Macroeconomía
Fracasó diálogo para levantar bloqueo en El Guavio y 2 millones de hogares podrían quedarse sin energía
El bloqueo al ingreso a la central hidroeléctrica radica en la insatisfacción de los manifestantes frente al mal estado de las vías de la zona.
Luego de la mesa de concertación que se llevó a cabo en Mámbita, no se logró llegar a un acuerdo para levantar los bloqueos que llevan 25 días afectando la operación de la Central Hidroeléctrica El Guavio, ubicada en el municipio de Ubalá, departamento de Cundinamarca.
En este espacio, que duró más de siete horas, participaron la comunidad, Enel Colombia, Grupo Energía Bogotá (GEB), Ecopetrol, el Ministerio de Minas y Energía, representantes de la Gobernación de Cundinamarca, las Alcaldías de Ubalá, Gachalá, Medina y Santa María (Boyacá), la Defensoría del Pueblo y Corpoguavio.
El fracaso de estas conversaciones implica que seguirá restringido el ingreso del personal de Enel Colombia, encargado del mantenimiento de las unidades de generación de la central hidroeléctrica, así como el acceso de todas sus empresas contratistas.
Si esta situación continúa, los próximos 13 y 14 de septiembre, la compañía aseguró que se verá en la obligación de declarar indisponibles otras dos unidades que suman 500 megavatios. El pasado 7 de septiembre dos unidades de generación, que también suman 500 megavatios, fueron declaradas indisponibles por falta de inspección.
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El Guavio es la hidroeléctrica más grande del país y cuenta con una capacidad instalada de 1.260 megavatios. Con 1.000 megavatios por fuera del sistema, El Guavio estaría operando al 20 % de su capacidad instada total, lo cual pone en riesgo el suministro de energía eléctrica para 2 millones de hogares que están ubicados en la región.
“Entendiendo que somos un usuario más de las vías departamentales, mas no el principal actor ni el responsable de su mantenimiento, lamentamos no haber llegado a una solución definitiva que permita normalizar la operación de la central hidroeléctrica más grande del país”, aseguró Eugenio Calderón, gerente de generación eléctrica de Enel.
Además, manifestó que desde Enel Colombia se mantiene la voluntad para participar en un diálogo inmediato con la comunidad y las entidades competentes, con el fin de llegar a una pronta solución de los puntos que quedaron pendientes por concretar.
“Hacemos un llamado urgente a todos los actores involucrados para resolver esta difícil situación, que afecta el bienestar de la comunidad y la confiabilidad del sistema eléctrico colombiano”, agregó Eugenio Calderón.
Y es que el bloqueo al ingreso a la central hidroeléctrica radica en la insatisfacción de los manifestantes frente al estado de las vías en el tramo comprendido entre Mámbita – San Pedro de Jagua y Puente Guavio – Santa María, una labor que legalmente está a cargo de las gobernaciones de Boyacá y Cundinamarca.
Enel Colombia también aseguró que en su intervención pública y durante un espacio de diálogo que citó la Alcaldía de Ubalá con las diversas partes involucradas, reafirmó “su compromiso y voluntad para aportar al desarrollo vial del territorio e incluso fue flexible con la propuesta económica y en especie (maquinaria) inicialmente planteada”.
“Como aliados estratégicos de la región, tenemos el firme propósito de llegar a acuerdos conjuntos que respondan a las necesidades tanto de la comunidad, como de la compañía. Esto significa concertar acciones para mejorar el estado vial de la zona y garantizar el levantamiento definitivo de los bloqueos que hoy impiden el normal funcionamiento de la Central Hidroeléctrica El Guavio”, afirmó Eugenio Calderón.
La Central Hidroeléctrica El Guavio produce el 7 % de la energía en Colombia y genera alrededor de 5.000 gigavatios hora por año, energía capaz de suplir las necesidades de dos millones de hogares colombianos. Además, las unidades de la central representan el 35 % de las unidades equivalentes con las que cuenta el área oriental de Colombia para el control del nivel tensión.
De esta forma, el no operar con normalidad este activo implica el aplazamiento de mantenimientos de otras plantas que deben cubrir la seguridad energética de Colombia, lo que al final se traduce en mayores costos de la energía y en la pérdida de la confiabilidad en el suministro del Sistema Interconectado Nacional (SIN).