Economía
“La erradicación de la pobreza en el agro colombiano, una cuestión de paz”, comentó en su ponencia Carlos Enrique Cavelier
Es la ausencia del estado la que promueve indirectamente la violencia, pero la falta de oportunidades económicas reales y destacadas para los campesinos es un factor crítico también, es lo que comenta Carlos Enrique Cavelier comentó en su ponencia en Francia.
Les Rencontres Économiques d’Aix-en-Provence es un evento que reúne a líderes empresariales, académicos, jefes de Estado y gobierno, representantes sindicales, estudiantes y actores del mundo asociativo. Durante el encuentro, 380 personalidades de alto nivel debaten sobre los temas económicos, políticos y sociales más relevantes. Este evento se celebrará del 5 al 7 de julio en Francia.
Carlos Enrique Cavelier, presidente de Alquería, participó en este evento y presentó su visión sobre la erradicación de la pobreza en el sector agropecuario colombiano, un tema crucial para la paz y el desarrollo sostenible del país. En su ponencia, Cavelier destacó estrategias innovadoras para transformar la economía rural de Colombia, mejorar la vida de millones de campesinos y romper el ciclo de pobreza que afecta a generaciones.
Cavelier explicó que Colombia es un país con un territorio casi dos veces mayor que Francia, pero que históricamente ha tenido dificultades para controlar y gestionar adecuadamente. Daniel Pecaut ha señalado que esta falta de control territorial es una de las fuentes de la violencia en Colombia. Actualmente, el 65 % de los 114 millones de hectáreas del país está cubierto por la Amazonía, donde habitan 261 comunidades indígenas propietarias de 48 millones de hectáreas, y la Orinoquía, que abarca 26 millones de hectáreas, en su mayoría inexploradas y escasamente habitadas por poco más de 2 millones de personas.
En Colombia, se estima que 12 millones de personas, que representan el 23 % de la población, viven en zonas rurales. Estas personas se distribuyen en 43 millones de hectáreas que conforman la frontera agrícola nacional, organizadas en aproximadamente 2.2 millones de unidades agrícolas familiares. Los principales cultivos incluyen frutas y hortalizas, carne, leche, maíz, arroz, papa, yuca, palma, cacao y banano. Sin embargo, el PIB agropecuario no supera el 8 % del PIB nacional y genera un ingreso neto bruto significativamente inferior al del resto de la población colombiana.
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Un ejemplo es el cultivo de cacao, que en el último año produjo 60.000 toneladas en 160.000 hectáreas, beneficiando a 50.000 familias y generando un valor de 600.000 millones de pesos, de los cuales 130 millones de pesos se obtuvieron de exportaciones. Si Colombia lograra sembrar 1 millón de hectáreas de cacao, los ingresos de las familias dedicadas a este cultivo podrían aumentar significativamente, sacando a más de un millón de personas de la pobreza. Para lograr esto, se requiere una reforma agraria que permita alcanzar esta meta, así como asistencia técnica y créditos a largo plazo por parte del gobierno.
En el sector lechero, que incluye a 300.000 familias, se estima que el 60 % vive por debajo de la línea de pobreza. Para superar esta situación, cada familia necesita producir al menos 100 litros de leche diarios, lo que requiere una infraestructura mínima de 10 hectáreas bien sembradas en pasto y 14 vacas en ordeño bien alimentadas. Esto implicaría una reforma agraria que beneficie a 150.000 familias con 750.000 hectáreas, permitiéndoles acceder a créditos blandos y a largo plazo. Este cambio podría generar un aporte adicional al PIB de 8 billones de pesos en bruto.
Aplicando esta misma lógica a otros cultivos como el tabaco, la papa, la yuca, el arroz, las frutas, el aguacate y el maíz artesanal, Colombia podría establecer un plan de recursos y horizontes para eliminar la pobreza rural. De esta manera, el país podría alcanzar un nivel de PIB agrícola comparable al 20 % del PIB de Brasil, mejorando sustancialmente los ingresos brutos de los campesinos y alineándolos con los ingresos del resto de la población.
“La paz contribuiría a remover un obstáculo económico, mejorando las condiciones de vida de los 12 millones de campesinos colombianos y propiciando un entorno más favorable para el desarrollo sostenible del país”, concluye así su ponencia Carlos Enrique Cavelier.