando el cobro de energía actual como fuente de pago de las inversiones necesarias para la renovación tecnológica.