HACIENDA
Los aprietos del Presupuesto de Colombia 2022, aprobado contrarreloj en el Congreso, ¿cómo quedó?
A última hora, la carta financiera del país para el próximo año se salvó de necesitar una conciliación. Hundieron el traslado exprés de fondos privados a Colpensiones y avalaron la eliminación del blindaje que tenía la Ley de garantías para hacer contratos interadministrativos en época electoral. Pero otras propuestas enredaron más el debate. Esto fue lo que sucedió.
Verdaderos momentos de angustia se vivieron en la Cámara de Representantes, una de las dos células legislativas que avalaron el proyecto de Presupuesto 2022, por 350,4 billones de pesos.
Después de una extensa jornada, que se prolongó por más de 18 horas, finalmente el proyecto fue aprobado, en horas de la madrugada del 20 de octubre, luego de un receso en la media noche del martes 19, para poder anunciar y abordar la agenda del día siguiente.
Si bien los artículos referidos a la Ley de garantías y al traslado exprés desde los fondos privados de pensiones hacia Colpensiones generaron una fuerte polémica, los que enredaron el trámite y pusieron contra las cuerdas la aprobación de la carta financiera para 2022 fueron otros.
La Cámara de Representantes, que había empezado el debate a las 8 de la mañana, llevaba buen ritmo en el estudio y aprobación del Presupuesto, pese a que toda la mañana se la gastó en resolver impedimentos y aprobar las ponencias negativas. Al final del medio día empezó la votación, con un bloque de 105 artículos que pasaron sin mucho esfuerzo y que se referían a las distribuciones de la torta presupuestal entre los sectores que hacen parte de las asignaciones de recursos públicos.
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Entre tanto, el Senado daba señales de estar más demorado en iniciar la votación, lo que luego cambió radicalmente.
Hacia las 8 de la noche, el Senado había aprobado ya la totalidad del articulado, incluyendo el hundimiento del traslado exprés, el borrón del artículo referido a la enajenación de activos incautados al narcotráfico que maneja la SAE (Sociedad de Activos Especiales), y la aprobación al cambio en la Ley de garantías, de manera que los alcaldes y gobernadores puedan ordenar gasto, a través de convenios interadministrativos, aún en época preelectoral (algo que hasta ahora estaba prohibido).
La expectativa hasta ese momento era que el Senado hiciera un receso, para dar tiempo a la Cámara a que terminara su proceso de aprobación del proyecto de ley. De esa manera, a las 10:30 de la noche volvería el Senado y se haría así el anuncio para la jornada del día siguiente, en la que se debería hacer la conciliación entre las dos cámaras.
Empezaron los tropiezos
Pero las cosas no evolucionaron como se pensaba hasta las 8 de la noche. En la Cámara empezaron los tropiezos. Un artículo relacionado con la capitalización de Positiva (compañía de seguros adscrita al Ministerio de Hacienda) fue tildado de ser una privatización. Luego de un debate corto, finalmente se aprobó.
La tensión subía a medida que iban corriendo las horas, ya que el proyecto de Presupuesto estaba prácticamente contrarreloj, según lo prevé la norma de aprobación de la carta financiera.
El 20 de octubre era la fecha límite para que el proyecto tuviera el visto bueno de Cámara y Senado, pero estratégicamente, se aprueba el articulado un día antes, en ambas cámaras, para dejar un margen (el miércoles 20), por si se requiere ir a conciliación.
La jugada
Todo parecía indicar que sí se irían a conciliación, pues lo aprobado en el Senado distaba de lo que estaba avalando la Cámara. No obstante, casi a las 11:30 de la noche del martes, tanto el Gobierno, como los parlamentarios y, en particular, la presidenta de la Cámara, Jennifer Arias, vieron que los tiempos no daban, por lo que se jugaron una última carta: reabrieron un artículo que había sido aprobado en Senado y que la Cámara había hundido en el transcurso de la jornada. Con ello, al lograr que la propuesta quedara igual en ambos escenarios, hasta ese momento, podrían evitar la necesidad de una conciliación. Fue así como, procedieron a suspender la jornada, hacia las 11:50 de la noche, para volver a retomar el debate pasada la media noche, es decir, al día siguiente. Lo que faltaba por aprobar era poco, pero en la sesión se estaban dado muestras de resistencia (por parte de la oposición) en las últimas horas.
