ECOPETROL
La carta embolatada con la renuncia de Carlos Gustavo Cano a la junta de Ecopetrol: ¿se irá o se quedará?
La entidad que es, mayoritariamente, propiedad del Estado, negó haber recibido la dimisión del reputado economista, a través de un comunicado ante la SuperFinanciera,
Los miedos con el futuro de Ecopetrol y, en particular, con el gobierno corporativo que ha sido clave para el resultado que ha mostrado la petrolera estatal, continúan en Colombia y se avivan cada vez que surge un nuevo cambio.
En estos días, SEMANA conoció que en la próxima asamblea de Ecopetrol, le pedirían la renuncia a uno de los economistas más reputados del país, quien tiene una alta credibilidad en los diversos escenarios del país. Se trata de Carlos Gustavo Cano, quien es prácticamente el último de los veteranos que queda en la directiva de la compañía que le proporciona gran parte de los recursos públicos al Estado.
Horas más tarde se conoció que el economista, quien ha sido ministro de Estado y codirector del Banco de la República, se habría adelantado y presentado la renuncia, argumentando que se había esfumado la confianza. “la más grande e importante empresa de los colombianos... Pero cuando se esfuma la confianza al interior de cualquier grupo colegiado como este, por razones que no considero oportuno ni prudente mencionar ahora, lo indicado éticamente es hacerse a un lado”, supuestamente decía la carta de Cano.
No obstante, una respuesta inesperada por parte de Ecopetrol, además, publicada como información relevante a través de la Superintendencia Finaciera, se produjo de inmediato.
En la misiva, que provino de la junta directiva de Ecopetrol, se manifestó que la compañía petrolera no había recibido la mencionada carta. En otras palabras, la carta de renuncia de Carlos Gustavo Cano parece haberse embolatado en el camino, desde el emisor hasta el destinatario.
Fuentes cercanas a los directivos de Ecopetrol dijeron haber visto la carta, mientras que en el Ministerio de Hacienda no dieron una confirmación tajante del hecho.
¿Qué pasa en Ecopetrol?
Los remezones en el gobierno corporativo de Ecopetrol han sido fuertes desde que empezó el gobierno del actual presidente Gustavo Petro. De hecho, falta solo un mes y medio para que el cargo de presidente, que ocupa Felipe Bayón, sea relevado y ocupado por un nuevo líder, que llegaría elegido a través de una head hunter, según anunció el mismo gobierno. Hasta el viernes, según confirmaron fuentes a SEMANA, no se había elegido la firma que hará el proceso de selección del relevo de Bayón, quien ha sido destacado por haber obtenido los mejores resultados en la compañía, que, además, ha contado con un buen viento a favor: el alto precio del petróleo y del dólar, ambos, favorables a los ingresos que recibe Colombia por exportaciones de hidrocarburos.
Hay que recordar que, Carlos Gustavo Cano viene siendo parte de la junta directiva de Ecopetrol desde marzo de 2007. Lo postularon los accionistas minoritarios, es decir, el colombiano que invirtió parte de sus recursos en la compra de acciones en la petrolera, cuando se abrió esa posibilidad.
Algo particular que sucedió con Cano es que, en octubre de 2022, cuando ya estaba el nuevo gobierno en la Casa de Nariño, había sido elegido presidente del órgano directivo. No obstante, para sorpresa de Colombia, fue retirado del cargo a pocas horas de haber asumido la responsabilidad otorgada por la junta.
En su reemplazo, entró Saúl Kattan, quien ahora está también en el sonajero para ocupar la presidencia de Ecopetrol, junto con Ricardo Roa, ambos, cercanos al presidente Petro.
Lo que pasa en Ecopetrol es un tema de interés para todos los colombianos. Es claro que la compañía será clave para la transición energética que adelantará el gobierno, pero también es trascendental el hecho de que, del gobierno corporativo que esté a la cabeza de las decisiones dependerá que la petrolera estatal siga teniendo los resultados que han permitido la disposición de recursos públicos para la aplicación de la política social. Al menos, mientras logran reemplazar los recursos que provienen de la industria extractiva, por la productividad del campo, como lo estima el mandato del presidente Petro.