Macroeconomía
Mercado inmobiliario en EE. UU. sigue en caída libre y vuelve a mínimos de 2016
Los más recientes resultados quedaron por debajo de la expectativa de los analistas.
Estados Unidos parece que no sale del todo de la desaceleración económica que vive desde mediados de este año por cuenta de la inflación, que ya golpeó el mercado del petróleo, redujo las proyecciones de crecimiento empresarial, tiene al dólar inmerso en la volatilidad y ahora deprime por sexto mes consecutivo el mercado inmobiliario.
El aumento del costo de vida sigue golpeando el poder adquisitivo de los hogares en este país, o por lo menos eso se percibe en el informe de venta de casas nuevas, que continuó su caída en julio, por sexto mes consecutivo, a sus niveles más bajos desde 2016.
Según datos del Departamento de Comercio publicados el martes, se vendieron 511.000 casas el mes pasado en proyección anual (la cifra a 12 meses si se mantuvieran las condiciones del momento de la medición), 12,6 % menos que en junio y casi 30 % menos que hace un año.
La cifra está muy por debajo de las proyecciones de los analistas que esperaban una pequeña caída de 575.000 compraventas. El mercado inmobiliario sufre por el incremento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed, banco central), que busca enfriar la economía para combatir la inflación.
Tendencias
La subida del costo del crédito, y precios de viviendas que siguen altos, afectan las compras de propiedades, que cayeron así por sexta vez desde febrero. La mediana de precios para casas nuevas alcanzó los 439.400 dólares, frente a 414.900 en junio, y el precio promedio volvió a ubicarse por encima de los 500.000 dólares.
Las ventas de viviendas usadas, que representan 80 % del mercado inmobiliario estadounidense en volumen, también habían bajado fuertemente en julio.
Expectativa en las tasas de interés
Subir las tasas para combatir la inflación, pero no demasiado para evitar que la economía quede de rodillas: este dilema que enfrentan los banqueros centrales en todo el mundo estará al tope de la agenda de su reunión anual en Jackson Hole, Estados Unidos, este jueves y viernes.
El momento más esperado de este encuentro internacional será el discurso del presidente de la FED, Jerome Powell, el próximo viernes. Andrew Bailey, el gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), confirmó su presencia, aunque anunció que no tomará la palabra.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, no estará presente. Pero Isabel Schnabel, que integra su directorio en representación de Alemania, participará en un panel el sábado.
“Las cartas están sobre la mesa en materia económica: un enemigo común que es la inflación, un riesgo de hacer demasiado para enfriar la economía. Hay que elegir entre ambos”, resumió antes del encuentro Gregori Volokhine, gerente de cartera de Meeschaert Financial Services, en diálogo con la AFP.
Sin embargo, “la FED no puede decir que debe elegir (...) entre aumentar el desempleo o bajar la inflación, pero es la elección que tiene”, añadió.
Esta reunión tendrá lugar en momentos en que en todo el mundo los bancos centrales ajustan sus tasas al alza para luchar contra la inflación, a pesar de que eso puede afectar la reactivación tras la pandemia de la covid-19. Un aumento de tasas de interés encarece el crédito y, por lo tanto, frena el consumo y la inversión, enfriando así la economía y la presión sobre los precios.
La Fed ya subió cuatro veces desde marzo sus tipos de interés de referencia, y el mercado se pregunta por la magnitud de próximas alzas que se dan por seguras. La inflación en Estados Unidos a 12 meses se moderó en julio a 8,5 % desde 9,1 % en junio, una cifra que marcó un máximo en 40 años.
*Con información de AFP.