Macroeconomía
No subir las tasas de interés puede causar peores efectos, según experto
La cifra de la inflación marcó 11,44 % según lo reveló Piedad Urdinola, la nueva directora del Dane.
En los últimos días, se conoció que la cifra de la inflación marcó 11,44 % según lo reveló Piedad Urdinola, la nueva directora del Dane, con las estadísticas del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
La directora de la entidad de las estadísticas destacó que se trata de la inflación más alta desde enero de 1999, cuando hubo una gran depresión económica, relacionada con un aumento del endeudamiento público y privado, agravado por un incremento inusitado de las tasas de interés, crisis hipotecaria y laxitud en otorgamiento de créditos, entre otros (algo que suena parecido con la realidad actual).
En la variación anual, los alimentos tuvieron una inflación de 26,62 %, mientras que los bienes para el hogar registraron una cifra de 16,27 % y los restaurantes 16,20 %. Por lo cual, el pasado miércoles, el presidente Gustavo Petro criticó la decisión del Banco de la República de subir las tasas de interés, como una medida para contener la elevada inflación. “¿Sirve subir la tasa de interés para contener la inflación? No”, expresó.
Asimismo, Michael Smith Ortegón Salazar, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de Uninpahu manifestó que la medida “no sirve, pero no porque no sea la mejor estrategia, sino porque la subida de tasas de interés debe ser mucho más contundente. El objetivo de esta estrategia es disminuir el gasto agregado, tanto privado como público, para que la presión al alza sobre los precios sea menor; el aumento de las tasas de interés debe ser mucho más agresiva para que los agentes económicos sean conscientes de que deben disminuir sus gastos”.
“La encrucijada está en el gasto público, que, frente al déficit fiscal, debe ser mucho más austero, cosa que no se ha visto de manera evidente por gastos superfluos los últimos días. El Banco de la República debe enviar un mensaje más contundente a los mercados extranjeros para que la compra de deuda pública represente un aumento de las reservas de moneda tanto nacional como internacional de la economía nacional”, agregó.
El efecto dominó que generó el intervencionismo fiscal y monetario acelerado en épocas de pandemia, con el afán de aumentar el gasto agregado, alimentada además por circunstancias externas como la guerra, recalentado la economía colombiana, hizo que hoy estemos experimentando estos niveles exagerados de inflación, que buscan ser contrarrestados con subidas del tipo de interés (también acelerado), añade.
Sin embargo, el experto asegura que no seguir el rumbo de la subida de tasas de interés, puede causar peores efectos, ya que una baja en las tasas de interés hace que la demanda agregada aumente, “lo cual implica que el gasto agregado también lo haga y si se enfrenta a una oferta que no tiene la misma dinámica, o sea que aumente a tasas iguales o superiores que el nivel de demanda, esto es si la oferta es rígida (que es el caso de Colombia) se generan un cuello de botella, la inflación puede aumentar mucho más”.
Al mantener las tasas de interés altas se restringe el consumo y la demanda agregada se contiene en cierta medida. No obstante, si los factores productivos están encareciéndose por la presión de la subida de los precios de insumos a nivel internacional por el tipo de cambio caro (alza del dólar) la inflación continuará, explicó.
El efecto dominó se empieza a desacelerar en muy pocos dominios geográficos, aquellos que están por debajo de la media nacional (11,44%), de acuerdo con el DANE, Bogotá, Manizales, Medellín, Pasto y otras áreas urbanas, donde no están todos los centros productivos del país. Lo que es preocupante porque los demás dominios geográficos no muestran una mejora y esto implica un panorama de inflación mucho más alta.
Finalmente, Smith asevera que los efectos de bajar las tasas de interés son más dañinos, empezar a ejercer control de precios porque nominalmente pueden congelarse, pero en términos reales el número de bienes a comprar sería menos y, por lo tanto, la escasez de bienes de consumo aumentaría.
Lo correcto, para el economista, es incentivar la austeridad en el intervencionismo fiscal, de tal manera que la productividad nacional no se vea atravesada por costos estatales, y aumentar mucho más las tasas de interés para que el mercado sepa que debe identificar muy bien qué tipo de bienes son necesarios y urgentes de verdadera inversión de capital, de tal manera que la productividad aumente, ya que, si bien los tipos de interés actuales son altos, parecen no detener la demanda agregada ni hacer que los consumidores sean más razonables con sus gastos.