Macroeconomía
Inflación en Estados Unidos cayó a 8,2 % en septiembre, pero sigue más fuerte de lo esperado
En cuanto a los datos mensuales, este índice aumentó 0,4 % en septiembre, después de registrar un incremento de 0,1 % en agosto.
La inflación fue persistente en septiembre en Estados Unidos, a pesar de las ya fuertes medidas tomadas para frenarla, complicando la tarea del presidente Joe Biden quien, a un mes de las elecciones de medio mandato, admitió recientemente la posibilidad de una recesión.
Los precios subieron 8,2 % en septiembre interanual, de acuerdo con datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo. Esta cifra supone una ralentización muy leve ya que el mes pasado la subida de precios en un año había sido del 8,3 %.
Pero es sobre todo el alza de los precios en tan solo un mes lo que demuestra que la inflación es tenaz: el aumento de los precios volvió a acelerarse, subiendo un 0,4 % entre agosto y septiembre, frente al 0,1 % entre julio y agosto. Y eso es más que el incremento del 0,3 % que esperaban los analistas.
Las subidas de precios de alquileres de inmuebles, alimentos y atención médica fueron los principales factores que contribuyeron al aumento mensual. Los precios de la gasolina, sin embargo, cayeron un 4,9 %, continuando así su caída después de haber subido debido a la guerra en Ucrania.
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En cuanto a los datos anuales, los precios de todos los artículos, menos comida y energía, aumentaron 6,6 % en los últimos 12 meses. Los precios de la energía aumentaron 19,8 %, un alza menor que el 23,8 % de agosto, mientras que los precios de los alimentos han subido 11,2 %.
La llamada inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía, se mantuvo estable en un mes, en 0,6 %, pero se aceleró en un año hasta 6,6 %.
Es incluso un “nuevo máximo en 40 años”, señaló Rubeela Farooqi, economista jefe de la consultora HFE. “Los precios al consumidor sorprendieron al alza en septiembre”, comentó. Sin embargo, la inflación se ha desacelerado desde que alcanzó su punto máximo en junio, cuando los precios se dispararon un 9,1 % interanual, el mayor aumento desde diciembre de 1981.
Tras conocerse el dato de inflación para septiembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció que tiene “más trabajo por hacer” para frenar el alto costo de vida en el país.
La intensidad de la inflación y la fortaleza que aún demuestra el mercado laboral estadounidense, que en septiembre generó 263.000 nuevos empleos no agrícolas (el dato más débil desde abril de 2021), pero que permitió reducir la tasa de paro al 3,5 % desde el 3,7 %, dejan vía libre a la Reserva Federal para seguir adelante con la normalización de su política monetaria.
En su reunión del mes de septiembre, la Fed decidió, por tercera vez consecutiva, elevar los tipos de interés en 75 puntos básicos, hasta un rango objetivo de entre el 3 % y el 3,25 %, incrementando el precio del dinero a máximos desde enero de 2008.
Además, manifestó que serán necesarios nuevos aumentos este año hasta que las tasas de interés oficial suba otro punto porcentual. La Fed está “firmemente comprometida en lograr que la inflación vuelva al 2 % y seguirá así hasta que el trabajo esté hecho”, aseguró el presidente de la Fed, Jerome Powell.
En su reunión de septiembre el Comité de Política Monetaria también aprovechó para actualizar sus previsiones económicas. Ahora prevé un crecimiento casi nulo del PIB en 2022, mientras que en junio esperaba un +1,7 %. Después prevé un repunte hasta el 1,2 % en 2023, aunque no tan fuerte como el 1,7 % que esperaba en junio para el próximo año.
Las previsiones de inflación se mantienen cerca de lo que se esperaba en junio: 5,4 % en 2022 (frente a 5,2 %) para la inflación PCE, antes de ralentizarse fuertemente en 2023 hasta el 2,8 % (frente al 2,6 % anterior).