Precios
¿Gasolina y otros costos volvieron poco rentable sacar el carro a las vías colombianas?; testimonios y opiniones de expertos
Gasolina cara y subió de nuevo en agosto, a 13.654 pesos; parqueadero, seguros y las dificultades de movilidad estarían llevando a los colombianos a preferir dejar los vehículos quietos en el garaje. ¿Transición energética por la derecha?
Los propietarios de vehículos los están dejando quietos en el garaje y recurren a otro medio de transporte, prueba de ello son las dificultades que experimentan hoy los usuarios de plataformas de movilidad en las grandes urbes para conseguir un carro. Igualmente, los taxistas se quejan de los altos precios en los insumos que requieren para rodar y que ya empiezan a volver insostenible su fuente de ingresos.
Por ello, quienes pueden hacerlo están pensando dos veces antes de encender el auto, ya que los costos mes a mes han subido de manera incremental. Las cifras son contundentes. Tanquear el carro de la familia con gasolina corriente le costaba en enero 100.000 pesos –en promedio– a Virgilio Solano, con todo y los aumentos mensuales de 200 pesos que el Gobierno venía aplicando en el precio del combustible desde el último trimestre de 2022.
Virgilio vive en Bogotá, ciudad en la que cada salida implica asumir un trancón, a veces monumental, debido a que varias de las vías principales están en obra, como sucede siempre en la recta final de las administraciones locales. “La gasolina con el carro encendido esperando avanzar dura menos”, comenta.
A este ciudadano, el combustible le alcanzaba para una semana, pues ya es pensionado y tiene menos necesidad de salir. Ahora, el mismo tanqueo le cuesta 160.000 pesos, por lo que la mayor parte de días en los que necesita hacer diligencias prefiere tomar el transporte público.
Desde que empezó este año todo ha subido, a la luz de una inflación que cerró 2022 en 13,12 por ciento. Pero hay aumentos que han duplicado o triplicado ese porcentaje.
Gasolina subió de nuevo en agosto
En una ciudad como Bogotá, la gasolina ha aumentado 4.793 pesos, al pasar de 9.180 pesos en septiembre a 13.973 pesos con el alza confirmada para agosto. Los parqueaderos subieron 13 por ciento y son cada vez más demandados; en parte, por la aplicación de un pico y placa más severo, de seis de la mañana a nueve de la noche. “El valor máximo por minuto pasó de 122 a 139 pesos”, recuerda con preocupación Virgilio Solano.
La fuerte alza en costos por movilizar un vehículo la están experimentando todos los conductores. La taxista Carolina Campos hizo sus propias cuentas, para concluir que el ciudadano cada vez está más pobre y las regulaciones no ayudan. Hace cinco años tomó el volante, luego de haber trabajado en su profesión como empleada en agencias de viajes. Al quedar sin empleo tuvo dificultad para volver a engancharse “por la edad”, como argumentan millones de colombianos. Decidió dedicarse al taxi, que lo pone al servicio del público de sol a sol, compartiendo la jornada laboral con su esposo: ella en el día y él en la noche.
Confiesa que ahora se sienten apurados con los gastos que demanda el taxi, el cual es la fuente de ingresos de la familia, integrada por cuatro personas. En septiembre, el lavado costaba 12.000 pesos, ahora vale 26.000 y prácticamente lo requieren a diario, pues se moviliza principalmente hacia el Aeropuerto El Dorado, y “en estos servicios exigen que el vehículo esté en condiciones óptimas”, comenta.
En gasolina gastaba 1.250.000 pesos en septiembre, antes de las alzas que inició el Gobierno en octubre. Ahora, con corte a junio, cuando hizo sus cuentas, la demanda de recursos para ese fin ya iba en 2.050.000 pesos. Además, entre el pago de parqueadero en el aeropuerto, el rodamiento, la cuota a la aplicación en la que toma los servicios, el seguro social y la alimentación, los gastos operativos de su actividad laboral con el vehículo, en septiembre eran de 5.040.000 pesos y pasaron en junio a 8.066.000. De esa manera, con el producido mensual, el ingreso neto para el sostenimiento del hogar pasó de 2.500.000 a 3.200.000, y aunque subió algo, apenas les alcanza.
