Inflación
Industria manufacturera de EE. UU. se sigue debilitando por culpa de la inflación
El desplome de la producción fue más fuerte de lo esperado.
La actividad en la industria manufacturera en Estados Unidos volvió a contraerse en diciembre por segundo mes consecutivo, para ubicarse en su nivel más bajo desde mayo de 2020, según el índice de la federación profesional ISM, publicado el miércoles.
Muchas empresas reducen su ritmo de producción porque temen una recesión en los próximos meses, como consecuencia de las fuertes subidas de tasas de interés que se han venido ordenando por parte de la Fed (Reserva Federal o banco central estadounidense) para desacelerar cuanto antes la creciente inflación en este país.
El índice ISM, que mide la actividad en este sector, se ubicó en 48,4 % frente a 49 % el mes anterior. La caída es mayor a la esperada: los analistas preveían un índice en 48,5 %, según el consenso reunido por briefing.com. Cualquier marca de este índice por debajo de 50 % indica una caída de actividad.
Contrario a lo que se puede pensar, esta noticia es positiva teniendo en cuenta la coyuntura económica que atraviesa los Estados Unidos y la necesidad que tiene la Fed de frenar el aparato productivo en el gigante norteamericano, para de esta forma desincentivar el consumo y enfriar la oferta y demanda. Todo esto en conjunto hace parte de su estrategia para desacelerar el costo de vida.
Lo más leído
¿Qué es el ISM?
Según expertos del Banco Santander, el ISM Manufacturero (Manufacturing PMI en inglés) es un indicador mensual de la actividad económica en Estados Unidos, elaborado a partir de una encuesta a los responsables de compras de empresas manufactureras.
“Con este se recoge la demanda de productos en la economía estadounidense midiendo la cantidad de pedidos que realizan las fábricas. Se trata de un indicador que proporciona una buena radiografía del estado de la economía de los Estados Unidos, y que tiene gran influencia en las decisiones de los profesionales de la gestión de suministros, inversores, economistas y analistas, y líderes políticos y empresariales”, explicaron a través de una nota en su portal.
El indicador está compuesto por varios factores: nuevos pedidos, reservas de pedidos, nuevos pedidos de exportación, importaciones, producción, empleo, entregas de proveedores, inventarios, inventarios de clientes y precios; cada uno de ellos con una ponderación diferente que se ajusta estacionalmente. Los datos son proporcionados por ejecutivos de compras y suministros de diferentes sectores.
Alerta en el mercado mundial de granos
El mercado mundial de los granos muestra prudencia al inicio del año, en un ambiente marcado por los riesgos climáticos, el temor a una recesión, la posibilidad de una recuperación en China y las consecuencias de la tormenta en Estados Unidos y la sequía en Argentina.
Los precios de los granos cayeron el martes en Chicago y abrieron en rojo el miércoles en Euronext, donde el trigo superó durante la sesión la barrera simbólica de 300 euros (317 dólares) por tonelada, su nivel de principios de marzo, borrando las fluctuaciones al alza de finales de diciembre, mientras que el maíz se mostraba a media jornada en torno a 290 euros (307 dólares) por tonelada.
“El mercado es prudente, sobre todo debido a China”, donde la actividad manufacturera disminuyó en diciembre por quinto mes consecutivo, señaló Michaël Zuzolo, de la consultora Global Commodity Analytics.
El mercado afronta muchas preguntas con pocas respuestas: ¿el levantamiento de las restricciones sanitarias en China favorecerá una rápida recuperación del gigante asiático? ¿Qué huellas dejarán en los cultivos la tormenta en Estados Unidos y la sequía en Argentina? ¿Cómo evolucionará el conflicto ucraniano?
Además, la inquietud sobre una desaceleración de la economía aumenta después de que la directora general del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georvieva, predijera que una tercera parte de la economía mundial entrará en recesión en 2023.
“A largo plazo, somos optimistas sobre el hecho de que la demanda va a subir(...), el consumidor chino ahorra desde hace tres años. Pero a corto plazo es otra cosa. La demanda se debilita”, explica Arlan Suderman, de la plataforma Stonex.
La otra gran preocupación es la soja, ya que el mercado está dividido entre lo que se anuncia como una gran cosecha en Brasil y la sequía en Argentina, todo esto buscando determinar hasta qué punto uno compensará al otro.
*Con información de AFP.