Inflación
La inflación parece no tener techo y amenaza los bolsillos de los colombianos
El resultado del índice de precios al consumidor para agosto, de 10,84 % anual, incrementó las preocupaciones sobre el mayor nivel que pueden alcanzar los precios en el país. Factores como el invierno, el aumento en el valor de la gasolina y hasta la tasa de cambio seguirán presionando la inflación. ¿Qué hará el Banco de la República?
Cuando el mercado había considerado que la inflación estaba llegando a su techo y que el Banco de la República para este segundo semestre no haría mayores aumentos en las tasas de interés, el resultado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes de agosto sorprendió al alza.
De acuerdo con las cifras del Dane, para el octavo mes de 2022, el IPC registró una variación de 10,84 % en comparación con agosto de 2021, una cifra no vista desde abril de 1999. En el último año, las divisiones alimentos y bebidas no alcohólicas (25,57 %), restaurantes y hoteles (15,73 %) y, por último, muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar (14,75 %) se ubicaron por encima del promedio nacional (10,84 %).
El resultado general estuvo muy por encima de lo esperado. Según la encuesta de expectativas de analistas económicos del Banco de la República, citada por el Dane, en promedio se estimaba una variación anual de 10,02 %, pero llegó a 10,84 %. Para el mes se proyectaba un resultado mensual de 0,54 % en promedio, pero registró 1,02 %, casi el doble.
Cálculos de Anif establecen que por primera vez desde 1999 se registra en dos meses consecutivos una inflación anual de dos dígitos.
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Según Corficolombiana, en términos mensuales la inflación estuvo impulsada por las variaciones en los alimentos y bebidas no alcohólicas (1,85%), bienes y servicios diversos (+1,54%), restaurantes y hoteles (+1,45%) y artículos para el hogar y la conservación ordinaria del hogar (+1,33%). Y en el periodo anual, el resultado responde principalmente a un repunte en el precio de los alimentos. Puntualmente, el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas fue el que más aportó al crecimiento (+3,38 puntos porcentuales -p.p.-), seguido de las divisiones de alojamiento, agua y electricidad (1,75 p.p.), restaurantes y hoteles (1,22 p.p.) y transporte (0,88 p.p.). Como lo advierte el Dane, respecto al mismo mes de 2021, para agosto 2022, dentro de los alimentos el incremento en los precios de la cebolla fue de 92,8 % y el del azúcar de 33,5 %. Otros aumentos que sobresalieron fueron los del pan, con 30,4 %; las frutas frescas, con 24,6 % y los huevos, 20,1 %.
El otro frente que preocupa por el incremento en sus costos es el de la electricidad, cuya variación anual fue de 25,9 %. Y varias ciudades, la mayoría de la Costa Caribe, registran variaciones superiores a este porcentaje: Santa Marta, con 49,9 %; Riohacha, con 47,1 %; Barranquilla, con 44,4 %; Sincelejo, con 40,7 %; Valledupar, con 40,4 %, y Montería, también con 40,4 %.
Por ciudades, Santa Marta, con 14,42 %; Valledupar, con 14,28 %, y Cúcuta, con 14,26 %, registraron las variaciones anuales más altas del IPC en agosto de este año. Por su parte, con relación a la variación mensual, Barranquilla (1,94 %) y Cartagena y Santa Marta, cada una con 1,56 % tuvieron las mayores variaciones.
La inflación es considerada ‘el impuesto’ que tiene un mayor impacto sobre las poblaciones más pobres y vulnerables. De hecho, la inflación anual para los hogares en condición de pobreza y vulnerabilidad económica ya supera la barrera del 12 %, mientras que para los hogares de ingresos altos se mantiene de un solo dígito (9,3 %), señala Anif.
Las causas
“Tal y como lo anticiparon nuestras estimaciones, la inflación mensual de alimentos prolongó su tendencia de crecimiento, solo que a un mayor ritmo frente a lo esperado. La mayor diferencia entre el resultado en el IPC total y nuestra estimación se presentó en la inflación básica, a raíz de la sorpresa alcista de los cobros por electricidad, gas, acueducto y servicios de arrendamiento”, señaló un informe de Bancolombia.
