¿Es viable que en Colombia se reduzca el consumo de gasolina, como lo pide el presidente Petro?

El gremio de los combustibles se ha posicionado en el ojo del huracán durante este inicio de año, la prioridad gubernamental de dejar de lado los combustibles fósiles, o el constante aumento de precio para la gasolina o el diesel a nivel nacional, son solo algunos de los hechos que han marcado el debate durante este inicio de año alrededor de este sector.

Esta coyuntura se ha visto sumada a las diferentes complicaciones económicas que ha tenido que atravesar la nación durante este inicio de año, las cuales aunque empiezan a mostrar síntomas de avance y mejoría, aún requieren un progreso mayor.

A causa de esto, el presidente de la República, Gustavo Petro, hizo un llamado a la población colombiana a través de su cuenta de Twitter, relacionado con el consumo de gasolina y a las dinámicas monetarias que ha vivido la nación en los últimos meses:

“La economía va bien, pero quiero que vaya mejor. En el frente del comercio exterior es clave que reduzcamos importaciones de combustibles, especialmente gasolina. Eso depende de usted, hagamos esfuerzos por consumir menos gasolina en nuestra vida cotidiana. Comienzo por mi caravana presidencial”, trinó el jefe de Estado.

Idea que volvió a ser reforzada por el máximo mandatario desde Alemania, donde aterrizó este 14 de junio: “Se ha montado el relato de que somos un gran exportador de petróleo, pero no se cuenta el otro lado de la historia y es que entre el 20 % y el 40% de la gasolina que se consume en Colombia es importada. Indudablemente, una reducción en el consumo de gasolina sería muy favorable” aseguró Petro.

En principio, aunque podría parecer una simple propuesta, levantó fuertes críticas por parte de aquellos colombianos que se transportan en sus carros diariamente, asegurando que esta iniciativa ni siquiera era viable, y que se trataría de algo descabellado.

Sin embargo, el presidente Petro, para contrarrestar estos cuestionamientos, anunció que comenzaría este proceso desde su propia caravana presidencial, reduciendo la cantidad de camionetas y de ambulancias; pero hay quienes aseguran que se trata de una propuesta de doble moral, si se tiene en cuenta la cantidad de combustible que gasta el avión presidencial, en cada uno de los viajes que realiza el máximo mandatario, o los trayectos en helicóptero que lleva a cabo, la vicepresidenta de la nación, Francia Márquez.

A la opinión de este tema, también se sumó la Presidenta Ejecutiva de la Cámara Colombo Americana, Claudia Lacouture, quién trinó lo siguiente en su cuenta de Twitter:

“Una economía próspera necesita de una industria competitiva, con capacidad de generar empleo formal e ingresos sostenibles para cerrar las brechas sociales en el país (...) Hoy, una reducción en consumo de combustible podría darse más por aumento constante en precio que impacta principalmente a colombianos de menos recursos que tienen dificultades para adquirir la #gasolina que necesitan para su movilidad y el desarrollo de sus pymes” aseguró Lacouture, quién también expresó que es necesario un plan de transición energética bien estructurado.

Ante el escenario planteado, distintos expertos se han expresado, asegurando que esta reducción de consumo es difícil de aplicar a partir de la voluntad popular, y que requeriría medidas más profundas de prevención, como lo explicó, el CEO de Values AAA-Banca de Inversión, Jeisson Andrés Balaguera, declaró al medio Bloomberg Línea:

“En este caso, el país aún debe tener una preparación más sólida que permita poder reducirlo (el consumo). La transición energética es fundamental para el desarrollo de este proceso. Esta medida podría ser viable teniendo en cuenta un periodo de más largo plazo. Importante recordar que cualquier país tiene una población creciente, unas necesidades infinitas y unos recursos limitados” dijo Balaguera.

De esta forma, distintos actores cercanos al sector han expuesto que esta petición realizada por el gobierno Petro, es realmente difícil de aplicar, y no sería viable de no presentar un plan concreto y explicado, que presente una serie de pasos para avanzar en este sentido, como también se ha venido esperando con la transición energética.