Turismo
Para que el turismo reemplace las divisas del petróleo, habría que quintuplicar los visitantes extranjeros. ¿Es una meta posible?
Mientras el gobierno colombiano avanza en su transición energética para reducir la dependencia de los hidrocarburos como principal fuente de financiación, ANIF proyecta que el país necesitaría atraer 27 millones de turistas anuales para igualar los ingresos del petróleo.
Con la propuesta del Gobierno de reducir la explotación de hidrocarburos y diversificar la economía, el turismo ha emergido como una de las opciones para mantener el ingreso de divisas. De hecho, en una reciente entrevista con SEMANA, Luis Carlos Reyes, ministro de Comercio, Industria y Turismo, aseveró que los ingresos del turismo ya eran comparables a los del carbón y que la meta es que, a mediano plazo, puedan sustituir también los del petróleo. “Queremos reemplazar esas exportaciones tradicionales que no generan valor agregado con sectores sostenibles, productivos y con impacto duradero en el país”, aseguró el ministro.
En paralelo a estas declaraciones, Anif advirtió que para lograr tal sustitución, Colombia necesitaría atraer 27 millones de turistas al año, con un gasto promedio de 1.472 dólares por visitante. Las cifras oficiales indican que, en 2023, el país había recibido más de 5,86 millones de turistas internacionales, lo que implica que para cumplir con esa meta tan ambiciosa se requeriría casi que quintuplicar esa cifra.
Paula Cortés Calle, presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), ve con optimismo el crecimiento del sector turístico, aunque admite que llegar a las metas propuestas por el Gobierno tomará tiempo. “Este año, en el primer semestre, superamos al carbón en generación de divisas. Mientras el carbón aportó 3.542 millones de dólares, el turismo generó 4.770 millones, y esperamos cerrar 2024 con unos 9.700 millones de dólares”, afirmó.
Así mismo, desde Anato las proyecciones apuntan a que en un escenario intermedio, hacia 2035, el turismo sí podría alcanzar los ingresos del petróleo. Pero para lograrlo, se necesitarán mejoras estructurales importantes. “Incrementar la conectividad e infraestructura aérea y terrestre es clave, así como mejorar la seguridad y continuar promocionando Colombia como un destino atractivo a nivel internacional”, indicó Cortés. Además, recordó que, según datos del Dane, en el primer trimestre de 2024, el gasto promedio por turista extranjero fue de 1.439 dólares, lo que muestra que el incremento necesario para alcanzar los 1.472 es alcanzable.
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La asociación insiste en el desafío que representa la mejora de la infraestructura turística para alcanzar la meta de superar los ingresos que genera el sector mineroenergético. Actualmente, Colombia ha hecho avances en la modernización de aeropuertos, como los de San Andrés y Cartagena, pero aún se requiere mucho más. La conectividad entre regiones es limitada, lo que impide que destinos turísticos emergentes puedan recibir grandes flujos de turistas. Además, la falta de infraestructura hotelera en zonas alejadas complica la oferta de servicios a un número creciente de visitantes, algo que debe abordarse si se quiere alcanzar la meta de 27 millones de turistas anuales.
Humberto Librado Castillo, director del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Javeriana, coincide en que el turismo tiene el potencial de convertirse en una fuente relevante de ingresos para Colombia, pero advierte sobre los retos que esto implica. Al observar las estadísticas del Banco de la República y los informes del Ministerio de Comercio, Castillo resalta el crecimiento significativo del número de visitantes en 2022 y 2023, después de la fuerte caída sufrida durante la pandemia. Este avance se debe, en parte, al fortalecimiento de la oferta hotelera, gastronómica y de transporte, así como a la diversificación de destinos, que ahora incluyen zonas como Antioquia, el Eje Cafetero, Santander y el Valle del Cauca.
Sin embargo, Librado resalta que, desde una perspectiva de financiamiento nacional, es difícil que los ingresos del turismo puedan sustituir los del sector de hidrocarburos en el corto plazo. Aunque el turismo ha crecido, requiere condiciones que permitan su consolidación, y esto incluye desafíos importantes en términos de infraestructura. A pesar de los avances en el transporte aéreo, las deficiencias en el transporte terrestre continúan siendo una barrera significativa, particularmente en regiones como el Pacífico y La Guajira, donde la falta de infraestructura limita la llegada de turistas en gran escala. Esta situación se evidenció durante el paro de transportadores, lo que resalta la fragilidad de la interconexión vial del país.
Además, Librado menciona que, tras la firma del acuerdo de paz, se vislumbró la posibilidad de fomentar el turismo en zonas que antes eran inaccesibles debido al conflicto. No obstante, la presencia de actores armados en algunos territorios sigue siendo un obstáculo para convertir estas regiones en destinos turísticos masivos, especialmente para el turismo internacional. Si bien existen estrategias como el Plan Estratégico de Seguridad Turística, es necesario fortalecer estas medidas para asegurar la seguridad en dichos territorios a medida que crece el número de visitantes.
Por último, el experto subraya que el crecimiento del turismo debe ser gestionado de manera sostenible, especialmente en regiones con un alto valor ecológico y cultural. Es decir, que la planificación de los proyectos debe tener en cuenta la capacidad de carga de las comunidades y los ecosistemas. Así se logra gestionar adecuadamente el impacto del turismo en sus territorios.
Esto implica que el enfoque no debe centrarse únicamente en aumentar los ingresos, sino también en garantizar que las actividades turísticas sean responsables y sostenibles a largo plazo.
El turismo ha mostrado ser un sector resiliente y en crecimiento en Colombia, pero la idea de que pueda reemplazar las divisas del petróleo plantea preguntas complejas sobre la capacidad del país para mejorar su infraestructura, garantizar la seguridad en las regiones y desarrollar un turismo sostenible a largo plazo. Si bien las cifras muestran que es posible, los retos son muchos, y el éxito de esta transición dependerá en gran medida de la implementación de políticas adecuadas que impulsen el crecimiento del sector sin comprometer los recursos a largo plazo.