EMPRENDIMIENTO
Whitman, el emprendimiento de moda masculina que busca expandirse al exterior
La cadena abrirá dos nuevos almacenes en las próximas semanas, tras una inversión de $ 700 millones.
Los empresarios del país celebraron el anuncio del gobierno de dar paso a la reactivación de la economía con la apertura de los sectores productivos que habían cerrado o estaban funcionando a media marcha desde que llegó la pandemia al país en marzo de 2020. Algunos emprendedores han visto en esta nueva etapa la oportunidad para expandirse o hacer anuncios de inversión.
En este grupo están Felipe y Sebastián Falla, dos jóvenes que en 2016 decidieron apostarle a un emprendimiento de ropa masculina de alta calidad y fundaron Whitman, una cadena de moda que le apuesta a la reactivación de la economía.
Y en las próximas dos semanas, con una inversión de 700 millones de pesos, la cadena planea abrir dos nuevas tiendas: una ubicada en el centro comercial Fontanar, de Chía, y una más en Parque La Colina. Pese a que las tiendas de moda hacen parte del grupo de los negocios más afectados por la llegada de la pandemia en el último año, estos emprendedores decidieron aumentar su apuesta por Whitman y ahora buscarán fortalecer su posicionamiento como una marca con identidad universal.
Pero, ¿cómo un par de jóvenes bogotanos deciden incursionar en el negocio de las tiendas de ropa masculina? Según Felipe Falla, cofundador de Whitman, la idea surgió luego de verificar que la oferta local es limitada y la competencia no es muy amplia en el segmento de moda masculina de alta calidad y fabricada en el país.
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Con pocos competidores y una creciente demanda de ejecutivos jóvenes interesados en vestirse diferente y no con diseños básicos o económicos, estos emprendedores vieron una gran oportunidad de negocio. Su emprendimiento les ha permitido diseñar y producir, bajo su marca, una amplia gama de prendas y accesorios de moda masculina. “Somos dos hermanos apasionados por emprender y a partir de la moda nos dimos cuenta que había la oportunidad de cubrir con una propuesta como la nuestra lo que busca el público exigente”, asegura.
Felipe Falla explica que el éxito que han tenido se debe a que los diseños están pensados para un segmento que aprecia la calidad en los diseños y los materiales que se utilizan, pero también en el tipo de confección y los proveedores que hacen parte de este proyecto. Esto les ha permitido no solo enfocarse en moda masculina formal, y en el desarrollo todo tipo de accesorios para los hombres que buscan vestir bien.
La marca produce directamente las líneas de sastrería y ropa sobre medidas. Esas las fabrican con su equipo directo de trabajo. Pero también cuenta con talleres satélite que se encargan de la confección de prendas, y proveedores que elaboran los diseños creados por los dos hermanos, quienes vienen de una familia que ha estado muy ligada al mundo de la moda masculina.
Falla explica que la cadena vende desde camisería y pantalones, hasta camisetas, blazer, abrigos, zapatos, ropa interior, medias. Estos accesorios se fabrican en talleres o con proveedores de Bogotá, Cali y Medellín.
El emprendimiento familiar arrancó de manera formal en 2016 con un pequeño showroom creado y diseñado por los dos hermanos, y hoy ya generan 35 empleos directos y cuenta con tres almacenes en Bogotá, en el centro comercial Unicentro, en Paseo de la Cabrera y el Plaza Claro. “Hemos logrado capotear la crisis con el desarrollo de nuevos productos y nuevas línea y eso nos ha permitido mantenernos con mucha solidez también”, dice Felipe Falla.
Las dos nuevas tiendas abrirán en dos semanas y la expectativa de los fundadores de la cadena es lograr que este año alcancen un crecimiento en las ventas del 30 %. La cadena logró mantener en 2020 el mismo nivel de ventas que había alcanzado en 2019. La ampliación de las líneas de moda, un esfuerzo importante en la venta a través de comercio electrónico y la apertura de un punto de venta en el segundo semestre del año pasado fueron los factores que ayudaron a mantener este resultado.
