Plan Financiero 2022: Gobierno proyecta un crecimiento de 5 %, más optimista que el del BanRepública

Las cuentas del Estado colombiano tocan a todos los ciudadanos y eso es lo que se anota cada año en el llamado Plan Financiero, que fue presentado este viernes por el Ministerio de Hacienda, con una hoja de ruta que tiene tanto lo que viene como lo que pasó en 2021, pues al fin y al cabo, si se tomó deuda para enfrentar las necesidades financieras de la pandemia, ahora hay que pagarla y eso lo hacemos entre todos los ciudadanos, porque la mayor parte de recursos que maneja una administración pública provienen de los impuestos de los contribuyentes.

Mayor crecimiento

Según el Ministerio de Hacienda, a las cuentas de Colombia las ha favorecido el sostenimiento de las medidas de reactivación económica y el dinamismo de sectores clave, como la industria, el comercio y el turismo. Eso hará que Colombia logre un crecimiento que llegaría al 5 % en 2022, desde el 4,3 % que se tenía antes del ajuste al Plan Financiero de este año.

Recientemente, en su informe de política monetaria, el Banco de la República bajó su proyección de crecimiento para este año, que la tenía en 4,7 % y la puso en 4,3 %, previendo así una ligera desaceleración producto de algunas dificultades que siguen persistentes en el entorno nacional e internacional.

Tendremos menos déficit

El Plan Financiero 2022 tiene un punto de comparación y es el Marco Fiscal de Mediano Plazo, en donde se hace una estimación de lo que podría pasar cada año, durante 10 años. En ese sentido, la meta de déficit fiscal prevista para 2022 ahora es inferior a la proyectada en el Marco, pues se reduce desde 7 % a 6,2 % del PIB (Producto Interno Bruto). La cifra también es inferior a la requerida para el cumplimiento de la Regla Fiscal, es decir, la ley que obliga al Gobierno a poner un techo para que no se sobrepase el límite sobre el cual el país se puede endeudar y causar déficit.

¿Y la deuda?

Muchas veces los colombianos oímos hablar de la deuda del Gobierno y pensamos que es algo ajeno a los ciudadanos, pero no es así. La deuda que adquiere una nación se paga entre todos sus ciudadanos, que son los que aportan impuestos para que se pueda establecer un presupuesto.

En la época de pandemia fueron muchos los gastos -adicionales a los habituales- en los que incurrió el Estado (para las vacunas, para los subsidios, entre otros). En el Marco Fiscal de Mediano Plazo se preveía la estabilidad de la deuda en 2024, pero en el escenario actual la deuda bruta inició la senda decreciente en 2021 (63,8 % del PIB vs 66,8 % proyectado en MFMP). En 2022, el país seguiría por esa senda, que implica que mejora el panorama para las finanzas públicas.

La expectativa es que en este año la deuda baje más y sea del 62,7 %, casi seis puntos por debajo de lo previsto: 68,6 % en MFMP.

El precio del petróleo y el dólar

Según el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, se espera un precio del petróleo de 70 dólares, desde los 63 dólares que se tenían antes, cifra clave para Colombia por los ingresos que recibe con las exportaciones mineras.

Con el dólar, la expectativa es que la tasa de cambio sea de 3.823 pesos en promedio. Hay que recordar que, con estos supuestos, el Gobierno proyecta sus cuentas presupuestales, porque tiene deuda en dólares, renta petrolera, ventas externas, entre otras.

Fuerte subida en expectativa del recaudo tributario

Con las cuentas presentadas por el Ministerio de Hacienda, todo suena bien. El optimismo es mayúsculo y, según Restrepo, se basa en hechos que ya se están dando. Es el caso del recaudo tributario, que, según el Plan Financiero 2022, tendrá los efectos de la Ley de Inversión Social (Reforma Tributaria 2021). Es así como, la expectativa es que los contribuyentes aportarán 183 billones de pesos en vez de los 169 billones que se tenían previstos en el Marco Fiscal. El ministro señala que ya el recaudo en enero de este año muestra que los ingresos tributarios tendrán un rendimiento mayor al que se estimaba.

No obstante, no deja de haber riesgos en el horizonte. Una persistencia de la alta inflación, tanto global como local y el hecho de que la pandemia sigue vigente.