Energías
Piden nueva subasta de energía
Para Andeg, el gremio de generadores térmicos, hacia el año 2025 el balance entre oferta y demanda de energía en firme se va a estrechar y es necesario que ahora el Gobierno adelante una nueva subasta que traiga generación adicional a la matriz energética.
Aunque en el corto plazo no se ven problemas en el suministro de energía en el país, y el sector está a la expectativa de la entrada en operación de las dos primeras unidades de Hidroituango y de las energías renovables no convencionales, en términos de energía en firme para atender la demanda, Andeg –el gremio de las generadoras térmicas de energía– estima que hacia 2025 el balance entre oferta y demanda de energía en firme se va a estrechar. Por eso, está pidiendo al Gobierno hacer una nueva subasta de cargo por confiabilidad, con miras a entrar en el periodo 2025-2026 o máximo en 2026-2027, para atender el crecimiento de la demanda que se estima para ese momento.
Alejandro Castañeda, director ejecutivo del gremio, analiza –además- el aumento en el precio de insumos como el carbón y el impacto que tendrá la tarifa de energía, así como una posible aparición de un Fenómeno de El Niño que puede apretar y estresar el sistema.
SEMANA: ¿Qué ha impulsado el precio del carbón y cuál es el efecto global?
Alejandro Castañeda (A.C.): Muchas de las inversiones que se venían dando regularmente hace unos 10 o 12 años, tanto en carbón como en el sector de petróleo y gas, se movieron hacia las energías renovables. Este boom de renovables también hizo que se retrasaran o que no se hicieran inversiones en este tipo de commodities, y obviamente cuando el mundo comienza a reaccionar el año pasado con unos crecimientos mucho mayores, pues comienza a verse una presión hacia el lado de mayor consumo de petróleo y de gas y, particularmente, de carbón. Eso se incrementa con la situación y la coyuntura europea, el tema de Ucrania, y obviamente la falta de gas para generación. Uno ve países como Alemania y España, volviendo a abrir las plantas de generación térmica que tenían allí, digamos que empijamadas y hoy estamos viendo una presión muy grande para poder utilizar esos combustibles.
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SEMANA: ¿Hasta dónde se van a mover los precios de los commodities, especialmente el carbón? ¿Suben como palma y caen como coco?
Alejandro Castañeda (A.C.): Lo venimos diciendo desde el mes de octubre. Este no es un tema coyuntural, es decir, yo lo veo más estructural y se refleja un poco en los precios de los futuros tanto de gas, de petróleo, como de carbón. Es decir, uno no ve una caída como tan dramática en el precio, por ejemplo, en carbón de los niveles que estamos de 400 dólares, ve uno que hace un año estábamos hablando de compras de 200 a 250 dólares, algo similar pasa en petróleo. No se prevé que el mercado reaccione rápido, pero eso tiene unos límites y es hasta cuánto como usuario se está dispuesto a seguir asumiendo un mayor precio cada día y si, por otro lado, más bien no toma la decisión de ajustarse y decir, no voy a producir a estos costos y empieza a contraerse desde el punto de producción. Y obviamente con la presión inflacionaria que se vendría tendríamos un recalentamiento en la economía muy fuerte a nivel mundial. Este es un tema que puede durar un tiempo y hay que mirar qué tan rápido ese coco cae o no cae.
SEMANA: Una de las mayores preocupaciones es que la inflación le pegue al crecimiento, y se den fenómenos como la estanflación (mayor inflación, pero con bajo crecimiento) …
A.C: Se están comenzando a acomodar las señales. Fíjese que del lado de consumo de energía en Colombia que veníamos teniendo unos consumos muy altos, por encima del 3 y 4% año pasado, por ejemplo, entre los meses de septiembre y noviembre tuvimos ese crecimiento incluso por encima de los escenarios altos de proyección de la demanda de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), hoy en día ya se ve un poco menor, digamos estamos viendo crecimientos en el lado de la energía, entre el escenario medio y el escenario alto, es decir, estamos creciendo un poco por debajo del 3 o el 3,2 por ciento, que fue la última cifra que nos dio. Esa es la correlación que existe entre la energía y producción y lo que uno esperaría es que no crezcamos tan rápido como el año pasado en Colombia. Es un fenómeno que se está viendo a nivel mundial, es decir, cómo los crecimientos comienzan a verse afectados, impactados por estos altos precios y por esta presión inflacionaria.
SEMANA: ¿Cuál va a ser el papel del carbón en las matrices de generación de energía?
