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La historia del cambiazo en la tarjeta de crédito de Carolina Soto, excodirectora de BanRepública
Con toda y su experiencia en bancos, no pudo evitar el hecho. Está a la espera de que Scotiabank le resuelva el caso. Le gastaron $ 11 millones. Así se pueden proteger los ciudadanos.
En proceso de revisión en el Scotiabank Colpatria está el caso de Carolina Soto, excodirectora del Banco de la República por casi 4 años. Su tarjeta de crédito la tiene en Scotiabank Colpatria y con ese producto, le hicieron el llamado ‘cambiazo’. Ella, a pesar de su experticia en temas financieros y económicos, no pudo evitar el hecho en el que hasta ahora, tiene embolatados 11 millones de pesos que le gastaron a través de tres compras.
Carolina Soto estuvo junto a los estafadores, quienes tuvieron acceso a su casa, luego de la autorización que ella misma dio para que le llevaran el producto, supuestamente renovado y actualizado por decisión de la entidad bancaria.
Soto contó -inicialmente en sus redes sociales- y luego en los medios de comunicación, que los hechos sucedieron hace casi un mes, cuando recibió una llamada del banco en el que tiene sus productos. Al principio, no sospechó nada, pues le dieron el número correcto de su tarjeta de crédito, lo que lleva a un primer interrogante ¿de dónde y cómo, los estafadores obtienen la información bancaria de los ciudadanos con tanto detalle?.
Si los llaman de su banco para informarles la actualización de su tarjeta de crédito (o para cualquier cosa), mejor cuelguen y llamen directamente. Recomendación de esta víctima de "cambiazo". Sí, caí.
— Carolina Soto (@carolinasotolos) April 4, 2022
El cambiazo es una modalidad de fraude que es más común de lo que se cree, pese al blindaje que tratan de tener los bancos en medio de una evolución de la banca digital, con la cual, cada vez es más fácil el manejo del dinero plástico (pago por contacto). Según la han descrito los expertos en seguridad financiera, consiste en el cambio de una tarjeta, ya sea la de débito o la de crédito, con una maniobra rápida, para devolverle al titular una falsa.
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En el caso de Carolina Soto, el cambiazo no ocurrió en un cajero automático, como ha sucedido con otros ciudadanos, cuando encuentran a alguna alma que se ofrece caritativamente a ayudar a hacer la transacción. A la excodirectora del Banco de la República la llamaron en un par de oportunidades, hasta que le entregaron la tarjeta y la cortaron en pedacitos delante de ella, para darle la confianza que requiere un tarjetahabiente.
En el momento, Soto no cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo. Solo después, cuando el Banco la llamó para confirmar sobre las fuertes cantidades que estaban moviendo con su tarjeta, pudo hacer conjeturas sobre la estafa de la que había sido víctima.
El robo tuvo todo un montaje, como todo lo ilegal. En el momento de la entrega de la supuesta tarjeta actualizada, recibió una nueva llamada. Era del banco, para estar seguros de si la persona que le fue a entregar el producto se había identificado formalmente, según le dijeron telefónicamente.
Este punto es otra de las realidades que deben tener presente los ciudadanos: no todo es como parece. Los ilegales pueden llevar carné, uniformes, cartas de recomendación. Pueden ser parte de bandas que trabajan con todos los juguetes para cometer sus fechorías. He ahí la complejidad de la situación, pues por mucha educación financiera que se tenga, se termina cayendo en la trampa, como le ocurrió a Carolina Soto.
La disyuntiva para hacer una llamada a la entidad bancaria -que es una de las cosas que recomiendan los expertos en seguridad- es que, en muchas ocasiones, la atención no es tan oportuna. La excodirectora del banco contó que se percató del fraude cuando fue a hacer uso de su tarjeta y le rechazaron la transacción. Pensó que podía ser debido a que se encontraba en el exterior y no avisó a la entidad, pero para el momento en el que la contactaron, ya era para confirmar las transacciones por las cuantiosas sumas de dinero que había realizado.
La suma, de 11 millones de pesos que le gastaron fraudulentamente, está en estudio por parte de la entidad financiera.
¿Cómo blindarse?
Aunque suena difícil blindarse contra el fraude, la principal recomendación es que es mejor pecar por incrédulo ante llamadas de números desconocidos y ofertas que suenan demasiado generosas.
El propio banco en el que Carolina Soto tiene sus productos, cuenta con una guía sobre el cambiazo, que arranca diciendo que “puede suceder en un cajero electrónico mientras se realiza una consulta o transacción; en un establecimiento comercial mientras se entrega la tarjeta para hacer un pago, o, incluso los ladrones aparentan ser funcionarios de la entidad financiera para robar”.
Con ese preámbulo, recomiendan:
1. No aceptar ayuda de extraños al realizar transacciones en cajeros, datáfonos o medios electrónicos.
2. No perder de vista la tarjeta en ningún momento. Menos ahora, que se puede hacer una transacción sin necesidad de soltar el plástico.
3. Si se trata de tarjetas débito, cambiar la clave con frecuencia.
4. Revisar a menudo el estado de la cuenta -ahora es fácil con las app de los bancos en el celular- ayuda mucho.
5. Si usó la tarjeta en un lugar en el que otra persona la tocó, verifique que le hayan devuelto la suya. Para ello, ojalá esté personalizada, con el nombre.
6. Importante: si está en un establecimiento bancario y va a cambiar su tarjeta, ningún trabajador del lugar puede destruir el plástico. Debe hacerlo usted mismo.