Además, la renovación de inventario con una mayor Tasa Representativa del Mercado, la finalización de promociones y los avances en los precios de los servicios públicos y de los arrendamientos llevaron a una nueva tendencia al alza en la formación de precios de la mayoría de los bienes y servicios.
Por su parte, BBVA Research advirtió que la división de alimentos volvió a sorprender fuertemente al alza en agosto, con una inflación anual que se acelera en 92 puntos básicos a 25,57 %. Al interior de la división, los productos procesados toman protagonismo, incrementando en 154 puntos básicos respecto al mes anterior.
En materia de inflación básica, la inflación acumulada de los alimentos se vio reflejada en la división de restaurantes y hoteles que, ante mayores precios de sus insumos, alcanzó una inflación anual del 15,73 %.
Los costos para la producción de elementos de aseo tanto personal como para el hogar generaron presiones importantes en las divisiones de bienes y servicios diversos y muebles y artículos para el hogar, dice el BBVA Research, y agrega que lo mismo sucedió para los precios de servicios públicos, con presiones por parte de electricidad, gas y agua.
Recalculando
La cifra de inflación de agosto pondrá a todos, de nuevo, a recalcular sus proyecciones. “Teniendo en cuenta la magnitud, el momento del año y su amplia composición, esta sorpresa alcista impactará el nivel al que cerrará la inflación este año, y forzará al Banco de la República a continuar realizando alzas marcadas en su tasa de referencia”, señaló un informe de Bancolombia.
El BBVA Research espera que la inflación se mantenga presionada al alza en lo que resta del año ante una extensión en las presiones de alimentos y una inflación básica que continuará acelerándose, lo que llevará a una revisión al alza en las estimaciones de inflación de cierre de año de los analistas. Hace unas semanas esta entidad había advertido que la inflación continuaría el resto del año en cerca del 10 %.
Esto podría conducir a que los cálculos de los analistas vayan al alza. En las minutas del pasado mes de julio, la encuesta del Banco de la República a los analistas mostró que entre junio y julio estos incrementaron sus expectativas de inflación para 2022 de 8,6 a 9,2 %. Seguramente con este dato, las nuevas proyecciones podrían estar en doble dígito.
De hecho, por ejemplo, Scotiabank Colpatria considera que para fin de año la inflación puede estar entre el 11 y el 11,2 % con una desaceleración lenta para el próximo año en términos de que la indexación de precios es muy alta. “Es decir, apenas comience el año todo se volverá a ajustar contra la inflación pasada que, si es alrededor del 11 %, podrá hacer que la desaceleración de la inflación sea difícil el próximo año”, dice Sergio Olarte, economista principal de esta entidad.
Por su parte, Bancolombia ve con alta probabilidad que la inflación de cierre de año se ubique entre 10,8 y 11,8 %.
Pero una de las mayores expectativas está centrada en las decisiones que tome el Banco de la República con relación a las tasas de referencia.
En su más reciente reunión, la Junta Directiva del Emisor aumentó en 150 puntos básicos la tasa de interés de política monetaria, llevándola a 9 %, en línea con las expectativas del mercado, cuyos analistas habían previsto un incremento de ese nivel que se dio en un escenario en el que la inflación en el mundo también aumenta y es persistente, a lo que se suman vientos de recesión global que generan volatilidad en los mercados financieros. Para finales de este mes se espera un nuevo pronunciamiento del Emisor.
Con el aumento de la tasa al 9 %, distintos analistas consideraron que, con ese nivel la postura de política monetaria entraría en terreno contractivo. Por ejemplo, Bancolombia, en ese momento, señaló que el ciclo de ajustes en la tasa de intervención estaría cerca de terminar. “Los datos que se publiquen en los próximos dos meses determinarán si se requiere algún ajuste adicional que, de llegar a ocurrir, sería marginal”, dijo la entidad financiera.