A.C: Frente al uso del carbón, hay un tema importante. Creo que toda esta problemática que estamos viendo en Europa y demás, va a hacer que se repiense el rol del carbón dentro de las matrices de generación de eléctrica en los diferentes países. Y un elemento que es fundamental es quiénes están produciendo o tienen capacidad de poder construir y proveer los equipos para esas plantas a carbón de tecnologías críticas y supercríticas. Los proveedores usuales han tomado la decisión de no continuar con carbón, el único que está pensando en continuar en líneas de producción de estas termoeléctricas es China. Entonces ahí hay un elemento que el mundo tiene que pensar: si va a seguir proveyendo buena tecnología para el uso de carbón o no, y el tema de financiamiento, pues que cada vez es más complejo. Pero un país como el nuestro sí debería tomar un poco más la línea de China o India, donde dicen: miren tengo carbón, reservas importantes, hay buena tecnología para hacerlo. Creo que nos toca seguir pensando en el carbón hacia adelante en la matriz nuestra para darle ese sustento y ese soporte a la generación intermitente y variables que son las tecnologías renovables.
SEMANA: Frente a la matriz energética en Colombia, en las térmicas ¿cuánto es a gas? ¿Cuánto a carbón? ¿Cuál es el papel que cumple el carbón en toda esta matriz?
A.C: De los 17.800 megavatios que tenemos de capacidad instalada, un 70% es hídrico, el otro 30% está basado en fuentes térmicas, tanto gas, como carbón. Carbón básicamente representa el 10% del total de esa matriz de generación que tenemos en el país. Sin embargo, el carbón juega un papel muy importante, pese a que tiene un 10 por ciento, por dos elementos. En el corto plazo, en la bolsa de los precios de energía, en el día a día, el carbón es el primero que le pone el pecho al recurso hídrico. ¿Qué significa eso? Los hídricos si tienen buena agua, nunca se van a poner por arriba del carbón en términos de precios, sino que tienen que aguantar hasta esas ofertas de los generadores a carbón, que hoy en día están en unos 180 y 230 pesos, como digo con carbón estoqueado desde antes de estos incrementos en precios tan fuertes. Por el otro lado, cuando estamos viendo ya el efecto desde el punto de vista en contratos, el carbón es referente para los contratos de mediano y largo plazo. Es decir, al igual que en el día a día, el hidráulico no va vender energía a mediano y largo plazo por encima de lo que le ofrece las generadoras de carbón, que puede estar alrededor de 210 o 220 pesos por kilovatio/hora, más o menos. Con ese rol que tiene el carbón de contener el tema de precios sí es una preocupación.
SEMANA: ¿Por qué?
A.C: Porque, digamos, si a mí me costaba la tonelada 180.000 pesos de carbón, hoy en día estamos hablando que se consigue en el mercado nacional, cuando se consigue, cerca de los 500.000 a 570.000 pesos por tonelada. Obviamente eso va a tener un efecto desde el punto de vista en el corto plazo en los precios de bolsa y ya pensando un poco más en el largo plazo en los precios se mantienen obviamente altos, pues, la señal de contratos también cambiaria. Las cifras que nosotros tenemos básicamente es que, si digamos que la bolsa de energía si se incrementa 100 pesos, el efecto en tarifa para el usuario final residencial, sería de un orden de 2% por cada 100 pesos. ¿Por qué? Porque obviamente hoy en día existen unos contratos que ya están, que representan el 90% de la energía que se consume en el país y el otro 10% es bolsa. Pero en la medida como les decía que nos precios se mantenga, pues obviamente la señal de contratos cambiaria y por cada 10 pesos que cambien contrato, ahí ya el efecto es exactamente igual, el 2% que se trasmitiría al usuario. Eso es más o menos lo que se está viendo: podríamos tener una presión sobre los precios de la energía, si se mantiene la tendencia de los precios.
SEMANA: ¿Ese aumento a una persona común y corriente del estrato 4 que no tiene subsidio, qué le puede significar?
A.C: Eso representa más o menos, en el caso de los 100 pesos de bolsa, un aumento de unos 10 a 15 pesos frente a lo que está pagando por kilovatio/hora. Ahora, hoy en día el kilovatio/hora puede este alrededor de 650 pesos. Por eso digo que podría ser un 2% de aumento en esa tarifa que está pagando el usuario final, por cada 100 pesos que aumente la bosa.
Las térmicas tienen un papel protagónico en esta matriz energética, en especial cuando hay periodos secos. En este momento no hay problemas porque está lloviendo y los embalses están en buenos niveles. Sin embargo, ¿ve alguna amenaza de un Fenómeno de El Niño?
