SOSTENIBILIDAD
Generación de entornos laborales amigables y buenas prácticas, retos para las empresas colombianas
Las compañías deben propiciar herramientas y contextos de trabajo que les permitan ser perdurables en el tiempo, a la vez que generan impacto en la sociedad.
Contribuir a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, es una de las tareas que más de 12 mil empresas de 160 países vienen realizando activamente en los cinco continentes.
Estas hacen parte del Pacto Global y en su ADN corporativo figura un decálogo de principios creados hace 21 años que incluyen derechos humanos, normas laborales, medioambiente y rechazo a cualquier acto de corrupción. Sin embargo, lograr que esta dinámica tenga mayor penetración en el parque productivo global implica que más unidades productivas cumplan con unas condiciones básicas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) plantea que un “entorno propicio” para la creación y desarrollo de empresas sostenibles “es aquel que combina la búsqueda legítima de ganancias, como motor del crecimiento económico, con el respeto de la dignidad humana, la sostenibilidad medioambiental y el trabajo decente”.
Además de estas condiciones generales, hay un conjunto de parámetros que los analistas recomiendan para ser aplicados al interior de las compañías para que estas puedan ser calificadas como sostenibles.
Tendencias
María Reina, gerente de la firma María Reina Consultores, plantea como punto de partida contar con una promesa de valor diferencial que les permita generar su propio mercado y facilitar la consecución de los resultados corporativos.
“Esta tiene un propósito mayor y presenta una alineación entre la tecnología, los recursos y por supuesto el capital humano. Genera valor para el mercado (sus clientes), para sus socios y para sus empleados”, explica.
Según su visión, esta promesa se fundamenta en un marco de valores que la hacen ágil desde la perspectiva axiológica, le facilita la innovación permanente, hace positiva la experiencia del empleado y provee las herramientas e indicadores para el mapeo de la misma.
“Hoy, con el modelo híbrido de trabajo, se vuelve necesario para ser sostenible tener un protocolo del mismo, los KPI (indicadores de gestión) y la retroalimentación a la fuerza laboral”, explica la experta.
A partir de este entorno se generan unas serie de buenas prácticas que identifican el rol de empleador de una compañía sostenible.
Reina planea cinco: “Que su promesa de valor sea diferencial y se cumpla: ser confiable para el mercado, los clientes y los empleados; que su cultura de trabajo se sustente en valores definidos los cuales se viven y se sienten; que exista alineación de los talentos a los roles de trabajo; contar con herramientas que facilitan el trabajo, y un modelo de negocio flexible a los entornos VICA”.
Este conjunto de factores crea un buen clima laboral, cuya incidencia es evidente en materia de productividad y desarrollo de competencias entre empleados. Jairo Burgos, consultor empresarial, grafica dicho proceso con una metáfora.
“Un buen clima laboral es como el viento que necesita toda cometa para elevarse. Sin él, el buen talento no sirve, se puede desperdiciar y, como resultado, la empresa involuciona paulatinamente hasta su inviabilidad. Por el contrario, en un buen clima laboral el talento humano se despliega, sacando lo mejor de las personas para generar círculos virtuosos de entusiasmo, cooperación, aprendizaje, liderazgo, innovación, productividad y crecimiento sostenible”, explica.
Según puntualiza, este es un asunto más orientado hacia la ética y la estrategia que a la estética. Puntualiza, además, que es un bien que no se puede adquirir en el mercado, sino que es el resultado de una “creación interna” en el que los principales ingredientes son dos: liderazgo y cultura organizacional.
Cuentas pendientes
Sobre la generación de entornos laborales y buenas prácticas, las empresas colombianas que aspiren a ser o sean sostenibles deben cumplir con varios desafíos.
Reina recomienda fortalecer el rol del director de recursos humanos que ahora es “uno de los más importantes y estratégicos”, estar a la vanguardia en las herramientas de seguimiento, crecimiento y medición, “tener la tecnología que facilita el ejercicio de las labores y establecer alianzas estratégicas y redes de colaboración”.
Burgos planea la necesidad de “seguir elevando la conciencia sobre la importancia de atributos como el liderazgo y la cultura organizacional para ponerlos al servicio de un propósito trascendente para las personas, las empresas y la sociedad”.
En síntesis, con un entorno propicio, enriquecido por principios rectores, las compañías se encaminan más rápidamente a ser sostenibles.
Innovación y sostenibilidad, de la mano
La innovación no solo es clave para transformar y permitir el crecimiento e inserción exitosa de las empresas en los mercados internacionales, sino que es una vía para fortalecer sus principios y su relación con la sociedad.
Según Rosario Cuadrado, directora del programa de Administración de Empresas de la Universidad Libre, esta variable va de la mano con la sostenibilidad al interior del sector productivo.
“Una empresa que innova es una empresa diferenciadora; una empresa que busca mejorar sus resultados y es consciente de su realidad, en términos de sus potencialidades y de sus aspectos por mejorar. Sin duda, precisa de un equipo humano comprometido, con espíritu de liderazgo, generador de valor y con los saberes necesarios (conocimientos, experiencias y habilidades, haciendo énfasis en las habilidades tecnológicas)”, explica.
La académica plantea que las empresas necesitan planear su futuro y establecer la ruta estratégica que las llevará hacia la posición deseada, procesos en los que debe incluir “la brújula de las prácticas responsables en los aspectos sociales, ambientales y económicos, inspiradas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.
Considera que la innovación conlleva transformaciónes que repercuten en la dinámica organizacional y representan diferenciación a la empresa.
“Una empresa sostenible e innovadora además de tener una buena gestión y de alcanzar un desempeño superior en criterios sociales, ambientales y económicos, está atenta a lo que sucede a su alrededor”, concluyó.