ESPECIAL MES DE LAS MUJERES
Este ha sido el rol de las mujeres para enfrentar la crisis
Liderazgo, elocuencia, firmeza y empatía son algunas de las características del trabajo de cientos de mujeres en escenarios que han marcado el derrotero para combatir la pandemia.
Es claro que ningún país alrededor del mundo estaba preparado para enfrentar una emergencia como la provocada por la covid-19. Sin embargo, las experiencias indican que algunas de las naciones lideradas por mujeres han logrado responder de manera más eficiente frente a la pandemia.
Este es el caso de Alemania, Islandia, Nueva Zelanda y Dinamarca, cuyas medidas adoptadas han sido reconocidas como casos de éxito frente al manejo de la crisis, debido, según los expertos, a que sus mandatarias lograron desarrollar mejores políticas públicas.
Y, aún más allá de las mandatarias de Estado, el mundo ha evidenciado un destacado liderazgo femenino para hacerle frente a la pandemia desde distintos sectores de la sociedad.
Las primeras, indudablemente, todas aquellas que han estado en la primera línea de la atención médica. Solo en América Latina y el Caribe, según cifras de ONU Mujeres, el 73 por ciento del personal de enfermería son mujeres.
De ahí en adelante, las decisiones en distintos ámbitos han contado con la visión, el trabajo y la capacidad de respuesta de mujeres que se han convertido en el mejor ejemplo de empoderamiento femenino en tiempos de crisis.
Para Martha Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud (INS), la pandemia permitió visibilizar el trabajo de muchas mujeres en el campo de la investigación y la ciencia, papel que ha sido fundamental para dar respuesta frente a la emergencia.
En el caso específico del INS, Ospina, junto a su equipo de trabajo, que cuenta con científicas y profesionales de distintas ramas que acompañan su labor, lograron construir la red diagnóstica más grande que haya existido en el país para una enfermedad específica, lo que permitió ampliar la capacidad de respuesta del sector salud para pasar de procesar 200 pruebas al día a más de 60.000, en solo siete meses.
Paralelamente, desarrollaron los modelos epidemiológicos que han permitido conocer los posibles escenarios de la epidemia en el país y monitorear el efecto de las medidas, además de coordinar la red nacional de vigilancia en salud pública, gracias a la cual se conoce diariamente el comportamiento de la pandemia en datos abiertos, un desarrollo que le ha valido a Colombia el reconocimiento por la buena calidad de su información pública.
Crearon, además, un repositorio único nacional para recibir los resultados de laboratorio, un visor de datos analizados para todos los departamentos y municipios del país y un dataset descargable para público en general, entre otras tareas.
“La pandemia marcó el camino para que, a futuro, esté más que justificada la necesidad de reconocer e impulsar por igual a todas las mujeres científicas. Las de carrera y las que están empezando. Todas cuentan. Necesitamos más mujeres dedicadas a la ciencia desde distintas disciplinas. Los desafíos son muchos, la emergencia lo demostró. Esa capacidad de crear, de transformar, de ser recursivas y también contar con el temple, la determinación y la tenacidad para no desfallecer es el gran poder que tenemos las mujeres”, aseguró Ospina.
Motor de la economía
Además de enfrentar todas las contingencias generadas dentro del sector salud, la pandemia trajo enormes retos para las economías mundiales, generando casi una reinvención de su segmento empresarial, buscando que estas unidades de negocio no desaparecieran y protegiendo la mayor cantidad de empleo posible.
Una tarea que también ha estado liderada por cientos de mujeres emprendedoras y cabeza de compañías de todos los tamaños, principalmente de micro, pequeños y medianos negocios. De acuerdo con datos del Banco Mundial, una de cada tres empresas en el mundo es de propiedad de mujeres.
De acuerdo con Rosmery Quintero, presidenta nacional de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), la pandemia en el país provocó la pérdida del 12 por ciento de los micronegocios de mujeres y, según datos del Dane, entre marzo y mayo de 2020, el tiempo más crítico del confinamiento, dos millones de ellas perdieron su empleo frente al mismo periodo de 2019.
Ante este panorama, Acopi, con el liderazgo de su presidenta, trabajó en diferentes medidas que permitieron salvaguardar este tejido empresarial que aporta el 35 por ciento del PIB nacional.
La agremiación promovió y participó en la creación del Programa de Apoyo al Empleo Formal (Paef) y del Programa de Apoyo Pago de la Prima de Servicio (PAP), medidas que, en el primer caso y hasta enero de 2021, habían favorecido a 141.767 empleadores y 3,9 millones de empleados. En el PAP se han beneficiado 85.063 empleadores y 860.246 empleados.
“La mejor forma que encontramos para hacerle frente a la destrucción de empresas y de empleos fue conocer de primera mano cuáles eran las necesidades de los empresarios mejorando nuestra capacidad de levantar información respecto a sus falencias. Teniendo en cuenta el análisis de estos datos tomamos decisiones que llevamos ante las entidades a nivel local y nacional para la creación de instrumentos para salvaguardar al segmento empresarial más importante del país, responsable del 40 por ciento del empleo formal”, añadió Quintero.
El trabajo de estas dos líderes representa a dos de los sectores que han registrado mayores retos dentro de la pandemia. Las dos coinciden en afirmar que la visibilización de la mujer no significa, necesariamente, que están dadas las condiciones para que su trabajo sea más valorado, razón por la que es necesario continuar avanzando en la reducción de las brechas de género. Un tema estratégico teniendo en cuenta que un informe del McKinsey Global Institute señala que la igualdad de género en la fuerza de trabajo podría sumar hasta 28 billones de dólares a la economía global para 2025.
Frente a otros países
Colombia ha registrado avances importantes frente al tema, lo que ha permitido que organismos internacionales reconozcan su labor, entre estos la Ocde, que en 2020 destacó al país como el que tenía el mejor desempeño en el Índice de Instituciones Sociales y Género (Sigi) de América Latina y el Caribe, además del reconocimiento que hizo el Foro Económico Mundial en su ranking de medición anual en brechas de equidad de género, en el cual la nación alcanzó el puesto 22 entre 152 países.
Aunque allí ocupó el primer lugar en participación de las mujeres en posiciones ministeriales, es necesario continuar trabajando en políticas públicas que mejoren los índices en las diferencias de género que la crisis agudizó, lo que se convierte en una enorme oportunidad para realizar cambios estructurales dentro del mercado laboral, además de facilitar su mayor participación en los diferentes sectores de la sociedad.
Esta frase de María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, podría resumir muy bien el reto que aún tiene el mundo para eliminar estas barreras. “En pleno siglo XXI no debería sorprendernos que destaquen mujeres líderes políticas y sus capacidades. Sin embargo, sorprende y es noticia. Esto es porque aún existen demasiadas resistencias y obstáculos para que las mujeres tengan igualdad de condiciones para acceder y ejercer en los espacios de decisión”.