PARO NACIONAL
“Tuvimos que escoger a cuáles gallinas darles comida y a cuáles no”: gerente de Pronavícola
Los bloqueos en las carreteras han impedido que llegue el alimento para las aves. La vida de los animales y el abastecimiento penden de un hilo.
El paro nacional ha dejado grandes consecuencias en la economía colombiana. El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, reveló que que cada día de paro le cuesta $ 484.000 millones al país.
Los múltiples bloqueos en los principales corredores viales han provocado desabastecimiento en varias regiones y no solo de alimentos sino también de combustibles, insumos médicos, oxígeno, entre otros.
La industria avícola lo ha tenido que sufrir en carne propia. Tal es el caso de la empresa Pronavícola, que provee a la industria avícola de huevos y de genética, atienden el 33 % del mercado del país en pollitas que van a ser gallinas ponedoras y el 6 % del pollo de engorde.
Rafael Serrano, gerente de la compañía, indica que más o menos 10 millones de aves se han muerto en el Valle del Cauca. Según los cálculos del sector, en promedio la mortalidad diaria en ese departamento está en un millón de gallinas ponedoras, pollos de engorde o reproductoras de genética. El 30 % de los huevos y el 25 % del pollo que se producen en Colombia son del Valle del Cauca. Toda esa producción está en riesgo de desaparecer como consecuencia del paro.
Las tractomulas que transportan el alimento de los animales no han podido llegar a las plantas de Pronavícola y ya todo “empieza a escasear”, dice Serrano y explica que para la hora cero –es decir, cuando inició el paro el 28 de abril– la compañía estaba abastecida de alimentos, pero con los días que han corrido, ya empiezan a faltar “cualquier cantidad de componentes para la dieta”.
No ha logrado ingresar ni una sola tractomula con materias primas a las plantas de alimentos, “cuando el Puerto de Buenaventura despacha 4.000 tractomulas diarias hacia el interior del país”, resalta. El alimento de las aves se compone de varios elementos para que sea balanceado, maíz, soya y aminoácidos entre los que más se destacan. Según el ejecutivo, hay cerca de 250.000 toneladas de alimento represadas en Buenaventura con estos componentes.
“Si las reproductoras nuestras se llegan a morir como se están muriendo de hambre, el desabastecimiento en la cadena alimentaria va a ser muy grave porque el 33 % de las futuras gallinas no van a estar poniendo huevo, va a haber escasez de huevo y los precios se van a ir a las nubes, va a haber un efecto de inflación”, relata.
El huevo es la proteína más económica que hay en el mercado y le sigue el pollo. De hecho, según las cifras de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), en 2020 el huevo tuvo un crecimiento del 13,9 % en su producción y el pollo registró una contracción de 4,3 %. Los resultados del huevo obedecieron a las alzas que registró el consumo de este alimento en los hogares colombianos, por su valor.
Para Serrano es “cuestión de horas” la situación que está viviendo la compañía a causa de los bloqueos provocados en el marco del paro nacional y ya agotaron todas las opciones que podían manejar. En época normal, la planta consume 180 toneladas de alimento diario y ha logrado transportar, con suerte, hasta 70 toneladas.
“Las reproductoras ya estuvieron en ayuno; tuvimos que escoger a cuáles les damos comida y a cuáles no, a las más viejitas no le dimos comida y se murieron de hambre y a las otras las mandamos a un ayuno forzoso –que son ocho días sin comida y a los ocho días regresan a comer–, pero si cuando regresan del ayuno no hay comida, ahí se mueren de hambre porque no hay más opciones y eso está empezando a ocurrir”, relata.
Quizás una de las imágenes que ha logrado mostrar con mayor crudeza lo que están viviendo los avicultores debido a los bloqueos se dio hace un poco menos de dos semanas, cuando miles de pollitos fueron regados en una carretera. Sucedió en Mediacanoa (Valle del Cauca), frente a la planta de producción de Pronavícola.
Fueron 5.000 pollitos en total, de los 360.000 que nacieron ese día. “Los tiramos en la vía para que la comunidad los cogiera y tratara de salvar a esos pollitos. Tenían un día de nacido. Los otros 355.000 se murieron ahogados en la planta de incubación”, narra.
Es una contrarreloj, si los pollitos no llegan a las 24 horas de nacidos a sus destinos, se mueren y muy pocos han contado con la suerte de evadir los bloqueos. Los demás han tenido que ser enterrados en los terrenos de la planta, porque los que bloquean las vías han impedido hasta el paso a los rellenos de basura.
