INFLACIÓN
No se esperan buenas noticias con la inflación: costos al productor estuvieron disparados en septiembre y no dejarán bajar precios al consumidor
Este miércoles se conocerá el comportamiento de la inflación en el noveno mes del año, pero definitivamente, si cuesta más producir, lo que se espera para el gasto del consumidor no es nada distinto a la persistencia de la carestía. El IPP en los últimos 12 meses fue de 28,35 %.
Aunque para todas las personas, lo que verdaderamente causa expectativa es la inflación de cada mes, en la tras escena está otro dato que tiene todo que ver con la carestía.
Se trata del Índice de Precios del Productor (IPP), un indicador que es revelado por el Dane un día antes de que se destape el IPC (Índice de Precios al Consumidor), pero al que poco se le presta atención.
Resulta que es clave, pues del costo que tenga el sector productivo para elaborar los productos, así será el cobro que le trasladen al consumidor en cada precio de los bienes y servicios que demanda.
Hace algún tiempo que, en Colombia, el IPP viene disparado, y en septiembre no cambiaron las cosas. Si bien en el dato aislado del mes se registra una disminución de la cifra, en comparación con agosto, los precios al productor en los últimos 12 meses siguen en dos dígitos.
Tendencias
De acuerdo con la información presentada por el Dane, el IPP anual a septiembre fue de 28,35 %, mientras que en el mismo periodo del año pasado solo llegaba a 19,67 %.
En lo que va corrido del año, el IPP va en 20,39 %, registrando así un incremento de 1,69 % más que en los primeros nueve meses del año anterior.
Entre tanto, en septiembre, el IPP fue de 0,68 %, mostrando así una reducción fuerte en comparación con igual mes de 2021, cuando fue de 1,30 %.
Según el informe del Dane, en el noveno mes del año, a los sectores que les resultó más caro producir fueron los de agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca (2,19 %), al igual que el de Industrias manufactureras (0,88 %), que presentaron variaciones superiores a la media (0,68 %).
Por el contrario, al que le resultó bajo el IPP fue al sector de Explotación de minas y canteras (-0,99 %), que, además, fue el único que registró una variación negativa, según el informe.
¿Y entonces cómo estará la inflación?
Para el mes de septiembre, los analistas esperan que la inflación siga su tendencia ascendente, desde el 10,84 % que registró en agosto, hacia 11 %, para cerrar el año por encima de esa cifra.
De hecho, las fuertes presiones inflacionarias que han seguido en el horizonte son las que han llevado al Banco de la República a aplicar la política monetaria, que desde el noveno mes del año pasado empezó a subir las tasas de interés de referencia, con la expectativa de frenar el consumo, lo que aún no se ha podido lograr.
Si bien los expertos en establecer pronósticos estiman que la inflación podría empezar -al menos- a dejar de incrementar, no hay un consenso en relación con el momento en el que se inicia el descenso. De hecho, varios de los integrantes de la junta del Banco de la República estiman que solo hasta el próximo año habrá un descanso que permita iniciar la senda cuesta abajo de los precios al consumidor.
Los alimentos, que han sido uno de los que han ejercido mayor presión inflacionaria, podrían empezar a nivelar sus precios, pero existe la preocupación de que el costo de componentes como la vivienda y los servicios públicos, no dejan bajar las cifras de inflación; y los altos precios en esos segmentos del gasto de los hogares podrían ser más duraderos.
También está el aporte que puede hacer a la inflación el incremento en el precio de la gasolina aplicado desde octubre, lo que, no obstante, no se reflejará en el dato que el Dane presentará este miércoles.
Lo cierto es que las familias colombianas ya empiezan a preocuparse por los altos costos de adquirir una canasta básica. Peor aún si el consumo lo han hecho a partir de créditos, pues a medida que el Banco de la República sube las tasas, los intereses de los préstamos crecen de forma exponencial, con la consiguiente amenaza: que las personas no puedan pagar sus obligaciones en un momento de fuertes intereses, y lleguen al impago, lo que deterioraría la cartera de los bancos, causándose así un efecto muy negativo para la economía en general.