Carolina agrega que a todo lo anterior se suma la competencia con las plataformas de transporte de carros particulares, que no tienen los mismos gastos que los taxis, por lo que pueden ofrecer un servicio a un menor precio al usuario “y nada que los regulan”, dice.
Stefanía Hernández, gerente de Taxis Libres, sostiene que “de diciembre de 2022 a junio de 2023 se ha incrementado el costo mensual de la gasolina para los conductores de taxi en 28 por ciento. Hay un desfase del 51 por ciento en la tarifa de taxi en Bogotá, teniendo en cuenta los costos y gastos actuantes con el alza que ha tenido la gasolina”.
En Colombia, donde ya las vías están atiborradas de carros en las grandes ciudades, con un parque automotor que ronda los 20 millones de vehículos, contando motos, las ventas de vehículos nuevos cayeron estrepitosamente. En julio, según un informe de Fenalco, gremio de comerciantes, y la Andi, gremio de industriales, la caída fue del 43,7 por ciento frente al mismo mes de 2022.
Oliverio García, presidente de Andemos (Asociación Nacional de Movilidad Sostenible), dice que los mayores costos para mantener un vehículo, sumados a las restricciones de circulación, son desestímulos adicionales a todo el entorno económico. Suman, pero no son la razón principal de la caída en las ventas. “Existen preocupaciones de los clientes potenciales respecto a la compra de un carro.
La combinación de desafíos económicos y las medidas restrictivas han generado un aumento en los costos asociados con los vehículos, lo que puede afectar la rentabilidad de tener un automóvil propio”, manifiesta.
Y vienen más gastos
En el caso de los carros particulares que se ponen al servicio del público por medio de plataformas, también hay motivos para dejar los autos quietos. Se trata de la llamada presencia económica significativa, que fue introducida en la reforma tributaria 2022 y parte de la idea de que las empresas ubicadas en el exterior venden bienes y servicios en el territorio nacional sin tener residencia ni domicilio en el país, por lo tanto, generan ganancias y por ello deben contribuir con el fisco nacional. A partir de enero de 2024, dichas plataformas tendrían que asumir un impuesto del 3 por ciento sobre los ingresos. La presión tributaria, que en este caso es para las plataformas de intermediación, llegaría al dueño del vehículo y, posteriormente, al usuario del servicio.
No obstante a los testimonios ciudadanos sobre aumentos de costos con los vehículos, Darío Hidalgo, experto en movilidad y profesor de la Universidad Javeriana, dice que “no hay evidencia sólida que pruebe una reducción del uso del carro entre 2022 y 2023”.
Para argumentar su opinión, sostiene que el uso de los parqueaderos se mantiene más o menos igual y no hay datos de disminución en consumo de combustible. A su juicio, se trata de anécdotas basadas en la percepción, pero en lo que sí enfatizó es en la contundente reducción en ventas de vehículos, por circunstancias como la tasa de cambio, que se había mantenido elevada, entre otras variables fundamentales de la economía.
El vocero de Andemos señala que, en vista de que en Colombia hay una alta demanda insatisfecha de familias que aspiran a tener un vehículo propio, vale la pena considerar la migración a vehículos más eficientes. La disyuntiva está en que son más caros. “Ante el desbordado incremento en el precio de la gasolina y los altos costos operativos, una opción es adquirir vehículos más eficientes en el consumo de combustible, para reducir los costos operativos a largo plazo. Los vehículos eléctricos o híbridos pueden ser una alternativa que reduce significativamente la dependencia de los combustibles fósiles”.
Por el momento, ya se empieza a hablar de que, con medidas que incrementan el costo de tener un vehículo, se estaría poniendo una pieza más a la meta de transición energética, en este caso, con un parque automotor cada vez menos basado en los hidrocarburos.