Macroeconomía

Estudio revela preocupantes cifras de cobertura pensional en Colombia

Solo el 16 % de las personas en edad de pensionarse empezó a recibir su mesada en 2021.

16 de marzo de 2022
Foto de referencia sobre alzhéimer y vejez
Foto de referencia sobre alzhéimer y vejez | Foto: Getty Images

Pese a que el sueño de muchas personas al llegar a la vejez en Colombia es tener una pensión que les permita disfrutar de un sustento en esta etapa de la vida, el porcentaje de quienes lo logran no es muy alto, según una reciente investigación revelada por la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes.

Un estudio titulado “Evaluación de políticas pensionales para reducir la brecha de género en la etapa de retiro en Colombia”, reveló que a noviembre de 2021 de 7,5 millones de personas con edad para retirarse, solo 16 % estaba recibiendo pensión, siendo las mujeres las más afectadas respecto a la falta de cobertura pensional.

Andrea López Rodríguez, economista de Los Andes y una de las personas al frente de esta investigación, indicó que “el tema es aún más preocupante cuando se revisa la brecha de género”. ya que de las personas con edad para retirarse, solo el 12,1 % de las mujeres pueden acceder a una jubilación, frente a 22,5 % de los hombres. Una diferencia porcentual de 10,4 puntos.

“Este es un tema preocupante porque evidencia que la probabilidad de que las mujeres coticen y se pensionen es mucho menor, teniendo en cuenta que su expectativa de vida es mucho más alta”, indicó la experta.

Este estudio que analizó las historias laborales de 100 personas reveló también que existe “una desigualdad considerable” entre el número de personas del sector urbano que logran la pensión versus las del sector rural. Para el caso de los hombres, la cifra de personas que alcanzan la pensión en las ciudades es del 26.56 %, mientras que en el campo este porcentaje no supera los 10 puntos.

“La probabilidad de que las mujeres rurales se pensionen es de 4,18 %, frente al de las mujeres que viven en zonas urbanas y donde este porcentaje es del 15,12 %”, agrega el estudio de la Universidad de los Andes.

Según cifras del Dane, más del 80 % de las personas en el sector rural no cotiza a pensión y desde los académicos responsables de esta investigación, este hecho se explica si se tiene en cuenta que la principal razón radica en la informalidad en la que tienen que trabajar los campesinos y campesinas del país.

Las mujeres son las más afectadas

Andrea López indicó que a la hora de revisar las brechas pensionales por género, se evidencia que las mujeres son las más afectadas y explican que las causas de estas pueden estar relacionadas con la diferencia de acceso al mercado laboral, las diferencias salariales, la imposibilidad de ocupar ciertos cargos y las decisiones de las mujeres que, al dedicarse a los trabajos de cuidado, reducen sus aportes al sistema pensional.

“Además de un Estado que avanza de forma lenta a reconocer estos trabajos que alejan a las mujeres de pensionarse en igualdad de condiciones: son más las mujeres que reciben menos de dos salarios mínimos de pensión, que los hombres”, explicó López Rodríguez.

La economista López, magíster en Economía y Políticas Públicas de Los Andes, agregó que otra inequidad radica en que hombres y mujeres deben cumplir con 1.150 semanas de cotización para fondos privados y 1.300 semanas para Régimen de Prima Media o cumplir la edad de retiro que en hombres es de 62 años y en mujeres de 57.

Sin embargo, estos cinco años no son compensados, lo que representa que sus pensiones sean más bajas y cuenten con menos tiempo para aportar.

“La solución, además de tener en cuenta políticas diferenciales por género en la etapa de retiro y de ser pensada en el corto plazo, debe ajustarse desde el momento en que la mujer ingresa al mercado laboral. Con esto se busca fomentar su participación en el sector formal”, explica la economista.

La investigación plantea un escenario posible para reducir la brecha, mejorar la vejez de las mujeres y a su vez evitar desequilibrios en el sistema pensional a largo plazo. Se recomienda entonces equiparar la edad de retiro de hombres y mujeres a 62 años, dando la posibilidad de que coticen mayor tiempo; reducir el número de semanas requeridas a 1.150 para las mujeres (en Régimen de Prima Media) y otorgar un aporte de 25 semanas de contribución por cada hijo que tengan.

Para incentivar la participación laboral, en específico de mujeres que tienen a cargo hijos o adultos mayores se propone plantear la posibilidad de ofrecer flexibilidad en horarios o de realizar trabajo desde casa, esto con el fin de que no tengan que escoger entre trabajar o asumir las responsabilidades familiares.