“Nos ha tocado con maquinaria pesada abrir unos huecos enormes en los terrenos de la planta de incubación para hacer un entierro masivo de esas mortalidades y taparlos con tierra, con todo el riesgo sanitario que eso implica. Es una mortalidad que contamina y puede contaminar las áreas subterráneas de los pozos que hay en la región. No podemos hacer más porque los señores del bloqueo no nos han permitido ni siquiera sacar esa mortalidad de la planta para llevarlos a los centros de disposición responsable”, dice.
Movilizarse por Colombia es casi una misión imposible. Desde las plantas de proceso de los avicultores se debe transportar el alimento balanceado hacia las granjas y esto no se ha logrado hacer.
Rafael Serrano explica que le advirtieron, desde el primer momento, al Gobierno que los bloqueos viales ocurrirían “pero el Gobierno muy sordo, no nos oyó, nos dejó solos, abandonados y ya cuando quiso reaccionar, ya el problema se había salido de control y no han podido recuperar las vías nacionales para garantizar la libre movilidad. Los días pasan y no hay solución”.
El huevo fértil que se produce en Pronavícola debe ser movilizado con temperatura y humedad controlada todos los días hacia los cuartos fríos de la planta de incubación y ese desplazamiento no se ha podido llevar a cabo de manera regular. Ese huevo fértil se ha perdido porque los bloqueos no han permitido que sea conservado en las condiciones que necesita para que después se pueda cargar y de ahí nazcan pollitos o pollitas.
Hay que agregar que en las vías no están dejando transitar toda clase de alimentos. En las negociaciones que se han dado en las mesas con los líderes se ha logrado que dejen pasar los camiones con comida para las aves y cuando los transportadores avanzan en las vías son increpados: “pero es que ustedes son alimento para animales, no son alimento para humanos, ustedes no clasifican”, les dicen.
“No entienden que la cadena alimentaria se interrumpió y que la inflación se va a comer a este país, que la falta de comida va a matar a este país”, señala Serrano y a la vez cuestiona la eficacia de las caravanas humanitarias, para él han sido un fracaso.
A los bloqueos viales hay que agregarle un componente: los conductores están siendo amenazados por no unirse al paro nacional. “Cada quien es dueño de su propio miedo”, explica, y los conductores prefieren no subirse a los camiones primero, por las amenazas, y segundo, porque en cualquier momento pueden ser víctimas del vandalismo que ronda en las vías del país. Cientos de camiones han sido apedreados, unos grafiteados y otros tantos incinerados.
La avícola genera 704 empleos directos, rurales y formales y ya ha tenido que cancelar el 10 % de los contratos de trabajo y si el paro continúa, el éxodo de empleados puede aumentar cada semana. “Nos amenazan el personal, deciden que pueden entrar 10 personas por centro de trabajo, y nuestra planta tiene turnos de 130 personas. ¿Qué vamos a poder hacer con 10 personas si necesitamos 130? Las labores que estamos logrando hacer las estamos haciendo mal hechas por sobrevivir, pero esto tiene un límite y es cuando se acabe la materia prima en las plantas de alimento concentrado y no podamos despacharlo hacia las granjas”, señala Serrano.
El gerente de Pronavícola siente impotencia e insiste en que nadie gana con lo que está ocurriendo en el país. La destrucción de empresas genera desempleo y “eso se está logrando con estos bloqueos irracionales”, dice. Son 40 años que penden de un hilo, la compañía no ha contemplado irse del país pero sí tuvo que poner en pausa los proyectos de crecimiento por la incertidumbre, la inseguridad y “la falta de garantías del Gobierno para podernos movilizar y poder trabajar, no vale la pena invertir un solo peso”.
La mortandad de aves que se ha registrado en la planta tiene en vilo a la empresa, volver a tener la producción que tenía en abril del 2021 les demora un año y medio, mientras traen las reproductoras, las crían y empiezan a producir huevo. Para lograrlo necesitarán recursos y depende del apoyo de sus proveedores, los bancos y que tengan el capital de trabajo para retomar la producción.
“Si nos morimos o no como empresa, depende de si esto se arregla o no rápido. Si esto no se arregla rápido, las productoras se nos van a morir”, concluye Rafael Serrano, gerente de Pronavícola.