OPINIÓN
Bitcóin, Elon Musk y el mundo que está por venir
El prolífico genio detrás del éxito de Paypal, los vehículos eléctricos de Tesla, la empresa aeroespacial SpaceX y el desarrollo de la inteligencia artificial de OpenAI, ahora apuesta por bitcóin.
Algo que tienen en común el profesor de bioquímica y escritor, Isaac Asimov; el padre de la saga del Señor de los anillos, J. R. R. Tolkien, y el creador de Tesla, Elon Musk, es su deseo por construir un mundo nuevo.
Esto es llamado cosmogonía en la literatura y se trata de una narración que cimienta el origen del universo. Es la base de relatos mitológicos como el de la cultura celta, la romana, e incluso, las películas de Star Wars. En la vida real Elon Musk transformó estos relatos de creación en un mundo posible, en el que la humanidad se transporta usando ya no combustibles fósiles, sino electricidad, y en el que los viajes a Marte serán algo cotidiano.
Elon Musk se ha puesto como meta hacer realidad ese mundo posible. Por eso tiene sentido que la empresa de fabricación de vehículos eléctricos, Tesla, haya invertido en bitcóin. Con esto Musk mantiene su visión empresarial, la cual consiste en ampliar el horizonte de lo probable.
Con el ingreso de mil millones de dólares en bitcóin como tesorería de Tesla los entes reguladores de Estados Unidos se verán obligados a generar nuevas reglas en un territorio inexplorado. La oportunidad que se avecina no solo será tomada por Tesla, sino que abrirá una puerta a otras empresas, que entienden lo que representa esta criptomoneda.
Tendencias
Este movimiento también es un golpe de marketing, que Musk ha impulsado desde su cuenta en Twitter. Ya sea con bitcóin, dogecoin o #WallStreetBets, Musk busca congraciarse con sus millones de seguidores. Es una forma de decirles que los entiende y que Tesla es esa alternativa al mundo que tanto desprecian.
Con Tesla, Musk pretende ser parte de aquellos que construyen el futuro. Ya lo hizo con el desarrollo de baterías y motores eléctricos en una industria que dependía de combustibles fósiles. Ahora quiere hacerlo con un porcentaje creciente de millennials y jóvenes, de la generación Z, insatisfechos con gobiernos y marcas que no son consecuentes.
Musk lo entendió. Ahora el desafío es para los cientos de ETF, índices, fondos de cobertura e inversionistas que no creen en bitcóin, pero que tienen que ver cómo una de las empresas “ganadoras” en su portafolio está atada a esta criptomoneda. Quedaron expuestos a aquello de lo que tanto desconfían.
Algo que ya hemos analizado es que bitcóin ofrece un mayor retorno en el largo plazo comparado con otros activos. Además, ya existe la infraestructura para realizar transacciones con esta criptomoneda. Recordemos que Paypal y Square ingresaron en el negocio el año pasado.
Los reguladores deberán definir cómo medir el peso de bitcóin en una empresa tan grande como Tesla. Eso es lo que hace tan importante la decisión de Musk, porque aceleró la relación entre el mundo de los criptoactivos y el mundo real, abrió la puerta a un nuevo escenario.
El disruptor que quiere ir a Marte
Recordemos que antes de invertir en bitcoín, Elon Musk construyó Paypal. Musk, quien ha sido un emprendedor serial desde los 15 años, llegó a esta plataforma de pagos tras vender su primer ‘startup’, Zip2, a Compaq por US$307 millones, y haber fundado X.com, un banco digital que se fusionó con Confinity en el 2000. De esta fusión resultó Paypal, la plataforma de pagos en línea que conocemos hoy.
La idea detrás de Paypal fue en su momento disruptiva: transferir valor a través de internet de forma segura y rápida. Es algo no muy distinto a bitcóin, solo que este no emplea bancos en el proceso, sino blockchain.
Un punto que destaca el fundador de Palantir, Peter Thiel, quien trabajó con Musk en Paypal, es que estamos hablando de un ingeniero y emprendedor por partes iguales. Thiel, en su libro ‘Zero to one’, asegura que lo que desmarca a Tesla de sus competidores es que la compañía se encarga ella misma de la distribución y venta de sus vehículos. Sí, el costo es mayor, pero “permite controlar la experiencia del cliente, fortalece la marca Tesla y ahorra dinero a la empresa en el largo plazo”.
En cuanto a vender ideas Musk ha sido un maestro. Tesla, compañía que promete desarrollar vehículos autónomos, aún no alcanza esta autonomía, pero ya es más valiosa que su competencia. Con SpaceX, Musk promete reducir el costo de la exploración espacial y lo ha logrado en parte. Sus cohetes reutilizables reducen el costo del lanzamiento de satélites de US$97 millones a US$52.7 millones. Además, esta empresa planea realizar la primera misión a Marte en 2024.
Elon Musk promete forjar un mundo nuevo, mover más allá las regulaciones, innovar y construir. Consultado sobre Isaac Asimov, uno de sus escritores favoritos, dijo que su mayor lección luego de leer la saga ‘Foundation’ es que debes “intentar tomar el conjunto de acciones que probablemente prolonguen la civilización, minimicen la probabilidad de una edad oscura y reduzcan la duración de la misma”.
Más que construir una cosmogonía, fama o riqueza, el deseo de Elon Musk, lejos de ser un lujo, está relacionado con una realidad inherente a todos los seres vivos: la supervivencia de la especie.
Macrowise Director
@GMacrowise