CUARENTENA
“Ojalá no haya más medidas de restricción a la movilidad”: gerente del Banco de la República
El gerente resaltó que la economía colombiana ha venido adaptándose a las medidas restrictivas, pero que hay sectores que son más vulnerables a los encierros.
La recesión económica que vivió Colombia en 2020 se dio, en gran parte, por las restricciones de movilidad a las que estuvo sometido el país por más de cinco meses.
La imposibilidad de que las empresas pudieran operar con normalidad hizo que el desempleo aumentara por la pérdida de firmas. Esto disminuyó los ingresos de los hogares, que optaron por gastar menos, lo cual disminuyó el consumo y terminó afectando el recaudo tributario del país.
En un principio, las medidas de aislamiento y las cuarentenas estrictas fueron bien recibidas por la población en general y hasta por las compañías afectadas. Sin embargo, con el tiempo, el aislamiento se ha convertido en la única herramienta de los gobiernos locales para mitigar el impacto de la pandemia, restricciones que los empresarios no toleran más.
Según Fedesarrollo, en 2020 la cuarentena le costó al país entre $48 y $65 billones, por lo que las medidas de aislamiento que se están implementando nuevamente van a afectar la recuperación económica.
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Al respecto, el gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, dijo que lo mejor para la economía sería no ver más medidas restrictivas.
“Ojalá no haya que tomar más medidas de restricción a la movilidad porque son costosas, pero también son necesarias. Afortunadamente se ha ido aprendiendo del proceso y los costos son menos dramáticos que los presentados a mediados del año pasado”, dijo Villar.
Si bien el gerente destaca que el impacto de las cuarentenas en la economía no es tan pronunciado como antes, advirtió que hay sectores que son más vulnerables a las medidas restrictivas.
“La economía se ha vuelto un poco más resistente a las medidas y ha sabido manejarlas, pero hay sectores que se han visto más afectados que otros y eso debe tenerse en cuenta”, dijo el gerente.
El domingo pasado, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dio a conocer que la ciudad llegó a alerta roja hospitalaria en todas las localidades.
La alcaldesa de Bogotá aseguró que solo quedan 140 unidades de cuidado intensivo, que serán instaladas esta semana y la capital llegará a 2.650 unidades. “No tenemos más capacidad de crecimiento, luego tenemos que lograr pasar las dos semanas que nos faltan con esa capacidad que tenemos (...) Si no, nos veríamos avocados a la penuria de no poder atender a los pacientes”, señaló.
Para hacer frente a esta situación, la alcaldesa decretó y endureció una serie de medidas entre las que se encuentran la suspensión del retorno gradual a la presencialidad en jardines, colegios y universidades –públicos y privados– hasta el 9 de mayo, la ley seca todos los días hasta el 9 de mayo y toque de queda desde las ocho de la noche, entre otras.
“Obviamente, no está permitido ningún tipo de aglomeración”, dijo la alcaldesa, a solo dos días del 28 de abril, fecha para la que distintos movimientos sociales llamaron a un paro nacional que promete tener una gran convocatoria, aun en medio del tercer pico de contagios.
López dijo que las marchas y aglomeraciones son un atentado a la vida, por lo que les pidió a los dirigentes que tengan responsabilidad con la nación y con Bogotá. “Eso es arriesgar la vida de la gente. Sería una irresponsabilidad que quienes no están de acuerdo con asistir a las aulas de clase, ahora sí promuevan aglomeraciones”, señaló, e insistió en que todos los habitantes de Bogotá han hecho sacrificios y esfuerzos.
Además, pidió que las personas ejerzan su derecho a la protesta sin provocar aglomeraciones.