ECONOMÍA
Un dato curioso en la página de relación con inversionistas de Grupo Argos
El problema es el sistema de enroque del GEA para perpetuar el poder político de ciertos administradores en detrimento de los accionistas minoritarios.
El Grupo Argos tiene una sección en su página de relación con inversionistas que llama la atención. En la sección de “reportes y presentaciones” hay una herramienta que llaman “cálculo de arbitraje”.
Según el Grupo Argos, “esta herramienta permite determinar el diferencial de precios, entre el precio de mercado de la acción ordinaria (BVC: GRUPOARGOS) y la acción preferencial (BVC: PFGRUPOARG) del Grupo Argos S.A., frente al precio equivalente a la suma de las inversiones de Grupo Argos S.A. (Suma de las Partes), que se obtiene de los precios de mercado de las acciones que cotizan en la Bolsa de Valores de Colombia, del precio de la unidad del FCP Pactia y del valor en libros de las inversiones no listadas en bolsa. Con esta información los usuarios podrán identificar posibilidades de arbitraje entre los diferentes activos que transan en bolsa”.
La herramienta arroja que el valor de las partes, al 15 de mayo, era de 18.673 de pesos por acción del Grupo Argos. La triste realidad para los accionistas minoritarios es que, el día previo a la más reciente OPA por el Grupo Argos, la acción ordinaria transaba en 13.540 pesos.
La situación es peor aún para los tenedores de las acciones preferenciales, cuyo precio estaba en 7.890 pesos. Los accionistas ordinarios y preferenciales tienen los mismos derechos económicos. Esto es asombroso. Es decir, que la acción preferencial cotiza a un descuento de 58% menos frente al valor que la holding tiene en inversiones mayoritariamente en bolsa. ¿Qué valor le están agregando los administradores a los accionistas? Claramente están destruyendo valor para los accionistas, incluyendo a los afiliados a los fondos de pensiones. Ni con todas las promesas que han hecho, el mercado les cree a los directivos del GEA.
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Esto se evidencia porque la brecha en dicha herramienta ha seguido aumentando, pese a la cantidad de declaraciones públicas que han hecho los administradores.
Según los estados financieros separados del Grupo Argos del año 2021, los gastos de administración fueron de 134.521 millones de pesos. Este dinero, en parte, se lo ganan los administradores para gestionar participaciones en compañías que mayoritariamente son públicas.
Aunque los directivos del GEA dicen hoy que el mercado es ineficiente, cuando la acción del Grupo Argos subía sacaban pecho y mostraban informes que dibujaban el precio de la acción con titulares como: “El mercado recompensa las decisiones administrativas”. También aprovechaban para emitir acciones preferenciales en sus compañías que compraron inversionistas minoritarios y fondos de pensiones que hoy valen una fracción del precio al cual emitieron.
El problema no es el mercado. El problema es el sistema de enroque del GEA para perpetuar el poder político de ciertos administradores en detrimento de los accionistas minoritarios. Aunque ellos dicen que el sistema de participaciones cruzadas ayuda a la generación de empleo y desarrollo, analistas coinciden en que la ineficiencia ha retrasado el progreso.
Los miembros independientes de la junta del Grupo Argos, quienes ganan cientos de millones de pesos al año, decidieron mantener su status quo y proteger el enroque. Así es como, por ejemplo, deciden entre ellos mismos sus indemnizaciones, salarios y proveedores. Los administradores también ganan miles de millones de pesos. ¿Por qué van a cambiar si pueden ser como David Bojanini, expresidente de Sura, parte del enroque, quien recibió alrededor de 25.000 millones de pesos por su retiro? Todo esto a costa de los accionistas minoritarios.
Nadie está forzado a vender en la OPA presentada por Nugil SAS para adquirir una participación minoritaria en Argos con una prima del 22%. Especialmente, los administradores de los fondos de pensiones deben evaluar el desempeño histórico de los administradores del Grupo Argos, entender cuáles intereses protegen y llegar a sus propias conclusiones de si han creado y pueden crear valor para los accionistas minoritarios. Y los directivos del GEA tienen un deber fiduciario legal: deben pensar en lo que más les conviene a los accionistas de cada compañía y no en ellos y en sus exorbitantes privilegios.
Cabe recordar que los miembros independientes del Grupo Argos rechazaron una oferta a 18 veces EBITDA de 2021 por Nutresa.
Al Grupo Sura le habrían entrado, por esta misma oferta, alrededor de 8,5 billones de pesos. Sin embargo, los accionistas de Sura, Argos y Nutresa, cuyas decisiones toman los mismos administradores, bloquearon al conglomerado financiero para que no pudiera tomar ninguna decisión. Quizá les daba temor que se conozcan los verdaderos elementos de juicio que utilizaron para tomar las decisiones. Con los cambios de gobierno corporativo y las reformas estatutarias que han hecho los directivos del GEA en sus compañías, pareciera no solo que actúan en grupo, sino que utilizan el gobierno corporativo a su antojo, en detrimento de miles de accionistas minoritarios.
Nada garantiza entonces que venga otra OPA por Argos y los accionistas podrían quedarse en la situación actual si la OPA no llega al mínimo establecido.
* Gabriel Gilinski es accionista de Publicaciones SEMANA