SOSTENIBILIDAD

Procesos productivos más sostenibles: un reto para la industria de alimentos

“Hacer más y mejor con menos”, esta es una de las apuestas contempladas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para lograr que la industria alimenticia mundial alcance una producción mucho más sostenible.

28 de febrero de 2021
Los retos para la industria de alimentos.
Los retos para la industria de alimentos. | Foto: Getty Images

¿Sabía que la industria de alimentos representa alrededor del 30 por ciento del consumo total de energía en el mundo y un 22 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero? Cifras que demuestran el gran impacto que tiene este sector sobre los recursos naturales, lo que ha instado a gobiernos, organismos multilaterales, empresa privada y comunidad en general, a implementar medidas que permitan hacer mucho más sostenible a este renglón de la economía.

De hecho, el tema hace parte de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, que lleva por nombre ´Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles´.

Con este objetivo se busca, según el organismo,  “hacer más y mejor con menos”, desvinculando el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente, aumentando la eficiencia de los recursos y promoviendo estilos de vida saludables y sostenibles.

Para lograrlo, se proponen una serie de metas que permitan mitigar los impactos del sector. Quizá una de las más importantes es, para 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita a nivel mundial. “Se estima que cada año un tercio de todos los alimentos producidos, equivalentes a 1.300 millones de toneladas, termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas, o se estropea debido a las malas prácticas del transporte y la cosecha”, señala el documento de la ONU sobre los ODS.

Toneladas de alimentos que se desperdician mientras que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), alrededor de 815 millones de personas padecen hambre y una de cada tres, malnutrición, lo que evidencia un desequilibrio del sistema alimentario.

En esta vía, la FAO sostiene que para garantizar el cumplimiento de los ODS y alcanzar un consumo y una producción sostenible es necesario transformar la alimentación y la agricultura.

La razón, según el organismo, es que, aunque la producción agrícola trabaja para cubrir los requerimientos alimentarios de una población mundial en crecimiento esto ha provocado altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, debido en gran medida a la conversión de bosques en tierras de cultivo, reducción de peces, degradación del suelo y escasez de agua, entre otros fenómenos.

“Si la población mundial alcanzará los 9.600 millones de personas en 2050, para mantener el actual estilo de vida será necesario el equivalente a casi tres planetas”, señala el documento de la ONU sobre los ODS.

Con el propósito de disminuir las presiones sobre el ecosistema, gestionar de manera eficiente y sostenible los recursos naturales, hacer un uso racional de productos químicos y  minimizar todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida, mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización, la FAO a través de su documento ´Transformar la alimentación y la agricultura para alcanzar los ODS´ propone 20 acciones que interconectadas repercutirán en la consecución de estos objetivos.

Dentro de las propuestas también se busca que agricultores, ganaderos, pescadores, silvicultores y  habitantes de zonas rurales participen y se beneficien del desarrollo económico y que las empresas adopten prácticas sostenibles y compartan su experiencia y conocimiento para mejorar las capacidades científicas y tecnológicas del sector.

La FAO define una visión sostenible como “un mundo en el que los alimentos sean nutritivos y accesibles para todos; en el que los recursos naturales se gestionen de tal forma que se preserven las funciones de los ecosistemas para responder a las necesidades humanas del presente y del futuro”.

Sostenibilidad alimentaria en Colombia

El país trabaja en adoptar prácticas de sostenibilidad que permitan transformar su industria de alimentos: una tarea que se viene desarrollando a lo largo de toda la cadena de producción.

Un buen ejemplo de este trabajo es que el viene realizando el proyecto ´Biocarbono Orinoquia – paisajes sostenibles bajos en carbono´, una iniciativa del Gobierno Nacional, que cuenta con el apoyo del Banco Mundial y  que busca identificar y desarrollar alternativas que permitan mejorar la producción agropecuaria, con el fin de garantizar la disminución en las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI).

La iniciativa, implementada en los departamentos de Arauca, Casanare, Meta y Vichada, acompaña a las empresas del sector a desarrollar una  integración que contempla producción primaria –transformación– comercialización que les permite alcanzar circuitos cortos de mercado con productos sostenibles y diferenciados bajos en carbono.

Adicionalmente, trabajan en acciones para el manejo de efluentes derivados del proceso de transformación de alimentos y para priorizar el uso de energías alternativas, en el marco del concepto de ganadería sostenible.

Iniciativas de esta clase permitirán lograr la consecución de la meta propuesta por el Gobierno Nacional de reducir en un 51 por ciento las emisiones de GEI del país para 2030.

Más adelante en la cadena de producción, hay empresas como Alianza Team que con su programa Manos Verdes busca cerrar el ciclo del aceite vegetal usado (AVU) en establecimientos del sector de hoteles, restaurantes y cafeterías y garantiza su adecuada disposición.

Con esta iniciativa, la compañía ha logrado, desde el 2015, recolectar más de tres millones de litros de AVU en más de 72 municipios de Colombia evitando la contaminación de más de más de 2.500 millones de litros de agua. Adicionalmente, el desecho recolectado es transformado en biodiesel lo que ha reducido la emisión de más de 2,200.000 kg de CO2 a la atmósfera.

En materia de nutrición, compañías como Colanta vienen trabajando en la innovación de alimentos funcionales que, además de su aporte nutricional, ofrecen efectos benéficos para la salud, un tema prioritario en medio de la actual coyuntura.

Actualmente, su yogurt Vida contiene betaglucanos obtenidos biotecnológicamente a partir de Ganoderma lucidum, un hongo que, de acuerdo con investigaciones científicas, fortalece el sistema inmunológico

“Se ha comprobado que los betaglucanos pueden ayudar aumentar la capacidad de defensa del cuerpo contra virus y bacterias, prevenir la aparición de células o tumores malignos, facilitar la recuperación de efectos colaterales (antes, durante y después) de la quimioterapia y radioterapia, y disminuir alergias y molestias respiratorias y tiene beneficios antiinflamatorios y antioxidantes”, asegura la compañía.

Frente a la problemática del desperdicio de alimentos, el país cuenta con la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia, ABACO. Es una red de 22 bancos que rescata los excedentes alimentarios del sector agropecuario, industrial, comercial, hotelero, restaurantes y personas naturales, que luego son redistribuidos a población en situación de vulnerabilidad.

“Cada año evitamos que se tiren a la basura 25.000 toneladas de comida apta para el consumo humano. Combatimos la inseguridad alimentaria del país gestionando donaciones con miras a fortalecer una nutrición saludable”, asegura la organización.

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