Perspectiva económica
Incertidumbre económica permanece en Colombia a tres meses del cierre de 2024
A pocos meses del cierre del año, la economía colombiana continua siendo una preocupación. Los indicadores de percepción económica siguen exponiendo desconfianza y la estabilidad fiscal protagoniza el debate.
Colombia atraviesa un cierre de año cargado de preocupaciones económicas. La percepción de incertidumbre ha crecido en los últimos meses y afecta tanto a las decisiones empresariales como a la confianza de los hogares.
Los datos para septiembre, recopilados a través del Índice de Percepción Económica (IPE) y del Índice de Incertidumbre de la Política Económica (Ipec), ofrecen una radiografía del momento económico que vive el país, y las cifras no son muy alentadoras.
Por un lado, el IPE, herramienta de análisis económico creada por Bancolombia, refleja la percepción de los expertos sobre el futuro económico. Este índice alcanzó en el tercer trimestre de 2024 uno de sus peores niveles desde que existen registros, con -1,3 desviaciones estándar ajustadas por estacionalidad. La cifra, que solo fue superada durante la pandemia, revela el pesimismo que predomina entre los analistas económicos. Para construir este indicador se utilizan dos variables fundamentales: la polaridad y la volatilidad.
Entre los factores estudiados, la polaridad, que representa el 80 % del índice, mide qué tan positivos o negativos son los análisis económicos sobre la situación del país. En este trimestre, el resultado fue de -1,6 desviaciones estándar, una señal de que la mayoría de los informes económicos tienen una visión negativa de la economía colombiana. Es uno de los resultados más bajos en la última década, lo que deja en evidencia una preocupación persistente sobre la dirección que está tomando la economía.
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A su vez, la volatilidad, que mide cuán dispersas son las proyecciones económicas, se mantuvo en 0 desviaciones estándar, indicando que, aunque las perspectivas son pesimistas, hay cierta estabilidad en las predicciones a corto plazo.
El estudio también sostiene que la incertidumbre fiscal es uno de los puntos más críticos para la economía colombiana en este cierre de 2024. Las dudas sobre la capacidad del Gobierno para manejar las finanzas públicas han alimentado la desconfianza en el mercado. El débil desempeño en el recaudo tributario y la incertidumbre sobre posibles reformas fiscales han generado preocupación entre los empresarios, que temen ajustes bruscos que puedan afectar sus operaciones.
Sobre esto el Ipec, indicador de Fedesarrollo que monitorea la cantidad de noticias relacionadas con la incertidumbre económica, alcanzó en septiembre de 2024 los 269 puntos. Aunque esta cifra es más baja que la que se registró en agosto, aún se mantiene muy por encima del promedio histórico de 100, un comportamiento que se ha sostenido por los últimos 62 meses.
Por otro lado, la actividad económica ha sido otro foco de atención creciente en los últimos meses. En septiembre, la cobertura mediática sobre este tema aumentó al 23,7 % de las noticias evaluadas por el Ipec, un incremento respecto a agosto. Esto refleja que tanto los medios como la opinión pública están cada vez más atentos a cómo evoluciona la economía en un contexto de alta incertidumbre. La combinación de una menor demanda externa, desaceleración de las exportaciones y el impacto de las tensiones comerciales internacionales han profundizado las preocupaciones sobre el crecimiento económico en Colombia.
Aunque la inflación parece estar bajo control, con una tendencia moderada a la baja, el efecto en el consumo de los hogares sigue siendo evidente. Los colombianos continúan sintiendo la presión de la situación económica en su vida diaria, lo que ha llevado a una caída en la confianza del consumidor. Este sentimiento afecta directamente a las empresas, que optan por postergar inversiones importantes en un entorno que no ofrece garantías suficientes para asegurar su rentabilidad.
Los próximos meses serán clave para definir el rumbo de la economía colombiana. El manejo del presupuesto para 2025 y la posibilidad de reformas tributarias están en el centro del debate. Las decisiones que se tomen tendrán un impacto directo en la confianza del mercado y en la capacidad del país para retomar una senda de crecimiento estable.
A pesar de algunos indicadores que muestran una ligera estabilización, la percepción general sigue siendo negativa, y cualquier movimiento en falso, tanto del sector público como privado, podría profundizar la incertidumbre.