Reforma pensional
‘La reforma pensional no debe ser para las próximas elecciones sino para las siguientes generaciones’: presidente de Asofondos
Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, advierte sobre los peligros del régimen de transición, el aumento de la edad para los ancianos sin pensión que reciben un auxilio estatal, al tiempo que insiste en que no se continúe con el régimen de prima media.
SEMANA: El Gobierno radicó la reforma pensional y sostiene que ha sido consensuada. Sin embargo, hay tres puntos polémicos: el número de semanas para acogerse a la transición, el gravamen del 2 por ciento a pensiones de más de cuatro salarios mínimos y el umbral de tres salarios mínimos para pasarse a Colpensiones. ¿Cuál le preocupa más?
Santiago Montenegro: Primero, estoy en desacuerdo con la aseveración según la cual, la mayor parte de la reforma ha sido concertada. Asofondos no hizo parte de esos consensos. De hecho, cuando se presentó la reforma, no nos dejaron entrar.
Nos extraña que algunos gremios y la misma Ministra de Trabajo digan que esta reforma ha sido concertada. Con quien más debió consensuar el Gobierno es con Asofondos.
Sobre los tres puntos, nuestra propuesta apunta a que el sistema, en la parte contributiva, sea de capitalización individual, no de reparto. Que Colpensiones, o la entidad que defina el Estado, se vuelva un fondo de pensiones operando bajo las mismas reglas de juego. Los sistemas pensionales de prima media o de reparto no son viables.
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Las pensiones deben basarse, fundamentalmente, en el ahorro. Entonces, el tema de los umbrales es algo que nos preocupa, pues es pasarle la plata de los cotizantes al Gobierno, y si todo ese dinero se utilizara para pagar pensiones, no sería sostenible. Es grave que buena parte de esta plata se la van a gastar en otras cosas, como el pilar solidario, que lo apoyamos, pero financiado con impuestos generales, al igual que se hace en todas partes.
SEMANA: Justamente, el pilar solidario se financiaría con los incrementos en los aportes de los afiliados de más de cuatro salarios mínimos y la contribución de los pensionados de más altos ingresos. ¿Han revisado esas cuentas?
S.M.: El pilar solidario vale 7 billones de pesos al año, que no deben salir de las cotizaciones sino del presupuesto de la Nación.
En Chile, el gobierno de Sebastián Piñera aumentó muchísimo ese pilar solidario, pero no con el ahorro de los trabajadores formales sino con impuestos al cobre y otros.
SEMANA: La reforma propone también subir a 65 años la edad para recibir el beneficio del pilar solidario y del semicontributivo. Esa suma de medidas da para pensar que hay financiación de subsidios a los más vulnerables, sin usar los ahorros de los cotizantes que pasarán de los fondos a Colpensiones, ¿cómo lo ve?
S.M.: Estamos de acuerdo con el pilar semicontributivo, nosotros lo propusimos. Si bien se pone a operar a los 65 años, lo que ciertamente cuesta menos que si fuera a los 62 o a los 57, genera una inequidad muy grande con las mujeres, porque las que se quedan sin pensión y llegan a los 57 años van a tener acceso a ese pilar solo ocho años después.
En cambio, los hombres que lleguen a los 62 sin alcanzar la pensión van a tener acceso a la solidaridad tres años después. Es una asimetría muy grande en contra de las mujeres, que hay que corregir.
SEMANA: ¿No sería, entonces, una reforma pensional para las mujeres, como dijo el Gobierno en la radicación del proyecto de ley?
S.M.: En ese sentido, discrimina a las mujeres.
SEMANA: Bajo la reforma, las AFP seguirán guardando el ahorro de quienes se trasladen hasta que lleguen a la edad de pensión. ¿Les han dicho cómo funcionará eso?
S.M.: Las AFP van a seguir manejando el stock de ahorro actual, que son 360 billones de pesos y que son propiedad de los trabajadores. No es plata de ningún banquero. El 70 por ciento de esa cifra es producto de las rentabilidades obtenidas gracias al interés compuesto. Las AFP van a seguir administrando estos recursos y generando rentabilidad.
Pero si la reforma entra como está, en el futuro nueve de cada diez trabajadores harán su aporte a Colpensiones y no van a recibir rentabilidad. Los recursos en los fondos equivalen hoy a 30 por ciento del PIB, y con la reforma ese monto disminuiría, a mediados de siglo, a 12 por ciento del PIB. Es un golpe importante para la economía y para el mercado de capitales.semana: El traslado masivo a Colpensiones también implica menos erogación del Estado, porque ya no subsidiaría pensiones de hasta 25 salarios mínimos, como lo hace hoy, sino tres salarios mínimos.
SEMANA. ¿Eso bajaría el impacto fiscal?
