REFORMAS
Tributaristas prevén nueva caída en recaudo de renta en 2021: ¿Qué hacer?
Tanto en recaudos directos como indirectos, el comportamiento esperado es menos positivo de lo que prevé el Gobierno. Gestión de la Dian será determinante para lograr las ambiciosas metas fijadas por la Administración Duque.
Sin duda, el 2020 será recordado como el peor año en la historia reciente de la economía mundial por cuenta de la pandemia del coronavirus. En Colombia el impacto se sintió con fuerza y generó serios problemas a la actividad productiva y el empleo, y de paso agudizó la pobreza. Al finalizar el año, el Producto Interno Bruto, PIB, registró una caída del 6,8 por ciento.
El impacto negativo de las medidas de aislamiento para controlar el virus también provocó una caída en el recaudo tributario. Con menor actividad empresarial, aumento del desempleo y dificultades sociales, el recaudo de impuestos también cayó.
De acuerdo con el tributarista Gabriel Vásquez Tristancho, socio de la firma Baker Tilly, el recaudo de impuestos indirectos como el IVA interno y externo, así como el Impuesto al Consumo registró una caída del 11 por ciento.
También los impuestos directos, entre ellos el de renta, el Simple, los de Normalización tributaria y el Cree cayeron un 2 por ciento. Con un comportamiento a la baja en todos los impuestos, el recaudo enfrentó una caída del 7 por ciento de todos los tributos del orden nacional, dice el experto. Eso sí, la peor parte la registraron los impuestos indirectos.
Y aunque el Ejecutivo reajustó sus expectativas de recaudo para el 2021, todo indica que este podría ser, de nuevo, un año en el que no se cumplan las metas.
Por un lado, los ingresos por impuesto de renta se hará con base en una actividad bastante lenta, como fue la registrada en 2020. “Por cuenta de la recesión, muchas empresas y negocios reportarán pérdidas y no utilidades, por lo tanto, nuestras estimaciones iniciales indican que habrá una disminución del recaudo de impuestos directos en 2021 del 10 por ciento”, explica el experto.
La cifra es considerable, si se tiene en cuenta que el Gobierno tuvo que hacer un enorme esfuerzo el año pasado para conseguir los recursos que le permitieran atender las nuevas necesidades de gasto para enfrentar la pandemia.
Todo indica que, aunque el país espera una recuperación de la economía este año, las expectativas sobrepasan la realidad. “Este será un año de transición económica y ajustes por los rezagos estructurales”, explica Vásquez.
De acuerdo con las cuentas de este tributarista, las retenciones en la fuente realizadas en 2021, sumadas a las rentas declaradas muy bajas del año 2020, “no compensarán los efectos de los resultados negativos por el período recesivo”. Eso significa que el recaudo por renta volverá a caer este año.
En los impuestos indirectos la situación podría ser menos mala, aunque no es para cantar victoria. Como el IVA se causa por la actividad productiva, y este año la economía tendrá una mayor dinámica si se compara de lo que fue el 2020, con un par de meses de cierre total y varios a media marcha, las cosas no serán tan dramáticas, a menos que las autoridades vuelvan a tomar medidas estrictas ante los nuevos picos de contagios.
El año pasado el recaudo por impuestos indirectos alcanzó 61,3 billones de pesos, una cifra inferior a los 68,6 billones de 2019, razón que lleva a Vásquez a afirmar que, si en 2021 se llega a ese mismo nivel de hace dos años, en términos absolutos y en pesos corrientes, eso sería un gran logro. “Somos pesimistas frente a este objetivo, ni siquiera si hay reforma tributaria, porque si las medidas son expedidas al final del año, el impacto en la vigencia fiscal sería cero”, expresa con preocupación el experto.
En la estructura fiscal del país, los impuestos directos e indirectos han tenido una participación del 90 por ciento del recaudo nacional en los últimos tres años. Tres tributos explican el grueso de ese recaudo: los impuestos de renta, el IVA y el ICO. De estos, los directos aportaron el año pasado un 54 por ciento (en los últimos 10 años su participación ha sido del 50 por ciento) y los indirectos el 46 por ciento restante (en los últimos 10 años aportaron el 50 por ciento).
Por eso, para el experto, cualquier reforma tributaria que se apruebe para tapar con urgencia el hueco fiscal que tiene el país tendrá que concentrarse en los tributos actuales. Estos son los que han mostrado, tradicionalmente, la mayor eficiencia.
Pero ¿qué cambios podría generarle al fisco nacional una reforma tributaria antes de mitad de año, como lo prevé el Gobierno? Estos son algunos que señala este experto tributarista.
- Ampliar bases o tarifas del IVA. Esto permitirían un recaudo casi automático. En impuestos directos, como los de Renta o el Simple, su aplicación se haría en la próxima vigencia fiscal.
- Eficiencias tecnológicas. La factura electrónica, la nómina electrónica, y en general, todos los conceptos de contabilidad en tiempo real permiten recoger información tributaria y cruces en tiempo real.
- Ampliar la base de IVA, eliminación de exenciones y exclusiones.
- Convertir el IVA en ICO. Esto hace que no haya impuestos descontables, lo cual disminuye la tarifa actual del 19 por ciento al 10 por ciento.
- Eliminar exenciones en renta a personas jurídicas, con las inseguridades jurídicas de mediano plazo de sectores con fuertes inversiones, tales como hotelería, medio ambiente, bioenergía, entre otras.
- Aumentar tarifas en personas naturales. Políticamente de grandes impactos porque por un lado están los brotes de protestas observadas antes de la pandemia y por otro la cercanía de elecciones 2022.
- Aumentar las investigaciones, rechazos, propuestas de fiscalización permanente, que ha sido una estrategia de alta frecuencia por las autoridades tributarias desde hace 15 años.
- No es conveniente eliminar el Gravamen a los Movimientos Financieros (4x1.000).
- El discurso que paguen los ricos, que no paguen los pobres, ya no funciona, sin excepción todos los presidentes anteriores y el actual utilizan esta presentación para introducir una reforma tributaria.
En medio de la peor recesión que ha vivido la economía colombiana, el Gobierno tendrá que hacer un esfuerzo enorme para garantizar el gasto público para atender la salud, los programas sociales y las ayudas a las empresas para garantizar el empleo.
Esto hace que la reforma tributaria sea un imperativo, y que su diseño sirva para garantizar la recuperación de la economía en los próximos años.