OPINIÓN
Competitividad para la equidad
El aumento en su productividad conduce al crecimiento económico y, por ende, a la prosperidad, lo cual propicia la equidad y promueve el bienestar.
Para medir la competitividad de un país se tienen en cuenta sus esfuerzos para ser más productivo, incluyendo sus instituciones, políticas públicas y otros factores. El aumento en su productividad conduce al crecimiento económico y, por ende, a la prosperidad, lo cual propicia la equidad y promueve el bienestar. Estos aspectos los ha evaluado el Foro Económico Mundial desde hace cuatro décadas para su Informe de Competitividad Global.
Al respecto, economías como la estadounidense incluyen en su agenda el desarrollo económico a través de la promoción de la innovación, el emprendimiento y la competitividad para el crecimiento de la economía. Entidades como la Administración de Desarrollo Económico de los Estados Unidos (EDA por sus siglas en inglés) tienen, dentro de su política de inversión, las bases para el crecimiento laboral sostenible y la construcción de economías regionales duraderas.
Un gran ejemplo de una iniciativa regional impulsada por EDA, el Departamento de Estado de los EE. UU. y la Organización de Estados Americanos (OEA) es el Americas Competitiveness Exchange (ACE). Este programa fue creado en 2014 con el objetivo de desarrollar la principal red de líderes dedicados al desarrollo económico, innovación y emprendimiento de las Américas, mediante el intercambio de conocimientos, la aceleración de asociaciones y el fortalecimiento de proyectos.
De hecho, uno de estos objetivos comunes es impulsar la capacidad emprendedora de las mujeres y su competitividad. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), implementar políticas que las apoyen podría aumentar la productividad de la región en 25 %.
Lo más leído
En el más reciente estudio del Banco Mundial, Women Business and the Law 2021, que examina leyes y reglamentos que afectan las perspectivas de las mujeres como empresarias y empleadas en 190 países, dos economías de América Latina y el Caribe vieron una mejora en la puntuación por sus reformas realizadas: Puerto Rico y Costa Rica, que alcanzaron 83,8 y 83,1 puntos, respectivamente.
Por su parte, economías como Colombia (81,9), República Dominicana (86,3) y Panamá (79,4) mantuvieron su puntaje en una calificación sobre 100 puntos.
De hecho, en el caso del Caribe, las mujeres tienen un gran potencial para impactar la prosperidad económica de sus países y sus comunidades y, precisamente, en el “Women Economic Forum Caribbean 2021 - Trasciende”, evento que nació en el contexto del trabajo realizado al interior del ACE por un grupo liderado por Johanna Salgado –hoy directora del WEF Caribe–, se busca visibilizar los esfuerzos, tanto gubernamentales como del sector privado, de organismos internacionales y entidades académicas enfocados en promover la equidad a través del empoderamiento de las mujeres.
Así, el WEF para el Caribe es una oportunidad única para líderes, tomadores de decisiones, ejecutivos de empresas, emprendedores, innovadores, investigadores universitarios, entre otros, para reunirse y participar en diálogos activos que conlleven iniciativas sostenibles de apoyo al desarrollo económico y empoderamiento de la mujer, lo cual contribuirá a que tengamos una región más equitativa, diversa y resiliente en el futuro.