Impuestos
¿Cómo es el polémico impuesto al patrimonio que busca $1 billón por año?
Aunque en el mundo muchos economistas y expertos lo han recomendado, en Colombia la propuesta de reactivar el impuesto a la riqueza ha caído muy mal. ¿Por qué ocurre esto?
El Gobierno se prepara para presentar el articulado del proyecto que contiene la nueva reforma tributaria, que esta vez se ha bautizado como ‘Solidaridad Sostenible’.
Se trata de un paquete de medidas con el que busca recaudar 30,3 billones de pesos que recaerán principalmente en las personas naturales, pues la idea es aliviar la carga a las empresas para que mantengan su competitividad y garanticen la creación de empleos.
Como es de esperarse, el nuevo ‘paquetazo tributario’ no ha caído bien en muchos sectores de la población que saben que esta vez tendrán que pagar más impuestos. O, incluso, tendrán que comenzar a pagar, pese a que su nivel salarial ha estado siempre por fuera de la lupa de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN).
Pero uno de los impuestos que más polémica ha desatado entre tributaristas y expertos en temas de impuestos es el denominado impuesto al patrimonio. Aunque se trata de un gravamen que muchos países en el mundo están estudiando y que expertos como el economista Thomas Piketty ha recomendado como una medida para garantizar la equidad, en varios sectores del país el tema ha entrado ‘en reversa’.
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Piketty asegura que gravar la riqueza es una manera de equilibrar la cancha entre quienes han tenido la fortuna de construir un capital y las personas de escasos recursos. Asegura que con este impuesto, se puede hacer redistribución de ingresos por medio de programas sociales y obras de infraestructura.
Expertos como Javier Hoyos, fundador de Gestión Legislativa y Gobierno, han hecho fuertes reparos a ese gravamen, al considerar que en los casi 20 años que lleva su aplicación, le ha generado muchos réditos al Gobierno, que de paso, se ha quedado con una porción importante del capital de muchos colombianos.
Básicamente en Colombia este impuesto grava la acumulación de capital. El Ejecutivo ha dicho que esta vez, en la reforma tributaria ‘Solidad Sostenible’ se aplicará una tarifa de 3 % para patrimonios superiores a los 5.000 millones de pesos.
Si bien este mismo rango de capital ya se había gravado en el pasado, la tasa aprobada había estado entre el 0,2, el 0,5 y hasta el 1 %. Pero esta vez la tarifa es mucho mayor a la que se había aprobado históricamente.
¿Qué ha generado los reparos en esta oportunidad al mencionado tributo? Primero, que muchos temen que el Gobierno lo vuelva permanente, pese a que cuando hace dos décadas, cuando se adoptó por primera vez, tenía un carácter transitorio. Segundo, que para expertos como Hoyos, se trata de un gravamen ‘expropiatorio’, pues con el correr de los años el Estado se termina quedando con una parte importante del patrimonio de quienes lo tienen que pagar.
De hecho, el anterior Gobierno había tomado la decisión de suspenderlo en la reforma tributaria aprobada en 2016, durante la gestión del exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y en principio se estimó que solo podría cobrarse hasta 2018.
Sin embargo, con la llegada del nuevo Gobierno y ante la falta de recursos el ministro Alberto Carrasquilla retomó este impuesto, que fue aprobado para las vigencias de 2019, 2020 y 2021. En consecuencia, hoy están gravados los patrimonios superiores a 5.000 millones de pesos, pero la tarifa que se aplica es del 1 %.
Lo que se conoce hasta ahora es que el gobierno Duque planea gravar de manera permanente los capitales superiores a 5.000 millones de pesos, con una tarifa marginal del 3 %, pero este será deducible del impuesto de renta. Con este impuesto se aspira recoger un billón por año.
Para el exdirector de la DIAN, Horacio Ayala, esta medida va a resultar gravosa para quienes tengan pensión o que no estén trabajando, porque no van a poder hacer el cruce con el impuesto de renta.
El impuesto tiene también críticas técnicas: grava la acumulación de capital. Eso significa que la persona paga impuestos por generar una renta en un año específico y luego por incluirla en su activo. Y hay quienes aseguran que ese gravamen estimulará la salida o el ocultamiento de capitales.