Opinión
Cuidado con la gasolina
Aunque la economía colombiana históricamente se ha manejado ortodoxamente, tanto el gobierno Santos como el actual no lo han hecho de la misma manera, han sido más flexibles con el gasto y el endeudamiento. Esto nos ha llevado a niveles más riesgosos, donde seguir con el mismo ritmo sería catastrófico.
Cuando comparamos la economía colombiana frente a la de nuestros vecinos, nos vemos bien. Eso no implica que se hayan cometido grandes errores que pueden en el futuro salirnos demasiado caro.
El hueco fiscal se creció mucho durante la pandemia. Era lógico que se gastarán más recursos. Las vacunas y los subsidios tanto a personas naturales como al sector productivo fueron necesarios, pero tienen que parar: la economía ya está a toda marcha.
La inflación en los últimos doce meses a cierre de marzo está en el 8,51%, muy por encima de lo estipulado por el Banco de la República. He venido diciendo que la sola subida de tasas no es suficiente; se necesita verdaderamente atajar la explosión del consumo.
Lo que si no es lógico ha sido la medida tomada con el precio de la gasolina. El Gobierno decidió no aumentarlo cuando el petróleo ha subido más del 50%. Este subsidio es costosísimo para el país: los números a mano alzada dan mas de 20 billones de pesos al año, dos reformas tributarias.
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El próximo Gobierno que entre el 7 de agosto encontrará una situación muy complicada: un endeudamiento como porcentaje del PIB por los lados del 70%, un gasto creciente por cuenta de los subsidios indiscriminados, y ahora el hueco de la gasolina, porque alguien tiene que pagarle a Ecopetrol esa diferencia.
El problema del precio de la gasolina no es solo el hueco fiscal que causa, es el problema que puede generar en un futuro el aumento de su precio a nivel social. Ya me imagino la cantidad de marchas y de destrozos que podrían suscitarse.
Muchos de los candidatos presidenciales vienen con un buen paquete de gastos adicionales que pareciera no conocieran las finanzas del país. Pensar que podemos seguir gastando como narcos y reduciendo impuestos es absurdo. Necesitamos más bien un Gobierno austero, que reorganice las finanzas públicas y que haga las reformas que se necesitan.
Todavía no entiendo cómo campos petroleros en Colombia que son costosos en producción petrolera, alrededor de 60 dólares el barril, siguen sin reactivarse. No sé si son problemas de orden público en los lugares o que salieron de licitación. Podríamos llegar otra vez a producciones de 1′000.000 de barriles día si lograrán reactivarse.
Aunque la economía colombiana históricamente se ha manejado ortodoxamente, tanto el gobierno Santos como el actual no lo han hecho de la misma manera, han sido más flexibles con el gasto y el endeudamiento. Esto nos ha llevado a niveles más riesgosos, donde seguir con el mismo ritmo sería catastrófico.
Esperemos que las elecciones de este año no nos traigan de regalo una izquierda populista que seguro terminará de acabar la economía, la empresa privada y la productividad, ya que adicional a todo lo anterior habría una fuga de capitales enorme. Lo mismo que está pasando en Perú y Chile, donde los ricos sacan recursos y los verdaderos perjudicados de las malas decisiones electorales son los pobres.