Hay que señalar que el artículo de la diferencia, el 78, se refiere a una medida, según la cual, los recursos quietos en cuentas bancarias, por más de un año, y que lleguen hasta 92 mil pesos, puedan ser depositados en la bolsa pública y así, ayuden a financiar las necesidades del Estado. El debate en este sentido fue álgido, pues algunos congresistas tildaban la estrategia de “expropiación”, mientras que el coordinador ponente sustentaba que era mejor que los utilizara el Gobierno y no que se quedaran en las arcas de los bancos. En el artículo se prevé que, si luego de pasar la plata inactiva de los colombianos en cuentas de ahorro, aparece el propietario, el Ministerio de Hacienda le hará entrega de su dinero, con todo y los intereses del caso.
Con la jugada de la Cámara, quedó aprobado en ambos estrados.
¿Hubo vicios de forma en la aprobación?
Una de las preocupaciones que queda, después de la aprobación del proyecto de Presupuesto en segundo y último debate, es lo que pasará cuando se realice la revisión jurídica, pues algunos congresistas insistían en que había vicios de forma en la aprobación del articulado. El hecho de reabrir un artículo, como se hizo con el 78, es algo previsto en la norma, pero los integrantes de la oposición en la Cámara, no vieron con agrado el hecho de que ya habían hundido la medida de usar la plata de los colombianos que está congelada en las cuentas de ahorro y lo volvieran a revivir para intentar que los textos aprobados quedaran unificados.
Posteriormente, cuando ya la Cámara sesionaba en el nuevo día (la madrugada del 20 de octubre), con el cansancio a cuestas después de una jornada que parecía interminable, la congresista del partido Verde, Katherine Miranda, también pidió la reapertura del artículo 125, el de la Ley de garantías. Su intención era insistir en que se hundiera, por ser una ley estatutaria aprobada en una ordinaria (la del presupuesto). Pero no lo logró.
Financiación contingente en créditos del Icetex
Otro punto que motivó intervenciones enérgicas de los congresistas de oposición fue el 118 (en Senado), que, según sustentó la senadora María del Rosario Guerra, es para beneficio de los jóvenes, pues podrán adquirir créditos con el Icetex, a través de una nueva modalidad: la financiación contingente al ingreso. “En esta nueva modalidad pagarán una cuota proporcional a sus ingresos y no una cuota fija como es en la actualidad. Permite -además- que el joven no pague mientras este realizando sus estudios”, sostuvo la parlamentaria.
Los oponentes a la medida, al contrario, lo ven como una forma de ‘empeñar’ a los jóvenes con un crédito largo y costoso que fue comparado con el que se hace para adquirir una vivienda.
1/4 Con el artículo 118 los jóvenes que adquieran créditos con el @ICETEX en esta nueva modalidad pagarán una cuota proporcional a sus ingresos y no una cuota fija como es en la actualidad. Permite que el joven no pague mientras este realizando sus estudios.
— María del Rosario Guerra (@charoguerra) October 19, 2021
Y la desfinanciación de los subsidios de vivienda
Cuando ya parecía que se iba a lograr avanzar lo suficiente con la aprobación de los artículos del proyecto de Presupuesto, surgió una nueva interpelación. Esta vez, para advertir que, con lo aprobado en la carta financiera, quedarían desfinanciados al menos 35.000 subsidios para igual número de familias que están a la espera de lograr conseguir un techo propio.
Finalmente, vino después la aprobación de los artículos nuevos y las 45 proposiciones colgadas que pretendían entrar a ser parte del proyecto.
Lo cierto es que los aprietos para la aprobación del presupuesto 2022 no fueron pocos y lo que viene ahora será la revisión minuciosa que le harán a cada paso que se dio en el trámite para obtener la luz verde en el Congreso, que permitirá poner en la economía $69,6 billones de inversión en obras; 210,1 billones de gasto en funcionamiento, y 71 billones en el servicio de la deuda pública.