Economía
Salario mínimo 2025: las realidades que halló el Observatorio de la U. Javeriana, que propone su cifra de aumento
Con el propósito de aportar al debate que ya está caliente en el país, los investigadores hicieron una revisión a fondo. Esto es lo que recomiendan.
El incremento del salario mínimo debe basarse en revisiones y análisis a fondo. Por ello, el Observatorio Laboral y el que se encarga de temas fiscales en la Universidad Javeriana puso el foco en lo que ha pasado en el país con las alzas anteriores, el entorno económico que hay en la actualidad y lo que viene en 2025, el año en el que aplicará el incremento.
De esa manera, los investigadores del Observatorio destacó que los salarios, sin lugar a dudas, han mejorado los ingresos de los trabajadores, principalmente, de los que tienen menores ingresos.
No obstante, hay varios problemas que no se pueden perder de vista en los debates que se inician, dentro del cronograma establecido ya por la comisión tripartita en la que participan trabajadores (a través de sindicatos), empresarios y gobierno.
Uno de los temas que pone en el visor el observatorio es la cercanía entre el salario mínimo y el medio de los trabajadores informales, que en un año como 2013, representaba el 93 % del salario mínimo, pero en 2023 ya esa cifra se había reducido al 78 %.
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Esa ligera corrección que se dio en una década es algo que no se puede echar a perder ahora, cuando hay múltiples cifras ya, que en ocasiones, no se sustentan en variables y realidades.
De esa manera, el Observatorio advierte el problema que se podría generar si se toma una decisión inadecuada. “En lugar de mejorar la situación general, un aumento desproporcionado del salario mínimo podría hacer más difícil la contratación formal y desalentar la transición de la informalidad a la formalidad”.
Para los investigadores, el incremento del salario mínimo debería ser, al menos, equivalente al IPC proyectado en un 5,2%, más el aumento de la productividad. Hay que recordar que el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, también salió a expresar que el salario no podría incrementar en dos dígitos, como en años anteriores, lo que motivó cierta molestia entre los sindicatos, principalmente la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), cuyo vocero, Fabio Arias, salió a decir que estaba en desacuerdo con el hecho de un funcionario público como el ministro, saliera a dar recomendaciones por fuera de la mesa de concertación.
Salario diferencial
Una discusión que surge cada vez que se va a negociar el incremento en el salario mínimo es el del sueldo diferencial. Los investigadores recomiendan abrir la discusión sobre salarios regionales y, “en caso de que las centrales sindicales insistan en aumentos adicionales, esto debería llevar a la mesa de concertación a promover negociaciones sectoriales y en empresas de gran tamaño, para evitar afectar a las medianas y pequeñas empresas”, argumentaron.
Si bien la funcionalidad en el alza del salario mínimo es proteger el poder adquisitivo de los trabajadores con menores ingresos, no se puede olvidar los problemas que tiene el mercado laboral en el país, uno de los cuales es la alta informalidad y la baja productividad. Al respecto, los voceros del Observatorio señalan que “la falta de productividad, la informalidad persistente, las desigualdades de acceso a empleos formales y la limitada capacidad de las empresas para aumentar los salarios por encima del mínimo no se resuelven con esta medida. En lugar de mejorar la situación general, un aumento desproporcionado del salario mínimo podría hacer más difícil la contratación formal y desalentar la transición de la informalidad a la formalidad”.
El incremento al salario mínimo, en su forma actual, presenta características regresivas al imponer la misma carga salarial a todos los empleadores, sin considerar sus capacidades de pago, utilidades o el tamaño de sus operaciones. Esta medida uniforme genera una inequidad inherente: los empleadores con una mayor capacidad financiera no enfrentan un aumento proporcional a sus posibilidades, mientras que aquellos con recursos más limitados se ven presionados por exigencias desproporcionadas que pueden llevarlos a la informalidad o incluso a la quiebra