Salario mínimo
Los retos de vivir en Colombia con uno de los salarios mínimos más bajos de la región
Es uno de los sueldos más bajos junto con el de Venezuela, Argentina y República Dominicana.
En Colombia se logró el 15 de diciembre del año pasado un acuerdo para subir el salario mínimo del 16 % y el subsidio de transporte en 20 %, y es que el salario mínimo en particular afecta los costos de algunas industrias de servicios intensivas en el uso de mano de obra, tales como restaurantes y comercios formales.
Estos, usualmente en su base de trabajadores tienen personas que devengan el salario mínimo, por lo cual se espera que en estos casos se tenga que trasladar el costo del incremento laboral a los precios finales de los consumidores.
Sin embargo, de acuerdo con Bloomberg, el de Colombia comparado con otros de Latinoamérica, sigue siendo uno de los más bajos de Sudamérica ante el dólar, es decir de 242 dólares.
Dicho salario, según el informe, es uno de los valores más bajos junto con el de Venezuela , Argentina y República Dominicana.
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Impacto en la canasta familiar
Agregó que teniendo en cuenta lo anterior, con estos elementos se puede deducir que en enero varios de los precios de la canasta de consumo se incrementarán.
En efecto, se ha identificado que más del 60 % de la canasta que conforma el índice de precios al consumidor tiene algún tipo de indexación, sea a la inflación pasada o al salario mínimo.
Los retos con el salario
Pero, ¿cuál será el impacto para las organizaciones con el presente incremento salarial que empezará a regir desde este mes? Según Rodrigo Cifuentes París, Head de Corporate Finance de BDO en Colombia, será un impacto bastante significativo, sobre todo para las empresas que tienen la mayoría de su personal contratado con el salario mínimo.
Explicó que será “porque una subida de 16% implica que la misma compañía debe generar una rentabilidad muy alta, no solo por este factor, sino porque también va atado a los salarios integrales y a los servicios. Este es un incremento que normalmente no se ve y que sí va a impactar en el margen de rentabilidad, generando riesgo de aumentar la informalidad.
Agregó que ante un panorama en el que todavía no hay certezas, las empresas pueden estar más seguras de dar un paso adelante con sus decisiones financieras de la mano de un aliado o consultor, el cual puede establecer los escenarios más próximos a esta realidad, contemplando los retos más importantes y su evolución en el corto, mediano y largo plazo.
La desaceleración es otro punto para tener en cuenta. Eso puede impactar el crecimiento de las empresas, que no va a ser el esperado porque tienen que gestionar la subida de precios y de los salarios, controlar que el flujo de caja no se vaya a perjudicar, y el factor de que -como la economía no va a estar tan activa- puede que no se alcancen los crecimientos presupuestados.