Constructoras
La inflación también tiene en jaque al sector de la construcción
Empresas en esta industria analizan medidas contra el aumento de precios en sus materias primas.
El acelerado aumento de precios que está impactando a los diferentes sectores de la economía, también le está pasando factura a una de las industrias más importantes en el país, encargada de otras cosas, de mantener las ofertas de vivienda y generar miles de empleos en las diferentes regiones. Las empresas constructoras están en alerta porque poco a poco siguen viendo cómo suben sus materias primas.
El precio global de los materiales clave para el sector construcción como el concreto, la cristalería, y en especial el acero, se han visto afectados recientemente por cuenta de factores como el cierre de empresas productoras de algunos insumos tras la crisis que generó la pandemia, las variables en las tasas de cambio, imposición de impuestos en otros países, o conflictos internacionales.
Según un reciente análisis de la firma Cusezar, el precio del acero, uno de los materiales más utilizados en esta industria, tuvo un aumento entre el 25 % y el 40 %, debido a cierres de empresas productoras, altas tasas del dólar, entre otras causas. Esto ha llevado a muchos a pensar en un repunte de precios en la oferta de vivienda.
Roger Romero, gerente de construcción de esta empresa, aseguró que actualmente las compañías de esta industria vienen adelantando una serie de estrategias, a partir de la eficiencia de precios nacionales, con el fin de mantener la calidad de las construcciones en el sector, sin golpear el bolsillo de los clientes.
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“Las altas tasas del dólar y la invasión a Ucrania por parte de Rusia han impactado el precio global de algunos insumos importantes para la construcción. Hemos explorado para las obras productos iguales o mejores en el mercado con la premisa de no comprometer nunca la calidad de nuestros proyectos”, señaló Romero.
Empresas del sector construcción como Cusezar han migrado a otro tipo de compras, volcándose al mercado nacional para sustituir algunos materiales importados, bajo la comprensión de que la capacidad de producción en el país es limitada en materiales como enchapes, carpinterías, sanitarios y griferías. Aunque el mercado local también se ve afectado por el costo de los insumos importados, están atendiendo al sector optimizando su capacidad de respuesta.
“En esto también hay que tener presente que pese a que el incremento de los precios en los materiales se ha visto en diferentes segmentos, los costos de las viviendas en general han sido aliviados por parte del sector de la construcción a través de los subsidios, como una alternativa para que las familias colombianas accedan a vivienda propia, ya sea VIS - vivienda de interés social o VIP- vivienda de interés prioritario”, agregó el vocero de Cusezar.
La construcción ha sido uno de los grandes jalonadores de la economía colombiana en los últimos años. Su aporte significa un 6,2 por ciento de valor agregado al PIB nacional y el 7,5 por ciento del empleo en el país. Además, su actividad es crucial para la disminución del déficit habitacional. Su crecimiento, que se traduce en una mejoría para muchas otras industrias gracias a su encadenamiento productivo, parece no tener techo.
Fuertes alertas
A mediados de septiembre, el Centro de Estudios Económicos Anif, publicó una radiografía del momento actual del sector de la construcción en Colombia y advirtió que esta industria no está pasando por su mejor momento, en gran medida por culpa de la inflación y sus efectos sobre el costo de las materias primas. Según este análisis, se requieren medidas urgentes para evitar mayores estragos en la economía nacional.
Según Anif, el desempeño de la economía colombiana en el segundo trimestre del año (12,6 % anual) impulsó el crecimiento del primer semestre de 2022 hacia el 10,6 % anual, resultado que superó las expectativas del mercado. En línea con esa buena dinámica, el sector constructor registró para los meses de abril, mayo y junio un crecimiento en el valor agregado de 9,4 %, lo que llevó a una variación de 7,0 % en los primeros seis meses del año.
Si bien la industria de la construcción aún se mueve en terreno positivo, diversos factores están generando un escenario que golpea con fuerza su dinamismo y amenazan no solamente con frenarlo, sino con llevarlo al terreno del decrecimiento. Así mismo, señala que el 2023 será un año clave que requerirá tomar decisiones para evitar una recesión.
Una de las alertas viene de la mano con el precio de las materias primas, puesto que por el lado de la oferta se está recortando el margen de acción del sector edificador con el aumento del precio de los insumos. Si bien aún estos aumentos están siendo asumidos por las constructoras, no falta mucho para que se trasladen finalmente al consumidor y se dispare el precio de la vivienda nueva.
Además de esta situación por el aumento de costos para la producción, las condiciones para adquirir vivienda se deterioran. El aumento sostenido de la inflación ha tenido un efecto negativo sobre la capacidad adquisitiva de los hogares y el incremento en los precios de la vivienda, situación que se hace más compleja con el alza en las tasas de interés de los créditos para la compra de vivienda.