Carbón
Europa desea nuevamente el carbón colombiano ante el temor de quedarse sin energía
Tras la guerra en Ucrania, Rusia redujo las entregas de gas a varios países, poniendo en riesgo el suministro de electricidad en Europa.
Europa había decidido abandonar la generación de energía con carbón con el propósito de aportar a la reducción de emisiones, pero esta tendencia puede frenarse temporalmente por la guerra en Ucrania y sus consecuencias en el suministro de gas.
Desde 2015, todos los países europeos se comprometieron a salir del carbón progresivamente, ya que, aunque este mineral es la mayor fuente de producción de electricidad, también es el principal generador de emisiones de CO2 en el mundo.
A principios de 2022, la Unión Europea contaba aún con 202 centrales, con una capacidad de producción de 111 GW, según datos de Global Energy Monitor. Estas plantas se concentran esencialmente en Alemania (63), Polonia (44) y República Checa (24).
El continente ya no tiene actualmente nuevos proyectos con carbón, contrariamente a otras regiones, como Asia, que sigue adelante con el desarrollo de nuevas centrales. La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha manifestado su preocupación por el alza de inversiones en carbón de esta región: +10 % en 2021 y otro tanto se espera este año.
Pero ante la baja de los suministros de gas ruso, como consecuencia de la guerra en Ucrania, y el riesgo de penuria en Europa, varios países anunciaron recientemente medidas temporales en favor del carbón.
Tal es el caso en Alemania, donde varias centrales a carbón van a seguir operando más tiempo del previsto para asegurar el suministro de energía. Pero el país asegura que ello no cambia en nada su objetivo de abandonar esta energía en 2030. Anuncios similares se han producido en Austria, en Italia o en Países Bajos.
¿Una oportunidad para Colombia?
“Hace 10 - 15 años Europa dejó de demandar carbón colombiano y dijo que el carbón de Colombia era un carbón de sangre. Prácticamente, nos cerraron los puertos. Hubo una gran persecución de ONG, financiados por Rusia, que atacó el carbón colombiano y nuestros destinos cambiaron”, dijo Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón.
Sin embargo, el importante crecimiento que se está registrando en la demanda internacional, que se acentuó con el conflicto entre Rusia y Ucrania, vuelve a poner al carbón colombiano en la mira de Europa. Países como Reino Unido, Alemania, Italia y Países Bajos, ya han manifestado su interés de suplir sus necesidades con producto nacional.
Pero, a pesar de este gran apetito por el carbón colombiano, el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, aseguró que es difícil aumentar en el corto plazo la capacidad instalada para la producción de carbón nacional. “Desde el Gobierno nacional estamos trabajando para atender a los llamados de consumidores internos y externos de carbón, de la manera más responsable y sin generar expectativas irreales sobre aumentos en la producción”, agregó.
Colombia cuenta con el 53 % de las reservas probadas de carbón de Latinoamérica y el 0,6 % de las mundiales, que le permiten contar con recursos para los próximos 52 años. En 2021, la producción de carbón llegó a 56,4 millones de toneladas y este año se espera un incremento del 10 %.
¿Reversa a la transición energética en el mundo?
“Hay que asegurarnos de que aprovechamos esta crisis para seguir avanzando” en la transición energética, “sin marcha atrás hacia los combustibles fósiles contaminantes”, advirtió la jefa del ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen.
La AIE, que presentó un plan para reducir la dependencia europea al gas ruso, estima por su lado que hay margen de maniobra para recurrir un poco más al carbón sin aumentar por ello las emisiones del sector energético en Europa.
Según sus cálculos, una utilización mayor del carbón equivalente a 120 TWh (teravatios-hora) podría reducir la demanda europea anual de gas en 22.000 millones de metros cúbicos (sobre los 155.000 millones de metros cúbicos importados de Rusia en 2021), sin aumentar las emisiones.
Desde Colombia, el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), Alejandro Castañeda, afirmó que “siempre existirán las plantas térmicas, no solo a carbón, sino también a gas natural, porque son las que permiten la entrada de energía renovable no convencional al sistema, ya que brindan una certeza sobre el suministro confiable y eficiente”.
Además, aseguró que, hacia adelante, el carbón, el gas natural y otros combustibles fósiles no se van a eliminar de la matriz energética del mundo. Lo que va a pasar, es que se va a hacer un mejor uso de ellos.
“Cada país tiene que ver desde qué punto arranca una transición energética ordenada. Hay que hacer una transición, pero no puede ser acelerada, sino ordenada. Es decir, que la incorporación de energías renovables no convencionales se haga en la medida en que el sistema lo permita”, puntualizó.
*Con información de la AFP.