PIB
Los nubarrones de la tributaria y otras razones por las que Colombia crecerá menos de ahora en adelante
El impulso del primer semestre de este año llevará a que el incremento anual de la economía supere el 6 %. Sin embargo, para el año entrante, la inflación, el aumento en las tasas de interés y hasta la tributaria afectarán esta dinámica.
Los ecos del crecimiento a lo largo de este año se siguen escuchando. En el segundo trimestre, el PIB creció 12,6 por ciento, lo que puso a Colombia a la vanguardia de los países con el mejor comportamiento de la economía en lo que va del año.
Tras la pandemia en 2020 y los efectos de los paros y bloqueos, la economía en Colombia ha mostrado una singular fortaleza.
Según un análisis de Anif, la economía continúa mostrando fuertes señales de solidez. Todas las ramas de la actividad económica, a excepción de la minería, presentaron variaciones anuales positivas. Las actividades de recreación presentaron el mayor crecimiento entre los sectores, registrando una variación anual de 36,5%. Al interior de la división se observa que aquellas relacionadas con el hogar fueron las de mayor crecimiento, con una variación de 52,5%.
La categoría de Comercio, transporte y turismo fue la segunda con mayor crecimiento 23,3%. Para el crecimiento del rubro fue determinante la denominada “economía de movilidad y presencialidad”, entre la que se encuentran las ventas de vehículos y combustibles, así como también las prendas de vestir y textiles, dice la entidad.
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Las ventas de electrodomésticos, equipos y aparatos de sonido ganaron protagonismo en el trimestre por los dos Días sin IVA que hubo en esos meses.
La industria fue otro de los sectores con crecimiento superior al promedio, al registrar una variación de 20,3 %. La agrupación de mayor crecimiento fue la transformación de la madera y fabricación de papel y cartón, con un incremento del 41,8 %.
El desempeño de esas actividades obedece a la mayor solicitud por parte de almacenes para el empacado y embalaje, así como del sector de la construcción para pisos y acabados de las edificaciones residenciales.
Las actividades secundarias, específicamente la industria manufacturera, han impulsado el crecimiento agregado de la economía.
De igual manera, sobresale el repunte en las obras civiles, que dejan atrás la contracción del primer trimestre con la variación positiva del segundo periodo.
También destaca el informe de Anif que el comercio y los servicios en general siguen jalonando la actividad económica.
“Prueba de lo anterior es que 5 de las 6 actividades que crecieron a 2 dígitos en este periodo corresponden al sector. La otra cara de la moneda está en las actividades primarias, que siguen mostrando un desempeño desfavorable. Durante este periodo, el resultado se deriva de las condiciones climáticas adversas y la menor explotación de productos como el carbón”.
Desde la óptica del gasto, continúa resaltando la tasa de crecimiento del consumo privado que se sitúa por encima del crecimiento promedio de la economía. Esta dinámica se mantiene porque el nivel de empleo se ha venido recuperando, acercándose a cifras prepandemia, las remesas también mantienen un ritmo al alza que ayuda a impulsar el gasto de los hogares, al igual que los créditos que siguen creciendo, pero sobre los cuales las autoridades financieras tienen los ojos encima para evitar un deterioro en los pagos.
En resumen, como lo explica un estudio de la firma de Javier Hoyos: “La recuperación del empleo, el buen momento de las remesas y el mayor valor de la cosecha cafetera explican en buena medida el buen desempeño en el consumo”.
A su vez, destaca el análisis que el crecimiento económico del primer semestre de 2022 fue del 10,6%, superior al 9% del primer semestre en el 2021, en un escenario en el que las remesas crecieron el 8,4% en el semestre, la devaluación en lo corrido del año es cercana al 4% y la anual es de 9,9%, y las exportaciones e importaciones totales aumentaron a ritmos altos.
Los nubarrones
Sin embargo, la medición de los resultados del primer semestre del año frente al mismo periodo del 2021, y en especial del segundo trimestre, se dan bajo un efecto base del paro nacional, los bloqueos y manifestaciones que paralizaron gran parte de la actividad productiva.
Además, la inflación se ha acelerado –llegando a los mayores niveles de los últimos 22 años ya en doble dígito- y el Banco de la República ha aumentado significativamente su tasa de intervención, que se sitúa en 9 %.
Según Anif, el exceso de demanda de los hogares se mantiene en el centro de la discusión, pues de continuar con los crecimientos observados se acentuarían las presiones inflacionarias observadas durante el primer semestre del año.
Los datos sugieren que la demanda de los hogares, si bien se está volcando cada vez más hacia los servicios, sigue abasteciéndose de las importaciones.
“En efecto, esas importaciones no encuentran su destino final en la inversión, sino en el consumo, tal como lo deja ver la expansión de la formación bruta de capital fijo que tuvo un modesto crecimiento del 9,6 %, si se le compara con los demás componentes del gasto. No obstante, se debe destacar el registro de las exportaciones, donde se observa un ritmo de crecimiento muy similar al de las importaciones y por tanto una reducción temporal en el déficit de cuenta corriente”, dice la entidad.
El mismo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha señalado que el contexto internacional es adverso debido a la desaceleración que experimentan Estados Unidos, China y países de Europa.
Así las cosas, el incremento en las tasas de interés, en Colombia y en el mundo, al igual que la inflación que parece aún no haber llegado a su techo en el país, por factores como el invierno, el precio del dólar y el incremento en combustibles, se materializarán en una desaceleración de la economía.
