Macroeconomía
Estas son las ciudades donde se vende la gasolina más cara y más barata de Colombia
El presidente Gustavo Petro anunció que se viene un aumento en el precio de la gasolina para disminuir el hueco fiscal que existe por subsidiar este combustible.
El anuncio que hizo el presidente Gustavo Petro sobre subir el precio de la gasolina en el país representa una nueva presión sobre las finanzas de los hogares colombianos, que ya, por cierto, está bastante golpeado por la alta inflación que registra el país, jalonada por alimentos y servicios públicos más costosos, como es el caso de la energía eléctrica.
Sin duda, un precio de la gasolina más caro afectará aún más la inflación del país y las finanzas de las familias. En julio pasado fue la última vez que el gobierno del expresidente Iván Duque aprobó un aumento en el precio de 150 pesos, luego de seis meses de estabilidad.
Actualmente, la ciudad en la que es más caro un galón de gasolina es Tunja, capital del departamento de Boyacá, con un precio de referencia de 9.657 pesos. Le sigue Villavicencio (Meta), donde sus habitantes deben pagar aproximadamente 9.623 pesos por un galón de este combustible.
El top cinco de ciudades con la gasolina más cara lo completan Cali (9.562 pesos), Neiva (9.560 pesos) y Bogotá (9.523 pesos). Es importante tener presente que estos precios que fija el Ministerio de Minas y Energía son de referencia, es decir que pueden variar según la estación donde se compre el combustible.
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En cuanto a los precios más bajos, Cúcuta es la ciudad donde menos cuesta un galón de gasolina. Actualmente, está en 7.576. Le sigue Pasto, la capital de Nariño, con un precio de 8.032 pesos. Estos precios más bajos están relacionados con los beneficios tributarios que tienen los municipios de Colombia ubicados en zonas de frontera.
Desde 1995, los combustibles que se distribuyen en los municipios de zonas de frontera están excluidos del IVA y están exentos de aranceles y del impuesto nacional a la gasolina y el ACPM con el fin de promover el desarrollo y el crecimiento económico de dichas regiones.
Estos beneficios tributarios permiten que el costo de los combustibles sea más económicos frente a otras ciudades del país. Cúcuta y Pasto son las únicas dos ciudades en donde el precio de la gasolina está por debajo de los 9.000 pesos, teniendo en cuenta las 18 ciudades que destaca el Ministerio de Minas y Energía.
Este fin de semana también se avivó la preocupación por el alto déficit que presenta el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC), a través del cual se subsidian los combustibles para que los colombianos puedan pagar un precio más económico.
Este déficit asciende a 10,49 billones de pesos, y para disminuirlo, el presidente Gustavo Petro anunció que se viene un aumento en el precio del galón de gasolina, pues el precio del ACPM se mantendrá intacto. Una decisión que sin duda golpearía aún más la inflación, que en agosto llegó a 10,84 %, la cifra más alta desde abril de 1999.
“A los consumidores de gasolina les decimos que retomaremos la senda de crecimiento de precios, y que el objeto no será más que disminuir el déficit irresponsablemente acumulado. No tocaremos los derivados del Acpm”, escribió el primer mandatario en su cuenta de Twitter.
El deficit de estabilización de precios de los combustibles por falta de pago del gobierno anterior es de 10 billones por trimestre. Es decir casi 40 billones anuales. Casi la mitad del déficit del presupuesto nacional.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 11, 2022
Se produce al no subir el precio de la gasolina. https://t.co/bN4NTznFIy
Actualmente, el precio promedio del galón de gasolina, en las 13 ciudades principales, está en 9.180 pesos, mientras que el precio promedio del diésel es de 9.018 pesos. El presidente de Fendipetróleo, Juan Carlos Vélez, aseguró a SEMANA que “si se llega a eliminar el FEPC, la gasolina y el diésel quedarían en un promedio de 17.000 pesos″.
El problema es que se trata de una encrucijada, pues el incremento en el precio de la gasolina podría arrastrar todo a su paso, ejerciendo presiones inflacionarias mayores a las que ya tenemos: en agosto, la inflación fue de 10,84 %, la más alta desde abril de 1999.