Salud
Escasez de medicamentos en Colombia: una crisis sin soluciones de corto plazo
El desabastecimiento afecta cada vez a más a pacientes. Es una situación generada por problemas logísticos y una posible mala gestión de recursos.
En Colombia, conseguir medicamentos se ha convertido en una carrera contrarreloj para muchos pacientes. Lo que antes era un inconveniente poco usual, hoy es una realidad que ha llegado a afectar tanto a pacientes como a hospitales y clínicas donde estos insumos son esenciales. De acuerdo con el Listado de Abastecimiento y Desabastecimiento de Medicamentos en Seguimiento de julio de 2024, publicado por el Invima, algunos fármacos utilizados para tratar enfermedades graves como el cáncer, la esquizofrenia y la epilepsia, pudieran estar en especial riesgo de desabastecimiento.
Eduardo Dimate García, magíster en salud pública de la universidad Manuela Beltrán, señala que esta situación no es algo nuevo, pero que sí ha venido agudizándose. “El desabastecimiento de medicamentos en Colombia puede ser causado por varios factores interrelacionados. Entre sus posibles causas creemos que están los problemas de producción, la falta de materias primas y dificultades en la distribución son algunos de ellos”, comenta.
A pesar de que este sea un tema multifactorial, el experto reitera que la problemática no solo se debe a un tema logístico. Subraya que las modificaciones a regulaciones, como los cambios en los precios de los medicamentos, también están jugando en contra.
La ineficiente gestión de los recursos de parte de algunas EPS también es una pieza clave para entender el porqué de esta coyuntura. “Las EPS reciben dinero para la compra de medicamentos, pero en algunos casos no lo gestionan de manera adecuada. Esto provoca retrasos en las compras y en la entrega a farmacias y hospitales, afectando directamente a los pacientes”, añade Dimate.
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El impacto en los pacientes
Los números hablan por sí solos. Según el más reciente reporte de la Superintendencia Nacional de Salud, para junio de 2024, los reclamos en el sistema de salud aumentaron un 8,39 % anual, alcanzando 129.608. Un número importante, si se considera que para 2023 se recibieron 119.573.
Más allá de las estadísticas generales, las cifras de personas afectadas son alarmantes. Dimate menciona casos puntuales: “La EPS Sanitas ha reportado más de 23.000 afectados por la entrega tardía de medicamentos. En Famisanar, 3.755 personas también han sufrido por estos retrasos y a nivel nacional, la Supersalud estima que 50.000 personas han sido directamente afectadas por la falta de medicamentos, solo en los últimos meses”.
Así mismo, un punto crítico a considerar son los pacientes con enfermedades crónicas, la población más vulnerable ante un desabastecimiento. Dimate explica que para quienes padecen epilepsia o cáncer, por ejemplo, el desabastecimiento de medicamentos puede ser devastador: “Interrumpir los tratamientos para estas enfermedades compromete la efectividad de los mismos y pone en riesgo la vida de los pacientes”, asegura.
Ana María Vesga, presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI), también ve con preocupación este panorama. “Los pagos extemporáneos e insuficientes del gobierno a las EPS han afectado su capacidad para pagar a los laboratorios y gestionar la compra de medicamentos de alto costo”, explica. Además, menciona que “las demoras en la aprobación de trámites en el Invima impiden que ingresen medicamentos clave o sustitutos terapéuticos”, lo que agrava el desabastecimiento.
La urgencia de soluciones concretas
Frente a una posible crisis de abastecimiento de medicamentos, Vesga propone un mecanismo de respuesta basado en la coordinación constante entre el Ministerio de Salud, Invima, laboratorios, gestores y EPS. “La única estrategia efectiva para prevenir y abordar los problemas de abastecimiento es el trabajo articulado, constante y riguroso”, señala.
Esta colaboración permitiría identificar a tiempo los medicamentos en riesgo de escasez y tomar medidas oportunas, como la agilización de trámites sanitarios, la búsqueda de alternativas terapéuticas o incluso importaciones extraordinarias.
Sin embargo, la presidente de Acemi advierte que cualquier solución depende en gran parte de un sistema financieramente armonizado. “Desde luego, cualquier medida exige un sistema correctamente financiado que evite las dificultades de cartera entre sus actores”, subraya. Sin estos recursos, la situación pudiera seguir empeorando.
A esta coyuntura, se suma el reciente paro de camioneros. En pocos días, la distribución de productos en todo el país se ha visto afectada, y los medicamentos no han sido la excepción. Este tipo de movilizaciones, que interrumpe el transporte de bienes, pone todavía más en riesgo la ya limitada cadena de suministro de fármacos.