China
La economía China en la cuerda floja por las decisiones de sus líderes
A pesar de sus alianzas internacionales, su desaceleración tiene impactos globales, lo que está siendo usado por sus detractores.
Podría decirse que China tiene en vilo a la economía mundial, pues según las proyecciones de entidades internacionales, la desaceleración lo está impactando, a tal punto que hay analistas que temen por una recesión, en uno de los países más importantes del planeta. A pesar de que el régimen de Xi Jinping ha flexibilizado sus medidas financieras, y a toda costa busca reactivar sus producciones, las exportaciones, el sector inmobiliario, entre otros, lo tienen al borde la crisis.
Son muchos los frentes en los que China demuestra el difícil momento económico. A nivel internacional, tal vez el hecho que más eco generó fue la declaración de banca rota por parte del grupo Evergrande, uno de los consorcios inmobiliarios más grandes del mundo. Según lo declarado por la compañía, desarrollan unos 1.300 proyectos, en al menos 280 ciudades a nivel internacional.
Inicialmente, el reporte de la deuda se estimaba en 340 mil millones de dólares, casi el 2 % del Producto Interno Bruto total de China, y esas eran las cifras reportadas a finales del año 2021. De hecho, hace unos días logró volver a operar en la Bolsa de Hong Kong, tras una suspensión de 17 meses, por no publicar los resultados financieros del 2021.
En su regreso al mercado bursátil, Evergrande se desplomó en la bolsa, pues sus acciones cayeron un 78,8 %, sin mencionar que en un principio, los títulos llegaron a perder el 90 % de su valor, de acuerdo a los reportes de Hong Kong.
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A esto se suman los datos de la Administración General de Aduanas de China, que muestran como en julio las exportaciones cayeron un 14,5 %, en el balance interanual, siendo el peor registro desde que inició la pandemia del Coronavirus.
“China presentó una reducción en su superávit situándose en US $80,1 miles de millones, explicado principalmente por una caída en las exportaciones del 14,5 %, siendo así la peor caída desde principios del 2020. Por su parte, las importaciones también presentaron una caída del 12,4 %. Los analistas señalan que se espera que las exportaciones chinas sigan bajando en los próximos meses antes de tocar fondo a finales de año y que las importaciones tengan un comportamiento opuesto, aumentando en estos últimos meses”, explican desde Corficolombiana.
Esta situación ya habría sido advertida por el Fondo Monetario Internacional, que en su más reciente actualización de las proyecciones del crecimiento económico, apuntaban a que la recuperación en China se estancaría por la crisis inmobiliaria, el sobreendeudamiento y la inflación.
“La recuperación de China podría desacelerarse, en parte debido a los problemas inmobiliarios no resueltos, que acarrean efectos de contagio transfronterizo negativos. Las tensiones por sobreendeudamiento soberano podrían propagarse a un grupo más amplio de economías”, señaló el FMI.
El problema es que se están poniendo en duda las cifras que se están presentando desde Oriente. El gobierno chino anunció que se dejarán de publicar las cifras del desempleo juvenil, algo que inquieta a la comunidad internacional, pues desde el año pasado va en aumento el trabajo informal y la desocupación.
Además, algunas compañías alegan que el gobierno solo le brinda atención a las empresas alineadas con el partido Comunista, o las que estén bajo el control directo del Estado.
Es aquí donde Estados Unidos ha aprovechado la inflexión, endureciendo las restricciones al comercio con este país, que han ido deteriorando las relaciones bilaterales, y que han sido sacadas a relucir por parte del presidente Joe Biden.
Aunque el enfrentamiento ha tenido posturas por parte de ambos países, China ha calificado como desastrosas las restricciones comerciales por parte de Estados Unidos. Aun así, en las últimas horas hubo una reunión entre la secretaria de comercio, Gina Raimondo, con el primer ministro Li Qiang, que buscaba bajar el tono de la discusión entre ambas economías.
“La politización de los asuntos económicos y comerciales y la extensión excesiva del concepto de seguridad no solo afectarán gravemente las relaciones bilaterales y la confianza mutua”, destacó el primer ministro chino tras el encuentro bilateral.