S.M.: Sí, pero hoy los que reciben ese subsidio son relativamente pocos, porque la gran mayoría de afiliados están en los fondos de pensiones. Con la propuesta, el mayor porcentaje de quienes alcancen a jubilarse estará en Colpensiones, y ese sería un número más grande de subsidios frente a los que hay hoy. Por eso la reforma es costosa. Actualmente, hay 18 millones de afiliados en los fondos de pensiones y solo 6 millones en Colpensiones. Ahora la entidad estatal los tendría a todos, con un impacto fiscal gigantesco.
SEMANA. Los subsidios no son solo en el régimen público, también se dan en los fondos privados, y eso ha llevado a que se diga que cuando las AFP empiecen a pagar pensiones masivamente podrían caer en riesgo de insostenibilidad. ¿Eso es así?
S.M.: Es cierto que en las AFP se subsidian las pensiones de un salario mínimo, pero no se hace con plata del presupuesto de la Nación sino con el Fondo de Garantía de Pensión Mínima, que se alimenta de los mismos afiliados. Tiene 32 billones de pesos acumulados y con ellos se pagan las pensiones de casi 100.000 de los 270.000 jubilados que hay en el sistema de ahorro individual. El Fondo de Garantía de Pensión Mínima aguanta hasta el año 2070, y nosotros hemos propuesto aumentar las cotizaciones para hacer dicho fondo aún más sostenible.
SEMANA: ¿Cree que con la reforma Colpensiones queda con mayor poder?. Usted ha planteado la necesidad de despolitizarla...
S.M.: A Colpensiones ahora se le ve más politizada que antes. En la reforma hay un artículo en el que le dan facultades al Gobierno para cambiar la naturaleza de Colpensiones. En eso, parece que nos han escuchado, pues desde hace tiempo venimos insistiendo en que esta entidad debe tener una institucionalidad parecida a la del Banco de la República, con una junta directiva técnica e independiente y una presidencia elegida por dicha junta.
Es crucial que, para manejar toda esta cantidad de plata que le entraría, así como la información de las historias laborales, que en el sistema público han sido fuente de fraude y corrupción (le aumentan semanas cotizadas a la gente, en los traslados hay grupos de abogados que cobran para trasladar a las personas), se trate de aplicar un blindaje.
Hemos planteado que se haga en Colombia algo similar a Noruega, donde es el Banco Central el que maneja el sistema pensional. Aquí el Banco de la República tiene todas las capacidades para hacerlo. El tema pensional hay que aislarlo totalmente de la política.
SEMANA: ¿Cómo ve el fondo de ahorro que se plantea, podría funcionar?
S.M.: Aún está etéreo. Tiene características inquietantes: va a estar sujeto a Colpensiones, lo que preocupa, mientras no se reforme la entidad. Al comienzo es muy pequeño, va a ahorrar muy poco, el ahorro grande será dentro de 20 o 30 años. Además, va a comprar TES, es decir, va a financiar al Gobierno. Están lejos de convertir a ese fondo en un mecanismo de capitalización para el futuro, para pagar las pensiones.
SEMANA: ¿Le parece adecuado que la transición sea con mil semanas cotizadas?
S.M.: La transición favorece a los cotizantes de mayores ingresos. Las personas de menos semanas cotizan menos, las de más son las de mayores ingresos. En ese sentido hay una discriminación.
El otro problema tiene que ver con la institucionalidad en Colpensiones, pues los de más de mil semanas se van a quedar con los beneficios que existen. Temo que se den intervenciones para favorecer la llegada a las mil semanas y beneficiarse del régimen de transición.
SEMANA: Recientemente el presidente Petro les pidió a las AFP repatriar sus inversiones del exterior y aseguró que el ahorro pensional enriquece a los banqueros, ¿sienten que el mandatario ataca mucho a los fondos?
S.M.: El presidente ha estado muy mal asesorado. Todos los fondos de pensiones del mundo tienen diversificados los portafolios, porque, como se dice coloquialmente, no se deben poner todos los huevos en la misma canasta.
Tener una parte importante de los ahorros en el exterior ha sido benéfico para la rentabilidad del ahorro pensional. Este sería significativamente inferior si hubiéramos tenido la plata invertida solo en acciones o bonos colombianos, que se han depreciado mucho en los últimos 7 meses. Las inversiones en el exterior corresponden a una legalidad. En el manejo de los recursos de los trabajadores hay que dejar la política a un lado.
SEMANA. ¿Cuál cree que sería el ideal, de aquí en adelante, con la reforma pensional?
S.M.: Que se le dé un debate técnico, respetuoso, incluyente, amplio, que no nos apresuremos. Hubo asociaciones de pensionados de las AFP a las que dejaron participar en las conversaciones previas a la reforma, pese a que pusieron hasta tutelas. La mejor reforma no debe ser para las próximas elecciones sino para las siguientes generaciones.