Economía
“Una política fiscal que no aporte a la inflación y se equilibre con la monetaria”: el llamado del FMI en su último informe
El Fondo Monetario Internacional dio a conocer un balance del panorama económico a nivel mundial en general.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer su informe Monitor Fiscal, en el cual hizo un llamado a los Estados de equilibrar la política fiscal con la monetaria.
En primer lugar, el informe indica que la crisis económica ha surgido desde la pandemia del coronavirus, conllevando a una agresiva respuesta de la política monetaria y fiscal para evitar el desastre. En el marco de la superación de la pandemia, apareció otro obstáculo mundial, relacionado con la guerra entre Rusia y Ucrania; lo cual implicó un encarecimiento de los alimentos, energía y una volatilidad en torno a la inflación, disparada en el último año.
En ese orden de ideas, el FMI considera que la responsabilidad de las autoridades monetarias de cada país deben estar ligadas hacia una política fiscal restrictiva que amerite retornar el nivel de la inflación. La idea es que, tanto esta política como la monetaria, no se dirijan en direcciones contrarias. Es por ello que aconsejan mantener la balanza entre los ajustes presupuestarios y la reducción de los intereses.
Si la inflación continúa siendo más rígida de lo esperado, el endurecimiento de las políticas también tendrá que serlo durante un tiempo.
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Sumado a ello, el Fondo afirmó que debe mantenerse el apoyo a las poblaciones más vulnerables, en especial para que si llegase a ocurrir una contingencia inesperada -como la pandemia-, se sepa qué hacer con estas personas.
Por otro lado, el informe también expuso una serie de consejos para los casos cuando la crisis financiera se tienda a torcer, comprometiendo el dinero de los contribuyentes. “A fin de salvaguardar los recursos públicos, el proceso de toma de decisiones ha de basarse en principios de gestión de gobierno, respaldados por procedimientos sólidos de insolvencia y de quiebra”, indicó el informe.
El propósito debe ir enfocando con rapidez, pero teniendo en cuenta la minimización los costos, para mitigar el riesgo moral que los rescaten permiten a quienes no lo merecen y dejar de incentivar prácticas inadecuadas. Otro de los puntos mencionados por el FMI se refirió a los bancos centrales y Gobierno, señalando que deben estar preparados para alteraciones en el crecimiento y desempleo. Por lo cual, para este caso concreto, la política debe ser menos restrictiva, permitiéndole actuar a los estabilizadores automáticos, en especial para que la inflación esté bajo control.
Meses atrás, el Fondo Monetario advirtió el riesgo del desacople. Para octubre de 2022, la directora general, Kristalina Georgieva, señaló que “mientras la política monetaria está pisando el freno, no debería haber una política fiscal que esté pisando el acelerador. Esto supondría un viaje muy duro y peligroso”. Con el informe actual, esta premisa se avivó, enfatizando en qué la política fiscal junto con la monetaria deben mantenerse aliadas.
Por otro lado, y bajo una perspectiva positiva, el documento señaló que la economía mundial se ha recuperado con rapidez luego de la pandemia, logrando así la superación de obstáculos, pero dejando cicatrices. “Hasta ahora, el tejido económico y social ha resistido las interrupciones en el suministro de energía. Pero los múltiples shocks han anulado los avances en la reducción de la pobreza, y es probable que hayan retardado el cumplimiento de la meta mundial de erradicar la pobreza extrema en 2030″, afirmó el informe del FMI, sosteniendo que también se han frenado los avances frente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En medio de una rueda de prensa, el director del área fiscal del Fondo, Vítor Gaspar, defendió la postura del endurecimiento de la política fiscal de los países. En primer lugar, manifestó que la política fiscal debe apoyar a la monetaria para que la inflación vuelva a su objetivo. Adicionalmente, moderar las subidas contribuirá con la estabilidad financiera. El tercer aspecto referido por Gaspar fue la necesidad de eliminar los riesgos de las finanzas públicas para crear un espacio fiscal que responda a una evolución macroeconómica o financieramente adversa; principalmente en los mercados emergentes.
Finalmente, el último punto debe ser la contribución a la sostenibilidad de la deuda a largo plazo en un contexto exigente que incluya las tendencias demográficas, digitales y, en especial, en pro de la transición ecológica. Estos tres elementos son y serán clave para la situación económica mundial.