IMPUESTOS
Impuestos globales mínimos a empresas aportarían hasta el 0,9 % del PIB, según el FMI
Las economías emergentes serían de las más beneficiadas de la implementación de estos tributos.
Los ministros de finanzas del llamado Grupo de los Siete (G7), el cual reúne a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, acordaron implementar una tasa impositiva corporativa mínima global a las multinacionales.
Esta tasa impositiva será del 15 % y el tributo se convertirá en el primer paso para sacar adelante lo que el G7 ha denominado como una “reforma fiscal corporativa internacional”.
El objetivo de este impuesto global es revertir casi cuatro décadas de tasas impositivas corporativas en descenso y reducir los incentivos para que las grandes empresas multinacionales trasladen sus ganancias a jurisdicciones de impuestos bajos para reducir su obligación tributaria mundial.
De acuerdo con un estudio realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), diferentes tipos de regímenes de impuestos mínimos nacionales pueden ayudar a los países a preservar su base impositiva corporativa y movilizar ingresos.
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Según el FMI, hay una dicotomía internacional sobre los impuestos corporativos, pues los países dan beneficios tributarios para que lleguen las empresas, pero luego se quejan de los pocos aportes fiscales que realizan las multinacionales.
Para intentar solucionar esta problemática, el G7 optó por la imposición de impuestos mínimos globales que no permitan que las multinacionales vayan a países con menores cargas tributarias para así evitar obligaciones fiscales.
“Cada vez más, los gobiernos recurren a impuestos mínimos como un medio para preservar su base impositiva. Esto es particularmente cierto en los países en desarrollo con administraciones tributarias más débiles, que enfrentan grandes desafíos para gravar efectivamente a estas grandes multinacionales”, dijo el FMI.
A nivel local, los países han estado utilizando formas modernas de imposición mínima desde al menos la década de 1960, gravando a las empresas sobre los ingresos generados en función de la actividad realizada dentro de su territorio.
“Los impuestos mínimos se calculan típicamente utilizando una base impositiva simplificada alternativa que evita las complejidades de la base impositiva corporativa estándar. A menudo se basan en el volumen de negocios (ingresos brutos o recibos) o activos (netos o brutos). Una tercera alternativa utiliza definiciones modificadas para los ingresos corporativos que limitan explícitamente el número de deducciones y exenciones permitidas”, explicó el FMI.
Según la entidad, la introducción de un impuesto mínimo está asociado con un aumento en la tasa impositiva efectiva promedio, es decir, la tasa impositiva realmente pagada por las corporaciones después de tomar en cuenta las exenciones tributarias, de poco más de 1.5 puntos porcentuales con respecto a la facturación y alrededor de 10 puntos porcentuales con respecto a las ganancias.
“Los impuestos mínimos basados en ingresos corporativos modificados conducen a los mayores aumentos en las tasas impositivas efectivas, seguidos por los basados en activos y facturación. En última instancia, el impacto en los ingresos también depende de la tarifa aplicada”, dijo el FMI.
Ingresos adicionales por impuestos corporativos
El análisis del FMI reveló que, la introducción de un impuesto mínimo hipotético del 0,5 % sobre la facturación y un impuesto mínimo del 1 % sobre los activos totales puede representar, en promedio, 7 puntos porcentuales adicionales de ingresos fiscales para los gobiernos.
“Esto se traduce en un promedio de 0,2 % y 0,9 % del PIB en ingresos adicionales, para el país medio de nuestra muestra, para un impuesto mínimo basado en el volumen de negocios y uno basado en los activos, respectivamente, además de un impuesto sobre la renta empresarial medio a Relación del PIB de 2,7 %”, dijo el FMI.
La entidad resaltó que esos recursos adicionales serían significativos, sobre todo, para las economías emergentes.
“Establecer un piso para los impuestos corporativos, al menos a nivel nacional local con tasas impositivas moderadas, puede ser una buena opción para los países que buscan preservar los ingresos y evitar la erosión de su base impositiva sin dañar gravemente la actividad empresarial”, dijo la entidad.
Sin embargo, para el FMI los impuestos mínimos por sí solos no pueden reemplazar las reformas que amplían la base impositiva corporativa.
“La proliferación de tasas múltiples y todo tipo de preferencias especiales dentro del sistema estándar de impuestos corporativos provoca costosas distorsiones y bajos ingresos, y fomenta la elusión y la evasión de impuestos”, dijo.
Reiteró que es probable que los incentivos fiscales para atraer multinacionales persistan incluso después de la introducción de un impuesto mínimo mundial, ya que los países seguirán haciendo todo lo posible para atraer la inversión extranjera para el crecimiento y el desarrollo.