CONGRESO DE INFRAESTRUCTURA
“Tenemos ocho frentes de guerra abiertos porque no hay un Estado eficiente”, Iván Name, presidente del Senado
El senador insistió en que el problema del país deriva del centralismo y se refirió al Metro de Bogotá.
“En una región como el Caribe va a haber una rebelión en cualquier momento si no se cambia la Ley 142 de servicios públicos”. Esa fue una de las expresiones del presidente del Senado, Iván Name, para insistir en el mensaje que ha posicionado desde hace algún tiempo: la necesidad de cambiar el centralismo por el federalismo.
La entrega de la autonomía a las regiones es el punto en el que insiste Name, quien se refirió escuetamente y argumentó que Bogotá es uno de los mayores damnificados del centralismo, lo que ilustró con el problema alrededor de la movilidad y, particularmente, del Metro.
“Cómo es posible que una ciudad con tantos problemas de movilidad como Bogotá esté enfrascado en sí se hace por arriba como le gusta a Claudia López, o por debajo como quiere el presidente Gustavo Petro”.
Al ser cuestionando sobre la participación pobre del Congreso en el impulso a la infraestructura, dijo que ese estrado de la democracia no es “un convidado de piedra en el tema”, y que, además, hará su papel en defensa de la institucionalidad y la legalidad. “No va a haber una caída de legalidad. Ahí estará el parlamento colombiano asegurando la institucionalidad”.
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Ocho frentes de guerra
En temas de seguridad, manifestó que el país tiene ocho frentes de guerra, lo que catalogó como otro efecto de la ineficacia del Estado en las regiones, justamente relacionada con ese centralismo que ha vuelto su mantra, desde que radicó un proyecto de reforma constitucional.
El parlamentario sostiene que se requiere devolverles a municipios y departamentos del país el manejo de más del 45 por ciento de los ingresos corrientes de la nación, de manera que logren financiar proyectos de inversión social y de infraestructura sin depender el gobierno central.
“Nosotros tenemos un país macrocefálico, es decir con una gran cabeza pero con un cuerpo débil”, sostuvo.
En ese contexto, argumenta que es de allí de donde proviene el atraso, la pobreza y la guerra.
Por ello, estima que cambiar a un sistema federal desarrollado traería una transformación que permitiría dejar atrás esos flagelos.
Name sostiene que el centralismo ha llevado a los mandatarios regionales a poner el sombrero en las instancias nacionales, mientras una autonomía regional daría mejores resultados. Por ello, manifiesta que un 46,5 % de los ingresos de la nación, dirigidos a departamentos y municipios, lo que doblaría la cifra actual, que es de 22 %, promovería un mayor bienestar a la población de los territorios.