Para el próximo año la meta es seguir ampliándose a nivel nacional y estar presentes con nuevas tiendas en las principales ciudades del país. La primera de ellas, por fuera de Bogotá, es Barranquilla, donde planean abrir su primer punto con una colección pensada totalmente en la moda masculina de verano.
Si bien la marca se ha fortalecido mucho por la línea de invierno, porque los almacenes físicos están ubicados en Bogotá, la idea es llegar a otras ciudades con una propuesta adecuada al clima cálido, pero diferenciada. “Estamos apostándole internamente para avanzar este año en importantes cambios y así poder entrar a Barranquilla, donde desarrollaremos una línea de verano y una propuesta diferencial en la costa”, dice Felipe Falla.
La marca tiene una meta más grande: llegar al exterior a más tardar en 2025, quebrando un poco la tendencia y la dinámica del sector retail y de consumo de moda, que se han visto tan afectados por la pandemia. Queremos llevar nuestro Adn y la calidad de nuestros productos a otros países y otras ciudades de la región, como Lima, Quito y Ciudad de México. Estas son las metas de mediano plazo. Queremos avanzar a ese objetivo, dice.
Más digitales
Aunque el fuerte de esta cadena es la venta física, durante la pandemia fortalecieron el proceso de digitalización y la venta a través de e-commerce, que el año pasado generó el 20% de las ventas totales. “Hicimos muchas ventas a través de un ‘zoom sale’, una actividad digital en la que la gente se inscribía para acceder a una sala de zoom. Estas actividades se mantuvieron a lo largo del año y eso nos ayudó a que la facturación pudiera lograr las metas”, explica el empresario.
La meta es lograr que este año las ventas digitales representen el 15 % de las ventas totales, la principal apuesta de la cadena está en el servicio y propuesta física. “Queremos que la gente entre a un universo distinto al que está acostumbrado, le apostamos a la experiencia física y el servicio, pero el fortalecimiento del canal digital nos permite también posicionándonos cada vez más”, explica.
Las nuevas aperturas no solo dinamizarán el mercado de tiendas físicas que tiene la marca, sino que además generan un efecto positivo en el empleo. Cada apertura permite crear nuevos puestos de trabajo y reactiva los negocios de sus proveedores, que desde hace varios años trabajan con este emprendimiento. “Estos nuevos puntos de venta son claves para Whitman. Son el canal que nos permite relacionarnos, comunicarnos de una manera más cercana y humana. Donde vamos a poder re afirmar y resaltar nuestros valores de marca”, asegura Falla.
La marca, inspirada en el poeta estadounidense Walt Whitman, quien revolucionó las letras a comienzos del siglo XX y cuyos valores a favor de las ideas liberales y la democracia comparten estos hermanos emprendedores. La marca fue creada con el objetivo fortalecer la presencia en canales multimarca a nivel internacional y actualmente tiene presencia en países como Estados Unidos, donde ha participado dos veces en “Project New York”, la feria internacional de moda y accesorios para hombres y mujeres.
Según Falla, al crear una marca con identidad universal, Whitman está cambiando el concepto de la moda masculina en el país. Ofreciéndole a nuevas generaciones ropa funcional, de mucha calidad y diseño. Las premisas destacan la funcionalidad, versatilidad, comodidad y sostenibilidad.
En esta última, cuentan con varias propuestas: desde usar materia prima reciclada en el caso de chaquetas o tejidos 100 % naturales en el caso de abrigos. El desarrollo de prendas con botones biodegradable en semilla de tagua y el servicio gratuito de mantenimiento y reparación de prendas para alargar la vida útil de las mismas.
El compromiso con la sostenibilidad llevó a estos jóvenes a crear un servicio diferencial, como marca, de reparación y mantenimiento de las prendas. La filosofía de Whitman es que si una persona compra un abrigo, lo puede traer dos veces al año para que le den una revisión y mantenimiento general, de manera que si algo le pasó o se rompió, allí se la arreglan o cosen sin ningún costo. Así procuran que las personas no compren prendas de un solo ciclo, sino que las puedan conservar más.