De tal manera que, para el final del año, el crecimiento económico se estima será superior al 6% -para Anif la expansión del PIB estará en el rango de 6,8% y 7,2%, con un dato puntual de 7%-.
Sin embargo, las estimaciones para el año entrante no son tan optimistas y ya entidades como el Banco Mundial establecen que Colombia crecerá entre 2% y 3%.
Según la firma de Javier Hoyos, para el segundo semestre y el 2023 se espera un menor crecimiento de la economía, como consecuencia de la desaceleración de la economía mundial, la mayor inflación, el aumento en las tasas de interés.
Pero va más allá y advierte que esa menor dinámica también se puede dar por la expectativa o incertidumbre en los programas económicos del nuevo gobierno, en lo que tiene que ver con el sector de minería e hidrocarburos, salud, pensiones y la reforma tributaria.
“Dicha reforma afectará no solo a las personas naturales de altos ingresos, sino también a los de medianos ingresos, actuando negativamente sobre el consumo y el ahorro al bajar el ingreso disponible.
En igual sentido, actuará el impuesto al patrimonio permanente, el cual es antitécnico pues recae sobre ingresos que ya fueron gravados.
También preocupan las propuestas tributarias para el sector minero y petrolero, pues en muchos casos elevarían la carga tributaria por encima del 90%, contrario a lo anunciado por el Presidente en su discurso de posesión en el sentido de que no habría impuestos confiscatorios.
Esta alta tributación es una forma de señalar el marchitamiento o el poco interés en estos sectores, que generan alrededor de 25.000 millones de dólares en exportaciones”, advirtió la firma.
Y añadió que estas cifras demuestran que sería un error suspender nuevas exploraciones dada la importancia de estos rubros en las exportaciones y en la economía, y también observando lo que pasa en Europa, pues algunos países tendrán que aplazar su transición energética al tener que usar carbón en sus plantas atendiendo al principio de seguridad y soberanía dada las limitaciones de suministro de gas por parte de Rusia.
La firma también criticó nuevos impuestos, como el del plástico y las bebidas azucaradas. “La creación de nuevos impuestos para mitigar externalidades negativas en salud y medio ambiente, con gravámenes al carbono, al plástico, a las bebidas azucaradas y los alimentos ultra-procesados, afectará a las personas de bajos recursos que verán subir los precios de productos de consumo popular, en momentos en que es necesario atenuar la inflación.
Además, al disminuir su venta se recaudará menos por IVA. Se dice que el objetivo no es el recaudo, frente a lo cual bastaría con campañas educativas, pero a renglón seguido dicen que esperan recaudar por estos conceptos $2.5 billones”, señala el análisis.
Finalmente, la consultora manifiesta su preocupación por lo dicho por el ministro Ocampo, en cuanto a que no admitirán un recaudo inferior al proyectado, “pues el impacto de $25 billones para la economía es alto”.
De otro lado, la inversión –factor clave en el crecimiento de la economía ante la desaceleración del consumo-, en especial la extranjera, también podría afectarse de cara a la tributaria y, por consecuencia, la generación de empleo, lo que llevaría a las compañías extranjeras instaladas a repensar sus inversiones en Colombia y a enviar a sus trabajadores a otros países más competitivos.
Así lo advirtió la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) durante la audiencia pública “El costo de la reforma tributaria: ¿es necesaria?”, desarrollada en el Congreso de la República.
“El proyecto de reforma tributaria se enfoca principalmente en las modificaciones frente al impuesto a la renta de las personas jurídicas y de extranjeros residentes y no residentes del país, lo que podría llevar a algunos sectores a repensar la posibilidad de invertir en nuestro país o de envío de sus trabajadores que hoy están instalados en Colombia a otros países como Panamá o Costa Rica, donde van a ser mucho más competitivos”, dijo Santiago Marroquín, subdirector de AmCham Colombia y quien participó en la audiencia.
Durante la audiencia pública, AmCham Colombia aseguró que, según los análisis de especialistas económicos como el profesor de los Andes, Sergio Clavijo, el proyecto de reforma tributaria también tiene un impacto en el incremento de impuestos de alrededor del 40%, tanto para las empresas como las personas naturales.
“El articulado del proyecto refleja múltiples instrumentos encaminados a incrementar la tributación no solo de las personas naturales, en forma significativa, sino también de las empresas y de los inversionistas extranjeros.
De manera que, de ser aprobado el proyecto, tendría indudablemente impactos negativos en la inversión esperada, en el consumo y en el ahorro de los colombianos”, expresó Marroquín.
Agregó que, entre los instrumentos para incrementar la tributación propuestos por el Gobierno Nacional, que generan un alto impacto en el sector productivo nacional, está la doble tributación para la inversión extranjera que estaría en rangos superiores al 50% en incrementos, así como un aumento en la tributación de dividendos para no residentes y profundización de asimetrías de los no residentes.
El proyecto de ley contempla además un incremento en la tarifa de ganancias ocasionales y una limitación de los beneficios a las empresas.
“La reforma incrementa también la tributación de las empresas a través de tres instrumentos básicos, la eliminación del descuento del ICA; la eliminación de muchas rentas exentas y algunas tarifas diferenciales; y la limitación de deducciones especiales, exenciones e ingresos no constitutivos de renta y algunos beneficios que se limitan al 3% de la renta ordinaria”, agrega el vocero de Amcham Colombia.