Y agregó: “Calculamos que con esta decisión la tasa real exante (calculada a partir de proyecciones de inflación a un año) está en estos momentos alrededor de 310 puntos básicos, nivel superior al estimativo más reciente de tasa neutral del equipo técnico del Emisor (entre 180 y 200 puntos básicos)”. Para Bancolombia, de necesitarse incrementos adicionales no superarían los 50 puntos básicos.
En esa misma línea se pronunció hace unas semanas el BBVA Research. “Consideramos que el ciclo de alza en tasas habría finalizado y que la tasa se mantendría por un tiempo en el nivel actual, lo suficientemente alto para lograr una moderación de la inflación en el horizonte de política y una convergencia a la meta de inflación hacia 2024″, señaló en su análisis.
Sin embargo, con el resultado de agosto de la inflación al alza muy por encima de las expectativas del mercado, la situación no es tan clara. Primero porque presionaría al Banco de la República a mantener el ritmo de aumento en las tasas y, segundo, porque aún no se ha visto el efecto de estos incrementos.
Aunque los analistas todavía no han planteado públicamente los escenarios de aumento de tasas del Banco de la República, algunos consultados por SEMANA consideran que en la próxima reunión de la junta no se descarta un aumento similar al pasado de 150 puntos básicos, para llegar a una tasa de 10,5 %. Bancolombia, por ejemplo, espera que el Banco de la República incremente entre 100 y 150 puntos básicos la tasa repo en la decisión que se dará a finales del presente mes.
¿Por qué se da esta estimación? Porque las presiones inflacionarias, lejos de desaparecer, se están intensificando y en los meses que vienen se registrarán nuevas presiones. Una de ellas viene por la volatilidad en el precio del dólar que generará nuevas tensiones en productos y materias primas importados. Pero, además, a ese valor se indexan costos como, por ejemplo, el gas.
Algunos analistas consideran que los porcentajes de traslado de una depreciación en países de inflación alta también son altos, tal como se ve en Argentina, donde si el dólar sube 15 %, los precios aumentan en la misma proporción y muy rápidamente, porque no hay un ancla alternativa. Por eso preocupa que la convergencia de la inflación a una meta todavía no sea clara.
Los efectos de la tasa de cambio sobre la inflación aún no se han sentido por completo, pues las mayores alzas del dólar se dieron a partir de julio y su volatilidad no ha tenido tregua.
También hay otros factores que preocupan. El clima es uno de ellos y se espera que el invierno se mantenga en los próximos meses, impactando el precio de los alimentos no solo en su producción, sino también en su logística.
Según Anif, durante los últimos 12 meses los alimentos han contribuido con cerca del 40 % del incremento en el costo de vida.
Además, el nuevo gobierno no ha definido qué hará con los precios de la gasolina que se han convertido en una verdadera papa caliente. El Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles tiene un déficit que algunos calculan en cerca de 30 billones de pesos. Aumentar el precio del galón de gasolina y del diésel podría quitarle presión al fondo, pero también es muy probable que encienda de nuevo las tensiones y el inconformismo social en un momento en que la economía empezará a ralentizar su crecimiento, así como la generación de empleo.
Y, por último, está vigente la preocupación que hay en materia de servicios públicos, en especial la energía, que en regiones como la Costa Caribe está desbordada en sus precios, por cuenta de los ajustes tarifarios que se hicieron al entregar la antigua operación de Electricaribe a Air-E y Afinia.
Tal es la situación del costo de la energía en la Costa Caribe que el presidente Gustavo Petro convocó a una reunión de urgencia con el sector para analizar la situación, mientras que Anif pidió revisar los costos del servicio de electricidad en esa región, que es la más afectada por el fenómeno inflacionario al ser la que más demanda el servicio.
La prueba de fuego será el próximo 30 de septiembre cuando la junta del Banco de la República se reúna y tome una decisión en torno a las tasas para atajar una inflación que parece imparable.