La verdad es que para este año no se ve. Ahora, las condiciones climáticas son muy difíciles de predecir, no tengo la bola de cristal. Pero cuando uno mira las agencias internacionales, hoy en día la probabilidad más alta que tenemos en este primer semestre es de condiciones de Niña y condiciones neutras. En segundo semestre ya se está viendo más la probabilidad de condiciones neutras. Sin embargo, ahí hay un elemento que incide mucho y es cuánto tiempo llevamos desde el último Niño. Cada vez la probabilidad es más alta que nos ocurra un Fenómeno de El Niño, el último que tuvimos fue en el año 2015-2016 y si nos paramos en ese momento en 2015, a mitad de año nadie veía nada, no se veía ninguna sequía alarmante, las probabilidades de las agencias internacionales eran neutras, y cuando llegó el tema hacia septiembre, fue cuando se vino muy fuerte. Las condiciones climáticas pueden cambiar relativamente rápido. Entonces, hasta el momento no tenemos líos, digamos que tenemos unos niveles de embalses relativamente altos, eso nos daría la tranquilidad de poder llegar otra vez al mes de noviembre con un embalsamiento relativamente bueno, y poder enfrentar el próximo verano, que sería el normal entre noviembre y diciembre y marzo del próximo año. Aquí la preocupación es si comienza a dejar de llover y no tenemos la generación térmica de forma competitiva, con precios competitivos, el problema es la presión que podamos tener al lado de unos mayores precios en bolsa, y en el mediano y largo plazo en contratos.
SEMANA: ¿Cómo van esos proyectos eólicos y solares que se están construyendo en el país?
A.C: Mirando los compromisos de nueva capacidad del año 2019, tanto de la subasta de cargo por confiabilidad, como la subasta de contratos cargos a largo plazo de ese año, y la subasta de largo plazo del año pasado, lo que uno ve es lo siguiente: este año deberán estar entrando 2 plantas de generación térmica que son; el cierre de ciclo de Termo Candelaria, con 250 megavatios adicionales y Tesorito con 200 megavatios adicionales, que son dos plantas que utilizan gas natural. Adicionalmente lo que todos esperamos es que entren por lo menos las dos unidades iniciales de Hidroituango, que eso sumaria 600 megavatios de nueva capacidad hídrica. Hay una incertidumbre por el lado de Hidroituango, pero esperamos que en octubre comience el tema de pruebas y esté en operación para poder cumplir con sus obligaciones el 1º de diciembre de este año.
Luego los compromisos que vienen del lado eólica, básicamente lo que está ubicado en la Guajira, dependen mucho de la línea Colectora. Esa línea sí ha tenido unos retrasos importantes y lo que se espera es que entre en el año 2023-2024. Ahí tenemos un rezago por el lado eólico y lo solar no depende de esa línea de conexión y tendríamos ahí unos 600 megavatios solares que más o menos entrarían a finales de este año, comienzos del otro. Entonces, es relativo el tema.
SEMANA: ¿Qué están viendo ustedes el panorama de energía en el país?
A.C: Lo que estamos viendo es que tenemos energía firme para el próximo año, para el 2023 y 2024; sin embargo, el año 2025 ya ese balance entre oferta y demanda de energía firme se estrecha mucho, y ahí estamos viendo que no tendríamos casi nada de excedente. El llamado que se le ha hecho al gobierno nacional es la necesidad de hacer una nueva subasta de cargo por confiabilidad, con miras a entrar en el año 25-26 o 26-27, y eso nos daría los tiempos suficientes, para poder llegar y atender ese crecimiento de demanda que se estima llegue hacia adelante.
SEMANA: ¿Ve alguna amenaza de racionamiento?
A.C: No. Tenemos unos excedentes relativamente buenos para 2022, 2023 y 2024. Más o menos el excedente que estamos viendo es que, con las cifras de la CREG, para el año 2022-2023 es más o menos el 6,3% y para el siguiente año como del 3,8%. Es decir, tenemos un excedente de capacidad para los próximos dos años 2022-2023, 2023-2024. Donde ya el tema se reduce y se aprieta muchísimo y el excedente es casi el 0,3% es el siguiente año, que es el 2024-2025. Por eso tenemos que seguir hablando de este tema para que el Gobierno abra una convocatoria a una subasta de cargo. Pero yo no vería riesgo en los próximos años porque tenemos la capacidad instalada suficiente para atenderlo. Obviamente con un Fenómeno de El Niño nos vamos a apretar, nos va a estresar el sistema, pero para eso están las energías firmes, para eso están las térmicas, para dar el soporte suficiente que necesita la demanda en términos de energía.