PULSO SOCIAL
Número de colombianos que comieron una o dos veces al día llegó a 2,5 millones en 2020
Así se conecta el resultado de la economía con el hambre de los ciudadanos.
Durante el 2020, considerado como el año más desastroso desde todo punto de vista, el hambre llevó a millones de colombianos a poner el trapo rojo en las ventanas, enviando así las señales del humo que no podían tener en su cocina por falta de plata. Este lunes el Dane reveló los resultados de la economía en el acumulado del año y es así como se conecta un dato con el otro.
Un duro balance
El balance revela cifras que no se veían desde hacía años en un país que ya había avanzado y estaba siendo considerado como de ingresos medios. Durante todo el 2020, 3 de cada 10 familias colombianas, el 29,2 %, solo tuvo para tomar dos y a veces una comida. Ese porcentaje, en total equivale a 2.467.519 hogares (en octubre la cifra fue cercana a los 2 millones).
La cifra de pobreza que detectó el Dane en el 2019: 35,7 %. Muchos contaron con algo de solidaridad a través de los programas sociales (antiguos y nuevos) activados durante la emergencia sanitaria y económica que tuvo que decretar el Gobierno con la llegada de la pandemia. Por ejemplo, la estrategia de ingreso solidario le llevó por primera vez un auxilio a los que nunca antes habían estado en un programa social de los habituales del Estado: Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Colombia Mayor, entre otros.
El hecho de que la economía se paralizara, casi en su totalidad, pero principalmente en aquellos sectores que pueden representar algo de ingresos para el 50 % de personas económicamente activas que devengan su ingreso en la informalidad, hizo mella en los fogones de los hogares colombianos.
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Una información preparada por el Dane, da cuenta que el momento más crítico del año en materia social, como efecto del cierre de la economía, se produjo en julio, mes en el que la cifra de familias con una o máximo dos comidas al día, sin importar si el valor nutricional era el adecuado, llegó a ser del 31,9 %.
La temible cifra bajó en agosto, pero solo a 2.266.800 familias (28,6 %) probablemente como un efecto transitorio del segundo día sin IVA, que se realizó en julio y volvió a mover ligeramente el mercado laboral ‘cuenta propia’, que es el que predomina en el país. Aquí entra el vendedor de diez pares de zapatos que compró para revender en el rebusque, o el que prepara el tinto y que necesita que la gente salga a la calle para poder vender y obtener algún ingreso.
El indicador de personas con dos o una comida al día volvió a subir en noviembre a 31,7 %, casi al mismo nivel que en julio, cuando la pandemia estaba en su primer pico.
En el trimestre octubre-diciembre Bogotá llevó la delantera con el mayor número de hogares que solo podían tomar hasta dos comidas al día: 859.426 familias. Le siguió Barranquilla, con 250.774, y Medellín, con 241.783.
Una estrepitosa caída
Tras la situación social de ese gran número de colombianos sin los recursos para suplir la necesidad básica de alimentarse está la estrepitosa caída del PIB, que, según reveló el Dane este lunes, fue de 6,8 %. Si bien la cifra fue ligeramente inferior a la de los pronósticos, no deja de marcar récord.
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El segundo trimestre, cuando la economía disminuyó su producción en 15,7 % es el lapso que mayor peso aportó al resultado total, el cual retrata el apagón en las fábricas, en el comercio y en la construcción, tres de los sectores que más generan empleo formal y que se llevan por delante -laboralmente- a todos aquellos ciudadanos que realizan actividades para abastecer de bienes y servicios (de manera informal) a los ciudadanos que trabajan como asalariados.
Durante ese trimestre (el segundo del 2020), el desempleo alcanzó la cifra de 21,2 por ciento en mayo, lo que golpeó fuertemente el consumo que, a su vez, es uno de los motores para que la producción (PIB) se mueva, porque anima a los fabricantes a producir, contando con que tendrán quien demande sus productos.
El PIB del 2020 registró una caída histórica, lo que deja una estela de efectos: en la pobreza, en la deuda del país, en el mercado laboral, pero lo que viene es ahora lo verdaderamente importante y está resumido en dos caminos: la vacunación masiva y la generación de empleo.